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Plácido Arango, el discreto ángel de la guarda del Museo del Prado
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dona 25 obras de su colección a la pinacoteca

Plácido Arango, el discreto ángel de la guarda del Museo del Prado

El empresario mexicano de ascendencia asturiana y fundador del Grupo Vips es uno de los grandes mecenas del arte español ampliamente ligado a la pinacoteca nacional

Foto: Arango con Juan Carlos I cuando era presidente del Patronato del Prado (EFE)
Arango con Juan Carlos I cuando era presidente del Patronato del Prado (EFE)

Plácido Arango no se prodiga. Es un hombre que tiene en la discreción la misma máxima que en su pasión por el arte. Las últimas entrevistas que concedió son de2007 cuando fue nombrado presidente del Real Patronato del Museo del Prado. Cinco años después dejó el cargo y ayer volvió a saltar a los titulares por la donación de 25 obras de su colección privada de pintura antigua a la pinacoteca nacional, entre ellas tres zurbaranes, cuatro litografías de Goya y un lienzo de su admirado Francisco de Herrera el Mozo.

Hijo de emigrantes asturianos en México, Arango (Tampico, México, 1931)es, además del fundador del Grupo Vips, elgran mecenas del arte español. Aunque esa denominación no es la que más le convence. "Yo no me puedo llamar a mí mismo mecenas, aunque otros lo hagan. El coleccionismo tiene algo de egoísmo, frente al altruismo del mecenazgo: soy coleccionista y trato de practicar el mecenazgo", aseguraba entonces en una entrevista en El Mundo dejando clara esa discreción que citan como primer rasgo de su personalidad sus conocidos.

Ayer también lo destacaban Miguel Zugaza y José Pedro Pérez-Llorca, director y presidente del Patronato del Museo del Prado respectivamente, al subrayar la "elegancia" de Arango huyendo de los focos tras esta "importantísima donación" y sin poner ninguna condición -de hecho, la selección se ha realizado junto a la pinacoteca-salvo el usufructo vitalicio de las obras. De hecho, fue mediante la nota de prensa facilitada por el museo como expresó que "no hay mayor satisfacción para un coleccionista que ver como el fruto de su labor sirve para enriquecer un museo público tan mágico e irrepetible como es el Museo del Prado". De nuevo, Arango el coleccionista por encima del discreto mecenas.

Ha explicado en alguna ocasión que su afición por el arte viene desde joven y no estáligada a antecedentes familiares. Todo empezó al casarse y comprar un cuadro figurativocomo decoración. Fue cuando entró en el circuito de galeristas y artistas mexicanos y comenzó a interesarse y aprender de arte. "Paso de adquirir un cuadro para llenar una pared a adquirirlo por la importancia del cuadro", contaba sobre una pasión que fue creciendo con cada nueva compra.

Hoy atesora una de las mejores colecciones privadas de España con, afirmabahace ocho años, más de 300 obras centradas principalmente en el arte español, entre ellas cuadros de El Greco, Ribera, Murillo, Tàpies, Miró, Dalí, Nonell o Barceló, y consciente de que "la mayor parte de las colecciones se preservan con su donación".

Pero su amor por el arte no se queda en su faceta exclusivamente de coleccionista por mucho que haya querido resaltar ese papelcon modestia. Plácido Arango hoy es Patrono de Honor del Prado, vocal del Metropolitan, de la Biblioteca Nacional y académico correspondientede la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando. También ha sido presidente de la Fundación Príncipe de Asturias (1987-1996) y galardonado, entre otros, conlas grandes cruces de Isabel la Católica y del Mérito Civil, la medalla de oro a las Bellas Artesy con el Premio Juan Lladó de mecenazgo cultural.

Y, por encima de todo, destaca su relación con el Prado, museo"al que me encuentro tan estrechamente vinculado como agradecido", expresaba ayer. Ese vínculo comenzó en 1986 cuando le nombran vocal del Patronato y comienza a hacerse visible y reconocerse su importante labor como mecenas. En 1991 donó al museo 80 grabados de la primera edición de 1799 de los Caprichos de Goya. "Me parecía increíble que el museo no tuviera la primera edición, así que cuando tuve la ocasión de adquirirla sentí el deber moral de donarla. Tampoco es una donación tan importante", aseguraba en El Mundo.

'No hay mayor satisfacción para un coleccionista que ver como el fruto de su labor sirve para enriquecer un museo público tan mágico e irrepetible como el Prado'

Pero antes de esta impresionante donación, Arangoademásfue el impulsor (tanto en su condición de vocal del Met comoeconómicamente) de la restauración deLas Meninas, de Velázquez,a cargo del profesor Brealey, entonces director del gabinete de restauración del museo neoyorquino,y uno de donantes -"de las aportaciones económicasmás notables", destacó ayer Zugaza- que hizo posible la recuperación en 1986 de La marquesa de Santa Cruz, de Goya.

Además de su labor como mecenas, Arango es conocido por su actividad empresarial como fundador del Grupo Vips. La cadena de restaurantes-cafeterías-tiendas cuenta con 300 sucursales en España. Su familia, dedicada a la labranza en el municipio asturiano de Salas, emigró en los años treintaa México y su padre pronto abrió un comercio de tejidos y una fábrica textil que sería la base de la cadena de tiendas Aurrerá. Durante la guerra, se convirtió en la principal industria textil del país enriqueciendo a la familia.

Arango volvió a España en 1965 y trajo Aurrerá consigo. Laprimera tienda-restaurante Vips llegó en 1969 casi por casualidad, alquerer aprovechar el amplio espacio de dos cafeterías que tenía la familia en López de Hoyos y Princesa, en Madrid, abriendo una pequeña tienda que vendía prensa, bombones y juguetes. Así nació esta cadena (Vips,Ginos,Wok,Starbucks,Friday's)hoy, en manos de su hijo, quefacturó 336 millones de euros el año pasado.

Plácido Arango no se prodiga. Es un hombre que tiene en la discreción la misma máxima que en su pasión por el arte. Las últimas entrevistas que concedió son de2007 cuando fue nombrado presidente del Real Patronato del Museo del Prado. Cinco años después dejó el cargo y ayer volvió a saltar a los titulares por la donación de 25 obras de su colección privada de pintura antigua a la pinacoteca nacional, entre ellas tres zurbaranes, cuatro litografías de Goya y un lienzo de su admirado Francisco de Herrera el Mozo.

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