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Love of Lesbian: "Tenemos la cabeza llena de mierda y culpa, todos se ofenden por todo"
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Love of Lesbian: "Tenemos la cabeza llena de mierda y culpa, todos se ofenden por todo"

La banda entra en la órbita de su octavo disco, un trabajo más arriesgado y en el que han querido experimentar nuevas fronteras poniendo las canciones al servicio de las letras

Foto: Love of Lesbian publica 'El poet Halley'
Love of Lesbian publica 'El poet Halley'

Todavía siguen viéndose como esos "pringados" -los Fétidos Adams dice Santi Balmes entre risas- que estaban grabando su primer disco y eran tomados por unos bichos raros. Por eso aseguran, y lo hacen con sinceridad, que aún les sorprende que antes de sacar su nuevo disco ya hayan vendido todas las entradas para sus primeros conciertos de presentación en México (7 abril), Madrid (21, 22 y 23 de abril en la Riviera) y Barcelona (28, 29 y 39 de abril en Razzmatazz).

Love of Lesbian ha huído hacia delante para entrar en la órbita de 'El poeta Halley'. Hoy publican un nuevo trabajo en el que se han reinventado a sí mismos y han experimentado... porque pueden. Han querido escapar del hit festivalero y ver hasta dónde son capaces de llegar bajo dos máximas: libertad creativa libre del peso de la mochila de éxitos y poner las canciones al servicio de la letra. Por eso, su octavo disco sorprenderá, e incluso desconcertará, a sus fans más acérrimos porque 'El poeta Halley' es un disco para paladear despacio y que gana tras las escuchas. O, como ellos mismos dicen, un álbum que "se recomienda escuchar con el espíritu sereno y la predisposición de iniciar un viaje sin prisas". Y, de paso, añaden entre risas, con el móvil apagado.

P: Tengo la sensación de que 'El poeta Halley' es el disco más complejo y arriegado de los que han hecho. ¿Es así?

Santi Balmes: Es así. Hemos desparramado toda la esencia lesbiana sin presión y quitándonos los temores de si un tema es muy largo o la gente se va a agobiar. Parte de un punto de seguridad como banda. Somos capaces de hacer un tema de seis minutos y que se mantenga. Eso hubiera sido impensable hace año. Además, es una reafirmación de nuestro carácter y de nuestro discurso algo más extremo que otras veces para bien y para mal. Eso se verá. Nosotros nos hemos quedado muy tranquilos, diciendo "mira, estos somos nosotros ahora mismo". Esto no quiere que el próximo disco no sea de canciones de dos minutos porque somos así de bipolares. Nos puede dar por lo contrario en unos años y que te lo vendamos igual (risas).

Joan Ramon Planell: Yo sí noto que hay una calma. En el proceso creativo Santi las habrá pasado putas, pero viendo al nene como ha aparecido hay una especie de tranquilidad. Tenemos dos años muy bonitos por delante. Se ha creado un mundo dentro del disco.

P: Dicen en los agradecimientos: "Se recomienda escuchar con el espíritu sereno y la predisposición de iniciar un viaje sin prisas". ¿Por qué este cambio de tono?

S: Cuando llevas unos cuantos discos tienes que reinventarte y mirar nuevas fórmulas. Salir del arquetipo de canción que se espera que vayas a hacer porque si no te sorprende a ti mismo en el local de ensayo lo que estás haciendo, no va a sorprender a los demás. No es un disco que pensamos que sea de efecto inmediato. Creo que estamos haciendo las cosas a años vista y tenemos esa perspectiva de carrera de saber que lo que propiamente a ti te parecía un hit no lo era y que ese medio tiempo es la que al final canta más la gente. No hay que subestimar al público. Nosotros tenemos la grandísima suerte de que la gente tiene esa paciencia y ese amor de escuchar el disco como un par de veces o tres, que no somos un one-hit wonder. Y, a partir de aquí, proponemos un viaje y que te dejes llevar. Es un disco que, yo creo, tiene más filosofía de vinilo que de CD...

JRP: En el sentido de escuchar. Y en la misma banda ha pasado con canciones. A mí, personalmente, 'Males pasajeros' era una canción que cuando hicimos la lista para grabar la maqueta me pareció que era mejor grabar otra, pero al cabo de un mes esuchandola me dije "pero si esto es el temazo". Esta vez hemos tenido la suerte que Santi tenía muy claro desde el principio que íbamos a trabajar a través de las letras, no de la música.

P: Sí, porque en este disco las canciones están al servicio de las letras completamente.

JRP: Totalmente. Si una letra dura seis minutos, dura seis minutos. Y no vamos a cortar cuatro frases.

S: Creo que no es solo lo que consigas en cada disco como éxito inmediato sino lo que hayas aprendido en ese proceso. Aquí hemos aprendido que somos capaces de expandir un tema y de ponernos al servicio de la lírica. Eso ya es un paso adelante. Luego lo podrás usar a posteriori o no, pero esas piezas del puzzle que te faltaban ya las tienes colocadas. A nosotros nos gustaría que se viera a Love of Lesbian como un corredor de fondo y que se viera en perspectiva la carrera que estamos creando, más que el disco en concreto. Que digan lo probaron todo como un psiconauta (risas).

P: A sus seguidores les va a sorprender la cadencia del álbum. Es mucho más melódico, aunque hay un par de temas como 'El yin y el yen' o 'Cuando no me ves' que engarzan muy bien con sus anteriores trabajos.

O: Sí, son como la bisagra.

Jordi Roig: ¿Es tan distinto? Tengo la sensación de que, aunque estemos dentro, cuando Santi canta encima -un oído normal le dedica 80-90% a la letra o la voz y el resto a la parte musical- hay una unión en la voz que para mí hace que todos los discos se parezcan muchísimo.

JRP: Eso es lo bonito de Love of Lesbian, yo discrepo (risas).

S: A mí me sorprende que nos estéis hablando tanto del cambio. Y yo lo celebro porque es tan difícil sorprender a la gente.

JR: Por ejemplo 'El poeta Halley' o 'Los males pasajeros'. Ya existe 'Domingo Astromántico', era un tema tranquilo y ahora mismo tiene 11 años.

JR: Pero 'Domingo' en directo sí tiene más que ver con 'El poeta Halley' que como está grabado.

P: No solo hablo de letras, duración (esas dos canciones de 7 y 9 minutos), o de la cadencia, sino también hay más metales, sintetizadores... Hay un sonido que si estaba, al menos, no llamaba tanto la atención.

O: Hay una evolución en la producción también. Un disco como 'Maniobras de escapismo' no ha pasado el filtro norteamericano. Yo creo que la sonoridad sí es diferente. La diferencia está en la métrica, en que la canción está al servicio de la letra y no como antes que decíamos este tema tiene estribillo, estrofa y córtala por aquí. Todo es más calmado y quizás eso se acaba transmitiendo. Esa textura sobresale. ¿Cómo sonaría ahora 'Domingo astromántico' si la hicieras hoy? ¿No sonaría más gordota y parecería más un tema de 'El poeta Halley'?

S: Sí, y aparecerían más metales. Seguro.

O: Yo creo que lo que ha cambiado somos nosotros. Somos mayores. Hay ciertas cosas que ya nos la sudan.

P: Es huir de lo que sabes que te funciona, como dicen de la fórmula del estribillo.

O: Eso era lo fácil y cómodo. Funciona. Esto ha sido un esfuerzo de buscar no lo que funcione sino lo que necesitemos para este tema o lo que nos guste poner.

JRP: Aunque en todos los discos hay marcas de la casa, por ejemplo no repetir nunca una estrofa. Eso pasa desde el principio.

P: Obviamente es Love of Lesbian, pero ¿no creen que hay otro tempo y otra búsqueda?

S: Es intentar cambiar antes de que te lo pida la gente. Si cambias en el momento en el que te lo piden, te dirán: 'demasiado tarde, colega'.

O: Vas tarde un disco, que son dos o tres años.

S: Aunque pille a contrapié a algunos, nosotros no podemos dejar de experimentar y probar. Es la única manera de tener hallazgos en cada disco. Nosotros nos aburrimos muy rápido.

P: Lo explican, no sé si ese es el sentido, en 'Planeador'. "Que alguien nos pare, empieza a cansar tanta ambición". ¿Es también algo necesario y catártico?

S: Sí que lo es. Para mí es un sueño húmedo recuperar la inocencia del primer disco cuando nadie esperaba nada de ti. Esos primeros discos de esas bandas que están ajenas a todo lo que está pasando y, de repente, te sacan un discazo que marca lo que va a suceder luego porque precisamente estaban tan fuera de onda que no se han dado cuenta de que han dado en el clavo. Eso es un sueño húmedo de cualquiera que se dedique a esto y lleve mucho tiempo. El tema de que te vayan a comparar continuamente con tu antiguo trabajo es un lastre. Cada vez es más complicado. De alguna manera tienes que hacer el ejercicio de que si tú siempre has seguido la filosofía de hacer lo que te sale del pepe y funcionó, ahora no intentes repetir los conceptos sino seguir haciendo lo que te salga del pepe a cada momento porque estar de moda es pendular.

P: Esto que dice es un poco lo que estamos viendo en esto llamado 'la ruta festivalera'. ¿Demasiado clon?

S: Lo has bordado.

O: Ahí estamos. Tu te planteas un disco y tienes que hacer tres temas festivaleros para que te pongan aquí y allí. Este ejercicio es todo lo contrario.

S: Esto nos pasó un poco en 'La noche eterna'. Si empezamos la gira '1999' tocando a las siete de tarde, acabamos al final de gira igual después de Editors. Notabas como que te faltaban piezas, que estabas tocando una hora y había momentos en los que tenías que recurrir a medios tiempos... Nos dijimos en 'La noche eterna' no va a pasar. Vamos a hacer dos o tres canciones que mantengan un beat... Never more. En ese momento era necesario para nosotros, pero de la misma manera has recorrido festivales y has visto que se está respirando el mismo beat por todos lados.

O: Y esos bombos a negras, que también están aquí pero está trabajados diferente sin querer ser un tema discotequero. 'El ciclo lunar de Halley Star' es un tema que dirías que se parece a 'Si tu me dices Ben, yo digo Affleck' y no. Son cosas completamente distintas aunque todo respira lo mismo. De hecho, hemos querido huir del sonido festival y plantearnos que en un festival podemos tocar 'Psiconautas', que la peña lo flipe y que diga 'qué viaje acabo de tener aquí'.

S: Es una huída hacia delante, sí.

P: Esto me lleva a preguntarles también por la salud o la dinámica en la que se está convirtiendo el indie y esa asociación festivalera. ¿Qué les parece?

S: El tiempo dirá qué es lo que sobrevive o no. No podemos saber.

JRP: Para un grupo nacional de nuestro nivel es muy difícil también vivir de esto. Te tienes que amoldar a lo que hay. De donde vas a comer es de los festivales. Cuesta hacer una gira de salas. Nosotros tenemos la suerte de que podemos llenar salas bien pero la gran mayoría de grupos tienen su sustento en los festivales, y joder claro que tienes que mirar para allá... Es lo que hay. No estamos en Estados Unidos donde hay tantas bandas como festivales. Aquí hay casi más festivales que bandas.

P: Volviendo al disco, la evolución también se aprecia en la voz de Santi. Mucho más rota en temas como 'El Yin y el Yen' o 'IMT'.

S: Lo hice aposta (canta). En esa época -vaya gilipollez ahora que lo piensas con el paso del tiempo- estábamos oyendo Alabama Shakes mucho y me flipaba más cuando rompía la voz. Y como tengo la particularidad de que puedo romper la voz porque la tengo rota directamente, me fui para allí. A mí me gusta. Este soy yo. Antes tenía, me acuerdo en 'Cuentos chinos para niños del Japón', una obsesión por ocultarlo y era sufrir para grabar. Ahora no. A veces hay tipos de voces rotas que te pueden emocionar más que una voz pura.

P: 'IMT' también hace de bisagra en cuanto sonido y en ese punto canalla e irónico de la letra en la forma de tocar el sexo y la moralidad... Esa idea del pecado y la sociedad 'polite' en la que no se si creen que nos hemos convertido.

S: Bueno, es que estamos pasado una época muy 'resteñida'. Con cualquier cosa que digas tienes a un colectivo que se te queja. Es impresionante. Todo el mundo está con las espadas en alto por si se siente ofendido. De alguna manera luego viene todo el aspecto sexual y judeocristiano, que te paras a pensar y crees que ha sido siempre así y no. Han sido los últimos 2.000 años de la historia de la humanidad pero lo damos por asumido. Coño, se nos ha llenado la cabeza de mierda y culpa.

P: 'El poeta Halley' creo que es una canción muy simbólica en el disco, tanto en el tono como en la letra. ¿Por qué han querido hablar del proceso creativo -también lo hacen en 'Planeador'- del disco? ¿Y cómo surgió la colaboración de Serrat recitando el verso al final'?

S: Son las canciones que le dan sentido al disco. En realidad este es de los pocos discos, que yo recuerde, en los que se habla del proceso creativo. Casi se podía más hacer un ensayo que un disco. Se dice "más me vale, tengo un verso que acabar"... Es el momento del verso en blanco que no tienes. La búsqueda es continua. Después del éxito te tienes que plantear por qué sigues y hacerle un homenaje a la propia profesión me parecía bonito. Y, de repente, Serrat se pone a tiro a través de Candela, su hija que suele ir a nuestros conciertos. Fue como ¡guau! Es más emocionante a nuestra edad que te venga que Serrat que un artista brit de última generación.

JRP: Yo acuerdo de tu cara. Fue uno de los mejores momentos de tu vida, seguro.

S: A priori no tiene nada que ver con nosotros, pero quizás en una búsqueda de que las letras puedan ser leídas, aparte de cantadas, era el nexo y representaba la solera y el buen vino. Pienso que para mucha gente el poeta Halley puede ser Love of Lesbian pero para nosotros es Serrat o Manolo García, esa gente del rock patrio que escuchabas y decías "maldita sea, están utilizando las letras para algo más que para ser memorizadas de una manera frívola". Hay dobles y triples lecturas. Fue muy emocionante.

Todavía siguen viéndose como esos "pringados" -los Fétidos Adams dice Santi Balmes entre risas- que estaban grabando su primer disco y eran tomados por unos bichos raros. Por eso aseguran, y lo hacen con sinceridad, que aún les sorprende que antes de sacar su nuevo disco ya hayan vendido todas las entradas para sus primeros conciertos de presentación en México (7 abril), Madrid (21, 22 y 23 de abril en la Riviera) y Barcelona (28, 29 y 39 de abril en Razzmatazz).

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