Un artista italiano vende una estatua invisible por 15.000 euros

¿Genio o estafador? Las redes sociales se dividen ante una noticia que, aunque parezca increíble, ha sucedido en Italia: un artista ha vendido una estatua invisible por 15.000 euros. Se llama Salvatore Garau y ha conseguido subastar su "obra" por una cantidad que muchos consideran una locura. Sin embargo, él defiende su creación a capa y espada.

El artista ha explicado que "el éxito de la subasta confirma un hecho irrefutable: el vacío no es más que un espacio lleno de energía, incluso si lo vaciamos y no queda nada, según el principio de incertidumbre de Heisenberg de que la nada tiene un peso. Tiene, por tanto, una energía que se condensa y se transforma en partículas, es decir, en nosotros".

La supuesta escultura se titula 'Io sono' ('Yo soy') y su nuevo propietario podrá demostrar su nueva posesión por medio de un certificado de garantía, que da fe de su autenticidad. Después, podrá colocarla donde lo estime oportuno, aunque el artista apunta que necesita un espacio libre de obstrucciones para albergar sus dimensiones: 150 x 150 centímetros.

No es la primera vez

Salvatore Garau ya ha expuesto anteriormente otras obras inmateriales. En febrero de 2021 colocó una pieza titulada 'Buda en contemplación' en la Plaza Della Scala, en Milán. Como en este caso, no se podía ver nada, ya que se trataba de otra estatua invisible, aunque en el suelo apareciera un recuadro marcado donde, aparentemente, iba colocada su obra de arte.

Piensa "colocar" siete estatuas invisibles en otras tantas ciudades de todo el mundo

El artista asegura que "cuando decido 'exhibir' una escultura inmaterial en un espacio determinado, ese lugar concentrará una cierta cantidad y densidad de pensamientos en un punto preciso, creando una escultura que desde mi título solo tomará las formas más variadas. Después de todo, ¿no le damos forma a un Dios que nunca hemos visto?".

Garau tiene más proyectos para el futuro, tal y como ha explicado a la casa de subastas Art-Rite que vendió su obra: "En mayo, la escultura inmaterial 'Afrodita llora' será 'exhibida' en el corazón de Nueva York, frente al Federal Hall (donde fue elegido G. Washington, primer presidente de los Estados Unidos) y a unos pasos de la Bolsa. Será el tercero de los siete que colocaré en otras tantas ciudades del mundo. Siete porque es el número espiritual por excelencia y tiene un valor especial en todas las grandes religiones, judía, cristiana, musulmana y budista. La espiritualidad siempre me ha fascinado, aunque en el arte contemporáneo es un tema que no parece tener un gran atractivo, pero a mí, ahora mismo, me parece revolucionario".