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Filippo Giunta: "Si Benicàssim nos considera un problema, nos iremos a otra ciudad"
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entrevista al director del rototom

Filippo Giunta: "Si Benicàssim nos considera un problema, nos iremos a otra ciudad"

El festival de música reggae vive un momento dulce, excepto por su tortuosa relación con el Ayuntamiento

Foto: El director del festival, Filippo Giunta (Chloe Charbonnier / Rototom)
El director del festival, Filippo Giunta (Chloe Charbonnier / Rototom)

¿Sabían ustedes que el encuentro de música jamaicana más grande de Europa se celebra en España? Desde hace un lustro, Rototom convierte Benicàssim en un centro de vibraciones fraternales, enviando mensajes de amor, paz y entendimiento. En 2014 batieron su récord histórico, alcanzando 250.000 asistentes a lo largo de ocho días. Pero el Rototom no es solo cuestión de cifras, sino que destaca por no cerrarse a posicionamientos políticos: apuestan por precios razonables, jornadas a cinco euros para los parados de la provincia de Castellón o boicot a los productos Coca-cola por sus políticas antisindicales. Todo un contraste con el perfil alérgico al compromiso de Sónar, Festival Internacional de Benicássim o Primavera Sound.

Filippo Giunta, fundador y presidente de Rototom, responde a nuestras preguntas, sin eludir la tensa relación con el ayuntamiento de la ciudad ni la persecución judicial que les obligó a mudarse en 2011 de la ltalia de Berlusconi a la España de Zapatero. Las fechas de este año son del 15 al 22 de agosto y puedes encontrar toda la información en www.rototomsunsplash.com

Sufrimos un proceso político destinado a que el Rototom se marchase de Italia

P: Tras una dura persecución por la justicia italiana, os vistéis obligados a abandonar el país. Recientemente te has visto absuelto de todos los cargos. ¿Cómo valoras la sentencia?

R: Es evidente que sufrimos un proceso político destinado a que el Rototom se marchase de Italia. Querían interrumpir este proyecto social que es el festival. Hablamos de un proceso que es fruto del clima creado por Berlusconi. Hoy en Europa seguimos en un momento de racismo, de cierre de puertas a los emigrantes y de imponer una sensación de miedo desde arriba. Frente a estos problemas, Rototom quiere mandar un mensaje de amor, de paz y de hermandad. Para la derecha, el festival era intolerable porque contribuyó a mostrar que otro mundo es posible.

P: ¿Pensaste en algún momento que podías ir a la cárcel?

R: En febrero de 2014 ya teníamos claro que seríamos absueltos porque se apreció un recurso de inconstitucionalidad de la ley antidroga, también conocida como Fini-Giovanardi, que era la excusa para nuestra acusación por apología del consumo de cannabis. Gracias a este recurso se han librado de los tribunales 20.000 personas cuyo único pecado era haber fumado algún porro en su vida. Nosotros hemos aprovechado para presentar tres propuestas de ley para legalizar la marihuana en Italia. El juez nos tuvo intervenidos el teléfono un año a mí y a mis colaboradores. No encontraron pruebas ni pretextos. La conclusión que saco ahora es que el proceso ha durado seis años y ha supuesto enormes gastos innecesarios para el contribuyente italiano.

placeholder Imagen de la pasada edición del Rototom (Efe)
Imagen de la pasada edición del Rototom (Efe)

P: Hace poco has denunciado presiones desde Benicàssim para cambiar las fechas del festival y que se deje de hacer en agosto. Vuestra postura de rechazo es muy firme. ¿Por qué?

R: Es algo que ocurre desde hace cuatro años. Tiene que ver con la asociación de comerciantes de Benicàssim, que afirma que ya tienen bastante turismo en agosto y que sería mejor mover el festival a otra fecha, por ejemplo septiembre. El problema, bastante difícil de resolver, es que las principales bandas de Jamaica dedican el mes de julio a Europa. A partir de agosto, sobre todo de la segunda quincena, ya están todas por los distintos festivales de Estados Unidos. Este año, por ejemplo, hemos perdido a Damian Marley y a muchos otros grandes artistas que sólo podían venir en julio. Sería carísimo traerlos solo para una fecha europea.

El segundo problema es que tenemos un público muy internacional: alemanes, franceses, italianos…hasta 75 nacionalidades distintas compran masivamente nuestras entradas. En Europa, a partir del 23 de agosto, ya están funcionando los colegios, las oficinas y las fábricas. Es mucho más complicado que ese público se acerque a Benicàssim fuera de sus vacaciones. Si cedemos a los comerciantes y movemos el festival a la última semana de agosto o principios de septiembre calculamos que perderíamos el 50% de nuestro público. Aparte de esto, no hay que olvidar el cambio climático, que ha provocado que por esas fechas haya más posibilidades de lluvias y mal tiempo, algo que perjudicaría seriamente al festival.

Si cedemos a los comerciantes y movemos el festival a la última semana de agosto o principios de septiembre calculamos que perderíamos el 50% de nuestro público

P: Parecen motivos sólidos. ¿Por qué no son sensibles a ellos?

R: Personalmente, no entiendo por qué deberíamos cambiar algo que tiene tanto éxito. Mira, yo vivo en Benicássim todo el año, hablo con los comerciantes muchas veces. Hasta ahora nadie me ha dicho que el Rototom cause problemas de saturación turística en agosto, nunca hay exceso de visitantes en el pueblo. En la parte de las ventajas, podemos decir que estaría mejor moverlo a septiembre porque así se reparte el turismo, pero en los contras habría que señalar el alto riesgo de que un festival de éxito se convierta en un fracaso. ¿Alguien piensa que compensa? El año pasado batimos récord de visitas y en 2015 la venta anticipada indica que los volveremos a superar.

P: Si insisten en presionar para que se muevan fechas, ¿qué puede ocurrir?

R: En ese caso, estoy seguro que habrá otras ciudades interesadas en acoger el festival, ya que tiene un impacto económico considerable y crea un montón de puestos de trabajo para la localidad donde se celebre. Y, sobre todo, sería una gran promoción turística a nivel global para el lugar donde nos mudemos. En serio, nos gustaría quedarnos aquí, pero no creo que tuviéramos problemas en cambiar. Rototom tiene una filosofía del respeto, que consiste en no molestar a nadie, especialmente no molestar al pueblo que nos acoge. Si los empresarios están molestos o nos consideran un problema nos iremos a otro sitio donde seamos bienvenidos.

placeholder Damian Marley en el festival (Efe)
Damian Marley en el festival (Efe)

P: Estaba leyendo entrevistas de 2011, el año de la mudanza a Benicàssim. Una de las cosas que pedías eran instalaciones fijas para el festival, que no se monte y desmonte el recinto cada vez que se celebra. ¿Se ha avanzado algo en este aspecto?

R: Para nada. Cada año, cuando volvemos, nos encontramos un recinto destruido, donde han entrado vándalos a hacer lo que les ha dado la gana. Hay que prestarle mucha atención, curar y regar las plantas. El espacio no tiene gestor ni programación a lo largo del año. Solo está activo por el Rototom y el Festival Internacional de Benicàssim. Ese recinto podría aprovecharse para algo más que para hacer dos macrofestivales al año. Me refiero a tener algún tipo de programación más pequeña, abrirlo a otros promotores. Se maneja todo de forma bastante anárquica. Para mí el sueño sería encontrar unas instalaciones fijas, una especie de Ciudad de la Música abierta todo el año. Ahora mismo hay dificultad para entendernos por el Ayuntamiento. Si finalmente nos mudamos, sería a una ciudad que tuviera estas instalaciones fijas. No te puedes plantear una inversión seria si no hay un proyecto claro a largo plazo.

R: He escuchado a exempleados de Benicássim quejarse en privado de la forma en que el Ayuntamiento gestiona los terrenos del cámping. Por lo visto, hay que alquilarlos cada año a distintos propietarios, cuando lo lógico sería que el consistorio los expropiase para atender las necesidades de los festivales. ¿Estás de acuerdo?

R: Sí, claro. Aquí hemos pasado años luchando con los propietarios, ya que son muchísimos y hay que negociar con cada uno. Unos son de Valencia, otros de Castellón, otros de Benicàssim y cada uno quiere un precio y unas condiciones. El año pasado, por fin, se arregló el alquiler del recinto, ya que hubo intervención municipal para poner de acuerdo a los propietarios y ahora sólo tenemos que negociar con el Ayuntamiento. El problema sigue en la zona de acampada: tanto por los alquileres como por los permisos. Habría que arreglarlo de forma definitiva. No se puede llevar a cabo ninguna actividad cultural con esta incertidumbre económica.

En la primera edición española del Rototom, el alcalde Colomer nos cedió el recinto gratis. Al año siguiente, ya aparecieron dos dueños, uno pidiendo 20.000 y otros 30.000 euros. Doce meses después ya aparecieron siete dueños, cada uno reclamando una cantidad. No se puede trabajar así. A todo esto hay que añadir que el Ayuntamiento decide cada año si te da o no te da el permiso para las fechas que tú pides. Benicássim dice que quiere festivales de calidad, pero para tener eso lo primero que deben hacer es mostrar calidad en las relaciones con quienes invertimos millones de euros en montar un buen festival.

P: Este año la organización de consumidores Facua ha denunciado al RockFest de Barcelona por impedir meter comida en el recinto. ¿Qué opinas de este incidente?

R: Te puedo explicar nuestra filosofía. Nosotros tenemos un abanico muy grande de comida en el recinto (africana, tailandesa, japonesa, italiana…). Si un chaval quiere meter un bocadillo, no le vamos a decir que no, pero no nos gusta que se haga, no lo vemos necesario. No nos parece bien que se traigan al recinto toda la comida que van a consumir a lo largo de un día. En cambio, en la zona de acampada, no sólo se permite meter comida, sino que hemos montado una cocina gratuita y supermercado donde se venden sobre todo productos locales. Nos gusta fomentar que la cocina sea un lugar de relación social donde se encuentren franceses, africanos, italianos y españoles compartiendo recetas y experiencias. Comen juntos en las mesas y eso sirve para conectar a la gente.

placeholder El legendario músico jamaicano Jimmy Cliff en el Rototom (Efe)
El legendario músico jamaicano Jimmy Cliff en el Rototom (Efe)

P: ¿Tenéis diálogo directo con el Festival Internacional de Benicàssim para tratar problemas comunes?

R: Ahora comienza a haberlo, sobre todo a raíz del cambio de propiedad. El nuevo dueño del FIB me parece mucho más sensible y abierto a colaboraciones. En los dos últimos años estamos empezando a compartir infraestructuras y trabajos que nos sirven también. Estamos muy lejos de lo que podríamos llegar. Por ejemplo, el Ayuntamiento no asume ningún papel en esta cooperación. Y les vendría bien: por ejemplo, en el asunto del cambio de fechas para favorecer a los comerciantes. Podríamos llegar a un acuerdo y que el Rototom se celebrara la primera semana de julio y Benicàssim se trasladara a la última. Hasta ahora no ha sido posible sentarnos en una mesa el FIB, el Ayuntamiento y nosotros.

P: Otra de las ideas que tenías en 2011 era hacer el Rototom y además otro pequeño certamen en el pueblo. ¿Esto se ha puesto en marcha?

R: No, por la incomunicación con el Ayuntamiento. A ver, la relación no es buena ni mala, nos dejan trabajar, pero sorprende que nos llamen de muchos puntos de España, Europa y Sudamérica para hacer actividades y nunca nos hayan llamado del propio Benicàssim. Ni siquiera en las fiestas del pueblo. Hasta ahora, nos han pedido colaboraciones desde Villareal, Valencia, Castellón, Madrid, Málaga, Barcelona, Murcia, Bilbao y otros lugares de distintos puntos del mundo. Es sorprendente que Benicàssim no quiera sacar más partido a unos promotores que viven en el pueblo todo el año.

¿Sabían ustedes que el encuentro de música jamaicana más grande de Europa se celebra en España? Desde hace un lustro, Rototom convierte Benicàssim en un centro de vibraciones fraternales, enviando mensajes de amor, paz y entendimiento. En 2014 batieron su récord histórico, alcanzando 250.000 asistentes a lo largo de ocho días. Pero el Rototom no es solo cuestión de cifras, sino que destaca por no cerrarse a posicionamientos políticos: apuestan por precios razonables, jornadas a cinco euros para los parados de la provincia de Castellón o boicot a los productos Coca-cola por sus políticas antisindicales. Todo un contraste con el perfil alérgico al compromiso de Sónar, Festival Internacional de Benicássim o Primavera Sound.

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