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La historia de 'Camada negra': sangre y extrema derecha en plena Transición
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La historia de 'Camada negra': sangre y extrema derecha en plena Transición

Manuel Gutiérrez Aragón tuvo que sortear en 1977 amenazas, censura e incluso cócteles molotov con esta película sobre los últimos coletazos del franquismo

Foto: José Luis Alonso es Tatín en 'Camada negra'.
José Luis Alonso es Tatín en 'Camada negra'.

El día en que Manuel Gutiérrez Aragón estrenó 'Camada negra' —su segundo largometraje—, en los Cines Luchana pusieron una bomba. Corría septiembre de 1977, y aunque hacía casi dos años que había muerto, Franco seguía muy vivo. A los pocos días del atentado, con los carteles de 'Camada negra' aún colgando de la fachada, un Seat 600 se paró frente a la puerta de los cines y volvió a destrozar la entrada, esta vez con un cóctel molotov. A las horas, la policía detuvo a un par de chavales de 17 años que acabaron cantando, además de la autoría del ataque —y de muchos otros—, su pertenencia a Fuerza Nueva; a la formación no le había sentado nada bien el retrato que la película de Gutiérrez Aragón hacía de los grupos de extrema derecha.

"Sufrimos amenazas, presiones, y la gente que intervino en la película tenía miedo", recuerda más de cuatro décadas después el director cántabro, cuando una de sus películas más polémicas y emblemáticas abre el ciclo 'Los años del cambio', que organiza la Filmoteca Española para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución y en el que se proyectarán títulos como 'Los nuevos españoles', de Roberto Bodegas; 'Operación Ogro', de Gillo Pontecorvo, y 'Cuerpo a cuerpo', de Paulino Viota, entre otras. "Camada negra' es un ejemplo de lo que pasó en la Transición, cuando no sabíamos lo que iba a suceder al día siguiente, porque la película se iba haciendo mientras estaban sucediendo las cosas, así que parecía más una crónica periodística que otra cosa, aunque ahora es más testimonio que entonces".

placeholder Un fotograma de 'Camada negra'.
Un fotograma de 'Camada negra'.

La película, que comienza con el asalto a una librería 'de izquierdas', retrata aquellos albores de la Transición, cuando todavía las familias afines al régimen se negaban a dejar morir la dictadura de la que habían estado mamando durante casi 40 años. En 'Camada negra', la ley y el orden son una madre autoritaria y belicosa —interpretada por la genial María Luisa Ponte—, que también cuida y alimenta a un grupo de jóvenes a los que considera sus hijos —sean de sangre o no—, y que se entrenan como un grupo paramilitar añorante de la 'gloria' de la España fascista. Ah, y cuya tapadera es formar parte de un coro de iglesia.

'Camada negra' es un ejemplo de lo que pasó en la Transición, cuando no sabíamos lo que iba a suceder al día siguiente

"Todo esos ataques que salen en la película eran cosas que pasaban; los asaltos a librerías o a salas de arte eran bastante comunes", explica Gutiérrez Aragón. Los de las librerías Antonio Machado y Visor o la galería Theo, donde los agresores destruyeron varios dibujos de Picasso, fueron algunos de los atentados de ultraderecha más sonados durante los estertores finales del franquismo. "Yo quería retratar la atmósfera de humo, caos y violencia de esos años. Quise hacer una película que no hablara del momento concreto, sino que hablara de la tentación permanente del autoritarismo y la violencia, pero, ya sabes, en esa época solo se leía desde un prisma meramente político. Yo simplemente quería hablar de la condición humana y su tendencia al autoritarismo". "Es un filme sobre el comportamiento fascista. En definitiva, se trata de dar las razones internas del comportamiento de un joven fascista. Llevado al terreno de los cuentos, se podría explicar como un intento de explicar las razones del 'lobo", contó el cineasta en una entrevista a 'El País' en 1976.

placeholder Nota de sucesos del 'ABC' en 1977.
Nota de sucesos del 'ABC' en 1977.

La idea —que luego coescribió con José Luis Borau— nació a principios de los setenta, cuando Gutiérrez Aragón formaba parte de un grupo de lucha contra la pena de muerte para los presos de ETA. "Fíjate cómo han cambiado las cosas. Sería el año 73. Entonces fuimos a una iglesia, que entonces servía de refugio y para reuniones y actos clandestinos, exactamente a la del Santo Niño del Remedio [en Madrid], que está cerca de Sol. Y allí, mientras estábamos reunidos, llegaron los Guerrilleros de Cristo Rey, protegidos por la policía. Entonces echaron unas bombas de humo y salimos de allí, porque los Guerrilleros nos estaban atacando y la policía no intervenía, para que pareciese que era un altercado entre dos grupos rivales, aunque era obvio que los Guerrilleros de Cristo Rey también eran policías. Según íbamos saliendo, nos iban deteniendo a los que habíamos protestado por la pena de muerte. Porque así es como actuaba entonces la Brigada Político-Social".

Los Guerrilleros de Cristo Rey estaban protegidos por la Brigada Político-Social, porque era obvio que también eran policías

Advierte 'Camada negra' que "algunos piensan que porque se corte el árbol, se acabó. Pero el tronco dará retoños, porque las raíces son fuertes". Y Franco murió en la cama y rodeado de palmeros; solo hay que ver lo multitudinario de la manifestación que aparece a mitad de la película, con imágenes reales de una concentración en la madrileña plaza de Oriente a favor del Caudillo. Así la describió entonces el No-Do: "Después de escuchar varios fragmentos del testamento de José Antonio y el mensaje póstumo de Franco, cantaron el 'Cara al sol', el 'Oriamendi' y otros himnos patrióticos. También estuvieron presentes los marqueses de Villaverde. Finalmente, la multitud aclamó a Franco y dio vivas al Rey entre un constante flamear de pañuelos. Entre los asistentes estaban don José Antonio Girón de Velasco, don Raimundo Fernández Cuesta, don Blas Piñar y otras personalidades".

placeholder Manifestación en la plaza de Oriente de 1977. (RTVE)
Manifestación en la plaza de Oriente de 1977. (RTVE)

"Las plazas estaban llenas", admite Gutiérrez Aragón. "Aunque la verdad es que el movimiento que sea siempre es capaz de llenar una plaza; se llamen franquistas, independentistas, izquierdas o derechas. No hay que dejarse impresionar por el teatro".

Después de unas ocho semanas de rodaje y varios meses de montaje, Gutiérrez Aragón se encontró con los primeros escollos y últimos rescoldos de la censura. La cinta estuvo 'congelada' alrededor de cuatro meses en las dependencias de la Dirección General de Cine. "La película fue prohibida y nos resistimos a ello. Normalmente las películas se retenían durante unos días o unas semanas y luego pasaban los cortes. Lo que había que hacer era resistir. Independientemente de si eras un partido político o en tu trabajo o en lo que fuera, lo que había que hacer era no claudicar. La clave era no pactar y resistir".

placeholder Otro fotograma de 'Camada negra', de Manuel Gutiérrez Aragón.
Otro fotograma de 'Camada negra', de Manuel Gutiérrez Aragón.

La película venía respaldada por el Oso de Plata a mejor director del Festival de Berlín de 1977, por lo que el Gobierno, que quería hacer pinitos democráticos de cara al extranjero, tampoco pudo paralizar la cinta durante mucho más tiempo. "El sistema era llevar la película a un festival internacional, porque resultaba perentorio que la pasasen completa en el festival y en España hubiera que cortarla. Nosotros nos resistimos a cortar nada y al final tuvieron que sacarla de la prohibición total y autorizarla en su versión íntegra".

Después de sobrevivir a la censura y a los ataques incendiarios durante el estreno, Gutiérrez Aragón tuvo que cargar durante años con el sambenito —para los grupos tardofranquistas— de haber sido el director de 'Camada negra'. "Rodando la película siguiente, estaba en El Escorial y unos de extrema derecha me amenazaron. Vinieron y me dijeron: '¿Usted no es el de 'Camada negra'? Se va a acordar de ello, se va a acordar de ello. Por la memoria de mi padre que se va a acordar de ello'. Es curioso cómo casi siempre invocaban a la memoria familiar. Y también a la sangre, que es de eso de lo que va la película. Al final parece que, de verdad, la realidad imita al arte".

El día en que Manuel Gutiérrez Aragón estrenó 'Camada negra' —su segundo largometraje—, en los Cines Luchana pusieron una bomba. Corría septiembre de 1977, y aunque hacía casi dos años que había muerto, Franco seguía muy vivo. A los pocos días del atentado, con los carteles de 'Camada negra' aún colgando de la fachada, un Seat 600 se paró frente a la puerta de los cines y volvió a destrozar la entrada, esta vez con un cóctel molotov. A las horas, la policía detuvo a un par de chavales de 17 años que acabaron cantando, además de la autoría del ataque —y de muchos otros—, su pertenencia a Fuerza Nueva; a la formación no le había sentado nada bien el retrato que la película de Gutiérrez Aragón hacía de los grupos de extrema derecha.

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