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"Todos los torturados por los soviéticos acabaron gritando '¡Viva Stalin!' menos Andreu Nin"
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entrevista a Andreu Navarra

"Todos los torturados por los soviéticos acabaron gritando '¡Viva Stalin!' menos Andreu Nin"

El escritor publica una exquisita biografía del revolucionario del POUM recordando los pasajes más llamativos de su vida además de su trágico asesinato en plena guerra civil

Foto: Andreu Nin
Andreu Nin

En estos últimos años Andreu Navarra (Barcelona, 1981) se ha mostrado no sólo como uno de los intelectuales más hiperactivos del panorama nacional, sino también como uno de los más solventes por la variedad de temas expuestos y su solvencia en el análisis de cuestiones del pasado válidas para nuestro presente.

Este otoño de 2021 publica 'Andreu Nin, la revolución imposible' (Tusquets), una biografía imprescindible del comunista catalán, recordado en demasía por su trágica muerte, no así por una vida repleta de matices, teselas de un mosaico con valor para reflejar las contradicciones de la izquierda europea durante el primer tercio del siglo XX, elevadas al paroxismo durante la Guerra Civil Española, cuando, liderando el Partit Obrer d’Unificació Marxista, el legendario POUM, aspiró a un sinfín de sueños imposibles mientras luchaba contra demasiados gigantes, los mismos que terminaron con su existencia.

placeholder 'La revolución imposible' (Tusquets)
'La revolución imposible' (Tusquets)

La obra de Navarra abre luz sobre muchas cuestiones y es un ejemplo de cómo, desde nuestro país, es posible ir hacia la senda europea y anglosajona de biografías de calidad para desterrar de una vez por todas un imaginario colectivo demasiado surtido de tópicos momificados.

PREGUNTA: Es curioso que, dentro de la Historia universal, quizá el momento más importante del siglo XX catalán sea la Revolución de 1936-37, y sin embargo casi nadie se acuerda del mismo.

RESPUESTA: Yo creo que hay tres años importantes. 1917, cuando se hace tambalear la Restauración, que se tambalea desde Cataluña a partir de una doble vertiente: la liberal-posibilista de Francesc Cambó y el movimiento obrero de las huelgas de agosto. Luego tenemos 1919.

P: Y la huelga de La Canadenca.

R: La Canadenca, mientras tanto la CNT como el PSOE deben decidir si se integran a la Tercera Internacional, y aquí entra Nin porque es el enviado de la CNT para tantear el terreno junto a Joaquim Maurín e Hilario Arlandis, que son los que acuden a Moscú y asisten al congreso del Profintern, la Internacional Sindicalista.

Algo sabemos de la muerte de Nin gracias a Pelai Pagès y Llibert Ferri

P: Y luego 1936-1937, que es donde la mayoría encuadra a Andreu Nin o su muerte, de la que poco o nada se sabe.

R: Algo se sabe gracias a Pelai Pagès y Llibert Ferri. Es lo más conocido y lo que ha copado la bibliografía sobre su persona, pero nos faltaba la vida anterior, el relato completo, manejable y legible de la vida de Nin, por eso insisto en la idea de una biografía anglosajona a lo Anthony Beevor.

P: ¿Por qué Andreu Nin?

R: Entro en Andreu Nin escribiendo 'El espejo blanco: viajeros españoles en la URSS' (Fórcola). Nin me llamaba con un aura de luz especial diciéndome que era el crack, una persona muy simpática, carismática que me llamaba. A partir de entonces me entró la obsesión y descubrí un ser poliédrico.

placeholder Andreu Nin
Andreu Nin

P: Aúna coherencia y todas las contradicciones no sólo de la izquierda catalana, sino mundial durante el primer tercio del siglo XX.

R: Es muy contradictorio, era un soñador, era maestro, era pacifista, era una persona que no era un agitador de masas como Maurín, y tampoco un estratega. Confundía la realidad con el deseo, y la Historia del POUM es eso: pensar que podrías impulsar una revolución leninista con tan pocos militantes en medio de una guerra, que te permitirán actividad heterodoxa en la retaguardia…Yo creo que eso es ser demasiado idealista, pero ese es su atractivo.

P: Es la historia de alguien que parece condenado a la derrota.

R: Yo creo que venció.

P: Eso dices al final, pero su vida antes de la muerte es una derrota sin paliativos.

R: Su presente es horrible, no hay duda, pero dentro de la lógica de un revolucionario su no admisión de lo que quería escuchar Stalin en una confesión es una victoria. Todos los torturados por Lavrenti Beria terminaban por gritar viva Stalin, viva la URSS, en cambio Nin no cejó, por eso lo considero un vencedor.

P: Ya iremos al final. Su trayectoria evoluciona en consonancia al siglo XX catalán y luego se abre al internacional. Empieza siendo un entusiasta autonomista, se acoge al republicanismo de izquierdas e incluso termina siendo Secretario General de la CNT, penúltimo paso para devenir un comunista ortodoxo.

R: El problema es que ese siglo catalán es muy estrecho para alguien con ese nivel de ambiciones. Nin quiere poner el mundo patas arriba y ese nivel no tiene cauce. Además, en Barcelona era un marginado, no encontraba trabajo fijo, sus amigos eran de lo más bohemio. Los más sólidos eran Ángel Samblancat y Joan Salvat-Papasseït, el más valioso de todos en lo literario, donde Nin no consigue abrirse camino, mientras en Moscú si expande horizontes fácilmente por sus cualidades. De maestro precario pasa a trabajar para el Ayuntamiento de Moscú, ingresa en el PCUS, es líder de una Internacional Sindicalista Mundial. ¿Quién le da cancha? Claramente el PCUS.

En lo personal era un maestro pacifista, no un bolchevique de hierro

P: En sus prioridades, quizá una clara herencia de la CNT, siempre figuran el sindicalismo y el internacionalismo.

R: Desde mi punto de vista a Nin la CNT se le quedaba pequeña. Nin y Maurín encontraban que tenía unos presupuestos poco sólidos, y durante los años veinte insisten mucho en la idea del partido de vanguardia obrera, es decir, cohesionado, organizado, militarizado, bolchevizado con la misión de realizar un golpe de estado ya. Esa es una de sus contradicciones, porque en lo personal era un maestro pacifista, no un bolchevique de hierro, no era Lenin o Stalin, nada tenía que ver con esos personajes.

P: ¿Su arrojo y valentía se cifran en irse? Muchos pensaban que, de haberse quedado, su vida hubiera sido más fácil y plácida como escritor.

R: Era un revolucionario, escogió su papel de ensayista político marxista. Tiene tres libros imprescindibles: el de las organizaciones internacionales obreras, moviments d’emancipació nacional y el de las dictaduras. Era consciente de no tener talento literario, por eso no se hizo escritor. No era Pío Baroja. La biografía recupera el Nin lector, porque los líderes comunistas se guardan mucho de que salgan a la luz sus gustos culturales. Por ejemplo, Yuri Andrópov ocultaba sus gustos musicales por Glenn Miller o Dave Brubeck. Nin era un apasionado de la literatura modernista, simbolista, expresionista, vanguardista y no podía exteriorizarlo porque debía brindar su apoyo al realismo socialista.

Maurín convence a Nin que lo de Trotski era una balumba que no iba a ningún sitio

P: Él es de los pocos que se enfrenta tanto a Stalin como a Trotski.

R: Es Maurín quién le convence que lo de Trotski era una balumba que no iba a ningún sitio, por eso Trotski fue tan frío con Nin. Con más tiempo Nin, Maurín, Andrade y Julián Gorkin hubieran conseguido hacer de la revolución en Barcelona de 1936 un aldabonazo de nivel mundial, pero quedó como un sueño más de Nin, fuera de realidad, pero Albert Camus iba por ahí. Cuando fracasa Nin empieza a ser demasiado evidente que la Tercera Internacional se ha burocratizado. Eso era muy peligroso para los soviéticos, que se confundieran los intereses del proletariado internacional con los de la Unión Soviética. Por eso la muerte de Nin es tan importante.

P: Camus dice lo siguiente: "La muerte de Andreu Nin representa un giro en la Historia del siglo XX, que es el siglo de la revolución traicionada". Lo dice en el momento de su pugna con Sartre por los gulags, ergo en este sentido aboga por no creer en una intransigencia de izquierdas, sino por lo que decía Nin durante la guerra del pluralismo revolucionario.

R: Exacto. Como crear un extremismo revolucionario obrero que no termine burocratizado y en la reacción termidoriana estalinista, porque además Trotski ya se había momificado.

P: Suele identificarse a Nin como trotskista, pero aquí lo desmientes, más bien lo muestras como un leninista sui generis.

R: Empezó a ser trotskista en 1923, lo sigue siendo cuando vuelve a Barcelona en 1930 al organizar la oposición de izquierda trotskista. Monta con Juan Andrade la ICE, la Internacional Comunista de España, en contacto permanente con Trotski. Un grupúsculo minoritario muy válido para Joaquim Maurín, quien así pasa de tener sólo el Bloc Obrer Camperol de Catalunya a tener sucursales trotskistas esparcidas por el Estado. Por último, el POUM es mucho más poderoso porque tiene la militancia del BOC y la distribución de la ICE, ese es el liquen clave del POUM.

P: El BOC tiene un arraigo rural, mientras la ICE es más urbana. ¿Esta mezcla hace más fuerte al POUM?

R: Ya desde los ejemplares de Lucha Social de la CNT de Lleida se ve que Nin y Maurín están obsesionados con la lucha agraria. ¿Por qué? Porque todas las revoluciones parecen amenazadas por el poder campesino. Tanto el BOC, como el POUM, como el PCE, no olvidemos que Vicente Uribe fue ministro de Agricultura, con una labor interesante, de lo que tienen miedo es de una contrarrevolución agraria, y las dinámicas de la Segunda República van en ese sentido.

placeholder Sede del POUM en Barcelona
Sede del POUM en Barcelona

P: Sin ir más lejos, el bienio conservador va en ese sentido.

R: El agrarismo y la España más de terratenientes se rebela contra la España Urbana, pero tanto el BOC, como el POUM y el PCE se preocupan tanto por el campesinado cómo por encuadrar sindicalmente a la población del campo. En Andalucía la CNT copa ese aspecto.

P: Ellos defienden estas ideas antes de la Guerra Civil, cuando el Comunismo en España es muy minoritario.

R: Pienso que no se ha analizado suficientemente el impacto del Regeneracionismo social y la fuerza que esto tiene hasta 1931, pero tampoco se ha estudiado el impacto de este nacionalismo regenerador en la CNT. Companys en algunos mítines saca libros de Costa.

P: Y Companys era muy amigo de Salvador Seguí.

R: La tradición revolucionaria era federal y anarquista. Aquí el Comunismo tiene un problema. El partido que llega fuerte a la Segunda República es el PSOE porque fue legal durante la Dictadura de Primo de Rivera y participó en los comités paritarios. Eso le da ventaja.

P: Y mayor asentamiento territorial.

R: Efectivamente, y además no hay ni punto de comparación entre los teóricos del PSOE, que tampoco son brillantes, pero los tiene. Por ejemplo, Fernando de los Ríos. ¿Qué tiene el PCE? Pistoleros, eran terroristas, como los del sindicato anarquista y el libre de Barcelona. El Comunismo era algo muy minoritario, sólo de Vizcaya y Asturias, aunque luego crecerá con la transformación comunista de la CNT sevillana.

Para él, desde una posición maximalista, colaborar con Azaña es someterse a un engaño burgués

P: Y ahora que hablas de Asturias creo que Nin ve la frustrada revolución asturiana de 1934 como un modelo a seguir.

R: Nin piensa que Azaña es Kerenski y debe liquidarse de una vez la democracia burguesa. Lo dice en 1931, no le da importancia a la República, mientras sectores de la CNT y el PSOE si la ponderan. Para él, desde una posición maximalista, colaborar con Azaña es someterse a un engaño burgués. No ser frentepopulista lo conducirá al aislamiento.

P: Y al empezar la Guerra Civil el POUM se volverá más marginal con la fundación el 23 de julio de 1936 del PSUC, un partido que consigue adeptos con facilidad, también por la indudable influencia soviética de ese instante.

R: El PSUC se pone al servicio de los gobiernos de la Generalitat, y en cambio, si coges el semanario La Batalla del POUM puede apreciarse como dicen no luchar por la Democracia, sino por el Comunismo.

P: Sus tres premisas durante la Guerra Civil serían Democracia Obrera, consolidar la Revolución para ganar la guerra y gobierno de milicias.

R: Esto está en un folleto del POUM conservado en el pabellón de la República de Barcelona.

P: Y cuando es nombrado Conseller de Justicia en el gobierno de la Generalitat es como si asaltara el Palacio, sobre todo si atendemos a sus querencias antidemocráticas.

R: Es una más de sus contradicciones, justificándolo porque el gobierno del que forma parte es la Democracia Obrera que reclama porque la revolución ya se hizo el 19 de julio de 1936 y debe intensificarse. De hecho, piensa que se ha llegado más lejos que en la Rusia de 1917.

Los comunistas eran muy pocos, la fuerza revolucionaria era la CNT, que no hace ni caso a Nin

P: Aquí parece olvidar que eso se logró por la CNT y la toma de los fusiles del Cuartel de Sant Andreu para poder derrotar a los sublevados.

R: Es que los comunistas eran muy pocos, la fuerza revolucionaria era la CNT, que no le hace ni caso a Nin, en ese sentido hay un aspecto patético. La CNT conserva el gobierno, pero podría haber fusilado a todo el mundo.

P: Hay una anécdota, no sé si inventada, que sitúa a los de la CNT en el palacio de Cambó en via Laietana pensando eso: si matamos a todos tendremos el poder absoluto, pero si pactamos lo tendremos para todos.

R: En octubre de 1917 se cierra la Duma. Todo el poder para los soviets. La idea de Nin era que la CNT tomara el poder y cerrara la Generalitat, cuando se hizo una convivencia de dos poderes. Nin quería arrasar con el régimen de 1931 y dar el poder a las milicias, Democracia Obrera, los sindicatos.

P: ¿Cuáles son sus logros en la cartera de Justicia de la Generalitat?

R: Intenta, consiguiéndolo en parte, frenar la violencia incontrolada contra elementos derechistas, canalizándola a través de una justicia legal con funcionamientos aparentemente legales. Las ejecuciones bajan. Monta una revisión del sistema de las sentencias de muerte. Legaliza el aborto, autoriza las bodas en el frente, donde la gente también se atrae, que a veces se olvida, y sigue una política penitenciaria que aleja a los prisioneros del frente, una medida humanitaria, porque evidentemente los que murieron en Paracuellos del Jarama podrían haber sido evacuados si alguien se hubiera interesado por su supervivencia.

placeholder Santiago Carrillo
Santiago Carrillo

P: Carrillo no tenía muy buena opinión de Nin.

R: Cuando Gerardo Iglesias pide perdón y rehabilita a personas que fueron víctimas del PCE, de Quiñones a Monzón, se olvida de Nin. Carrillo es la versión oficial, la de unos nazis que sacaron a Nin de una checa. El PSUC pidió perdón por lo ocurrido de Nin, el PCE jamás.

P: Otra de las revoluciones imposibles de Nin es la creación de una Cuarta Internacional.

R: Sí, es que parece que el POUM en 1937 querían quedarse con esa marca, refundando el movimiento obrero comunista al margen de Stalin y de la Internacional montada por Trotski. Querían fundar una nueva ola revolucionaria comunista.

P: En plena Guerra Civil y con la Segunda Guerra Mundial en el horizonte, si no son la misma, era levantar castillos en el aire.

R: Los aplastaron por todos los lados. Hubo ejecuciones masivas de poumistas en el frente aragonés. Los encerraron, y ya sabemos cómo acabo Nin.

Conservaba un cierto optimismo en ser juzgado por el sistema judicial republicano

P: Durante su ministerio en la cartera de Justicia crea tribunales populares, como si así se cubriera las espaldas, como si intuyera su futura detención, que los estalinistas irían a por él.

R: Pensaba que podría declarar, pero quizá no pensaba que iría a una checa clandestina, más bien conservaba un cierto optimismo en ser juzgado por el sistema judicial republicano, esos tribunales populares que él mismo había creado para reprimir el fascismo. Los otros líderes poumistas sí fueron juzgados en 1938 y recibieron penas de veinte años de cárcel.

P: ¿Y por qué con Nin actúan de modo tan fulminante?

R: Era una patata caliente, decía cosas inaplicables que eran un peligro para el PCE, el POUM y Negrín. Había que descabezar al POUM.

P: ¿Podemos atribuir el asesinato de Nin a partes iguales entre Stalin y el gobierno de la República?

R: No, porque ni Julián Zugazagoitia ni Manuel de Irujo sabían nada. Es gente que se movió para saber qué había pasado.

P: ¿Y Juan Negrín?

R: Miró a otro lado. ¿Cómo podía encajar influencia leninista en la retaguardia?

placeholder Juan Negrín
Juan Negrín

P: Por la influencia soviética es como un laissez faire, laissez passer.

R: Imagínate que hubiera estallado, mientras combatían en Brunete, un golpe de estado en la retaguardia.

P: Ya ocurrió con los hechos de mayo de 1937.

R: Y en plena guerra no podía tolerarse. También ocurrió al final de la contienda con Segismundo Casado, Cipriano Mera, Julián Besteiro y Julián Marías, que es quien escribía los discursos al viejo líder socialista.

P: Nin es apresado tras los hechos de mayo, trasladado a Madrid, torturado y ejecutado. ¿La responsabilidad sería de Stalin con la vista gorda de Negrín?

R: Sí, ese sería el resumen. Stalin intervenía personalmente en las ejecuciones lejanas, hizo lo mismo con la de Trotski en 1940.

P: A Nin le someten primero a un interrogatorio y luego lo torturan, despellejándole, hasta la ejecución.

R: Eso es probable pero no seguro, porque la única fuente, muy débil, es Jesús Hernández pagado por Gorkin.

P: Nunca sabremos su verdadero final.

R: Me dicen que un especialista en radares subterráneos puede encontrar huesos en Alcalá de Henares, pero esta necrofilia me importa poco, me importa más que Nin no se doblegara.

Que cese la izquierda que es puro escaparate y monta su propia neolengua banal

P: ¿Qué lecciones puede aportar a Nin a este extraño 2021?

R: Muchísimas. Que vuelva la izquierda de la Cultura para todos, la izquierda que edita libros, que organiza grupos escolares, que se preocupa de los presupuestos, de la dignidad de la persona y que cese la izquierda trilera que es puro escaparate y monta su propia neolengua banal.

P: Una izquierda que haga política.

R: Una izquierda que no renuncie a la política de repartición del dinero y los presupuestos, con una dignificación de lo público. La izquierda no debe decirte lo que debes hacer, sino crear las condiciones para que hagas lo que creas conveniente en libertad.

En estos últimos años Andreu Navarra (Barcelona, 1981) se ha mostrado no sólo como uno de los intelectuales más hiperactivos del panorama nacional, sino también como uno de los más solventes por la variedad de temas expuestos y su solvencia en el análisis de cuestiones del pasado válidas para nuestro presente.

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