Es noticia
Azul y negro, el 'loco' grupo que publicó el primer CD español y revolucionó la Vuelta
  1. Cultura
la movida y el tecnopop

Azul y negro, el 'loco' grupo que publicó el primer CD español y revolucionó la Vuelta

Azul y Negro sigue reivindicando su importancia en la música española. Publica 'Dicromo', una caja recopilatoria con los seis álbumes que editaron entre 1981 y 1986

Foto: Imagen de Azul y Negro en un reportaje dirigido por Tino Casal en 1981
Imagen de Azul y Negro en un reportaje dirigido por Tino Casal en 1981

Si se encuentra en la franja de edad 'millenial' es muy probable que no entienda nada del siguiente párrafo. Si es más (o bastante más) mayor, quizás en algún lugar recóndito de su cerebro se encienda una pequeña luz al leer el nombre de Carlos García-Vaso, pero si les decimos 'Me estoy volviendo loco' o si es de Argentina y escucha 'The Night', seguramente sepa que hablamos de Azul y Negro.

El grupo de los ochenta, los llamados padres del tecnopop patrio, está otra vez de actualidad. Esta semana ha salido a la venta 'Dicromo', un recopilatorio con los seis discos que publicaron entre 1981 y 1986 plagado de maxis, maquetas, versiones inéditas y otras rarezas. Y no, no es que Azul y Negro vuelva, porque nunca se fue realmente aunque no lo supiéramos, sino un acto de "justicia" en palabras de su fundador.

Más allá del decolorante capilar, los 'brillis', las chupas de cuero y los sintetizadores que introdujeron en los albores de la Movida con 'No controlo nada' y 'La torre de Madrid', el grupo que debe su nombre al Inter de Milán ve ahora reconocida su importancia en la historia de la música de nuestro país. En 1984, cuando nadie tenía en su casa un reproductor de CD y, probablemente, muchos ni siquiera sabían qué era eso del compact disc, Azul y Negro publicó el primer CD de un grupo español: 'Suspense'. "No había ni reproductores en los hogares todavía", rememora Carlos García-Vaso en una entrevista con El Confidencial. Su sello, Polygram, publicó el vinilo y ellos fueron los que les propusieron editar el álbum también en CD. Sacaron menos de 500 copias, hoy son una pieza de coleccionista que se cotiza a 600 euros. "Es un privilegio. Fuimos pioneros, los primeros en editar un CD en español y eso es cultura e historia de la música española", analiza.

'Me estoy volviendo loco', Azul y Negro

No fue su única innovación. En una época en la que dominaba el pop pero la cultura bullía, ellos introdujeron la electrónica y consiguieron que cuajara gracias a la Vuelta Ciclista a España. 'Me estoy volviendo loco' fue el pelotazo definitivo. Era 1982. El primer año que un grupo español ponía banda sonora a la Vuelta. El año anterior lo había hecho Paul McCartney. Antes, música clásica. "El éxito de 'Me estoy volviendo loco' fue sorprendente. Nadie había hecho una cosa semejante. Nosotros lo hicimos expresamente para la Vuelta. El ritmo de cadencia del pedaleo era el mismo que le implantamos a la música y aquello cuajó de una manera que nos sorprendió a todos. Fue rompedor por completo", rememora García-Vaso. Tan inesperado fue el éxito que cuatro meses antes acababan de publicar su primer álbum, 'La edad de los colores' (1981), y su sello tuvo que retirar todos los vinilos -por cierto, con la portada dibujada por Tino Casal que ahora recuperan en esta edición- y editar una nueva tirada con el 'loco' abriendo el álbum.

Después de meterse en todas las siestas de España, 'No tengo tiempo/Con los dedos de una mano' (con su mítico piripipi ferial) fue la canción de la Vuelta 1983, 'Two pa'ka' la del 1993, el año en el que el dúo se disolvió y García-Vaso y Joaquín Montoya tomaron caminos diferentes, a la vez que iban deslizando sus temas en sintonías y cortinillas de concursos y espacios deportivos de la televisión y la radio. Pero aún faltaba por llegar un redoble, y fue 'La Noche' o 'The Night' (1982). "Fue un trampolín internacional para Azul y Negro", dice rotundo. Esta canción se convirtió en número uno en Reino Unido, se bailó incluso en Studio 54 y se convirtió en la sintonía de las noticias del Canal 11 (hoy Telefe) de Argentina, algo así como La 1 del momento. "The Night' lo piratearon lo que luego fue Blanco y Negro [el sello]. Se la llevaron a Italia y en Italia salían los maxis para Reino Unido. Quizás por eso hubo un tiempo que nos encuadraban en el italo disco", asegura.

'The Night', Azul y Negro

Pero antes de llegar a Azul y Negro, García-Vaso ya había pasado por otros grupos como Cáñamo o Greta y trabajaba como guitarrista de grabación en Escorpio, el estudio de Luis Cobos. Él es el autor del 'riff' del 'Hoy no me puedo levantar' de Mecano y de las guitarras de los primeros temas de Antonio Flores, del álbum póstumo de Nino Bravo y de dos trabajos de Tino Casal. "Los hermanos Cano son muy buenas personas, pero en ese momento eran unas criaturas. Tenían muy buenas ideas, pero no sabían tocar. Luis Cobos, con buen criterio, vio que para hacer una producción para CBS necesitaban músicos. Manolo Aguilar es el bajista, Javier de Juan el batería, Luis Cobos arreglista y teclista, yo como guitarrista. Esos son los músicos del primer álbum de Mecano y la voz de Ana. Punto", relata. "En ese momento no nos imaginábamos lo que iban a conseguir. Solo vimos a un grupo nuevo de CBS como lo fue Goma de Mascar".

'Champú de huevo' o 'Embrujada', dos de los temas más conocidos de 'NeoCasal' (1981) y 'Etiqueta Negra' (1983), los dos primeros discos de Tino Casal, también tienen las guitarras de Carlos García-Vaso. "Tino era íntimo amigo mío. Era un artistazo. Era músico, creador, modisto, pintor. Era un artista con mayúsculas en todo", le recuerda en el 25 aniversario de su muerte. "Lo luchó mucho. Estuvo en Philips con Los Archiduques y no pasó nada; después hizo Goma de Mascar, que era su voz junto a un grupo fantasma con modelos porque todo lo hicimos en el estudio, se lo vendió a EMI y le sirvió de gancho para que apostaran por él", añade a la vez que cuenta que "predijo su muerte" en un extraño sueño la madrugada de ese fatídico 22 de diciembre de 1991.

Esa cosa llamada Movida

¿Se ha tratado mal a ciertos grupos de los ochenta de los que nos acordamos en las onomásticas o con las rediciones? "Pienso que sí. Hemos estado injustamente tratados. Gente como nosotros y Tino Casal rozamos las nubes en los ochenta y después se nos ha ninguneado. Sin embargo, otros grupos que entonces no vendían ni cuatro discos como Los Secretos o Nacha Pop hoy son la Movida madrileña y una cosa de culto, y qué quieres que te diga... se me queda una cara de tonto", se queja airado.

Entonces, ¿qué pasó en la Movida? "Lo de la Movida es un invento absoluto. Es cierto que en los ochenta había color y teníamos hambre, estábamos saboreando las libertades, el movimiento gay, el gusto por la moda, los nuevos sonidos... Eso era una novedad, pero, de repente, estamos una serie de artistas 'de Los 40 Principales' y eso se convirtió en un estigma. Vendía La Orquesta Mondragón, Azul y Negro, Mecano, Olé Olé, Tino Casal, Alaska también... ¿Nacha Pop? ¿Los Secretos? Pues no. No sonaban ni vendían cuatro discos, pero no hay nada como caerle en gracia a determinadas estrellas de la radio y que los medios digan que sí y el sí se convierta en sí. La música fresca lo llamaban. A los que no sabe tocar le llamaban música fresca, cágate".

Pero esta denuncia encendida que hace Carlos García-Vaso de la Movida también sirve para la música actual. "Somos el país del esperpento. Por eso el marido de Alaska, Mario Vaquerizo, tiene el éxito que tiene. Aquí no hay nada como ser un esperpento para tener éxito, y hoy pasa igual. Va en el carácter. Creo que hay mucha falta de profesionalidad en la música. Nosotros nos lo tomábamos muy en serio, teníamos estudios y nos preocupábamos, y hoy con tres acordes…".

'Isadora', Azul y Negro

Sin embargo, y a pesar de esta descripción ochentera alejada de la 'historia oficial', es la década más mitificada, la más amada y la que vuelve constantemente a invadir la cultura española. "Sin duda existe un retorno a lo retro, a los ochenta. Llámalo nostalgia si quieres, ¿por qué no? No es malo. Cuando hay una especie de vacío de creatividad siempre se ha tirado de lo antiguo. De hecho, en los años ochenta no inventamos nada. Las estructuras y todo estaba basado en el minimalismo pop de los sesenta solo que le aplicamos la tecnología y las nuevas técnicas de grabación para mejorarlo. Si ahora volvemos a eso me parece genial, sobre todo si algunos grupos seguimos estando en el escenario", analiza.

Tras 'Mercado Común' (1985) y 'Babel' (1986'), las ventas del dúo bajan, publican unos maxis, pasan años en 'stand by' y en 1993 se despiden con 'De vuelta al futuro'. Cinco años después su fundador vuelve a retomar Azul y Negro hasta hoy. Ha publicado 13 discos con su propio sello musical y puesto la banda sonora al cómic 'Silencio de metal', de El Torres e inspirado en el universo del grupo. No han sido años fáciles. Los define como de "lucha independiente", de autoedición, salas pequeñas y sin apenas promoción. "De la música no se puede vivir. Aun teniendo mucho éxito y ganando dinero eso dura... El éxito es efímero. Yo tengo mi piso gracias a los años de éxito de Azul y Negro, pero después necesitas otros ingresos", explica.

Por eso la publicación de 'Dicromo', subraya, "me tiene como un niño con zapatos nuevos". Sobre todo porque va a seguir subiéndose a los escenarios. El miércoles pasado presentó el anhelado recopilatorio en la sala El Sol de Madrid y está pendiente de cerrar nuevos bolos. "La esencia de Azul y Negro está intacta: esas melodías facilonas que se pueden tararear, que las puedes cantar en la ducha, pero con pases bailables, con tecnología punta en instrumentos, en sonido. Todo eso se mantiene inalterable, y eso a la gente le sorprende porque no se lleva. Lo más importante para un artista es mantenerte fiel a lo que es lo tuyo. Creértelo, porque si tú te crees lo tuyo, convences al público y eres auténtico. Eso es lo más importante", zanja.

Si se encuentra en la franja de edad 'millenial' es muy probable que no entienda nada del siguiente párrafo. Si es más (o bastante más) mayor, quizás en algún lugar recóndito de su cerebro se encienda una pequeña luz al leer el nombre de Carlos García-Vaso, pero si les decimos 'Me estoy volviendo loco' o si es de Argentina y escucha 'The Night', seguramente sepa que hablamos de Azul y Negro.

Música
El redactor recomienda