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Ana Botella aprueba otro pelotazo cultural en el último segundo de su mandato
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Ana Botella aprueba otro pelotazo cultural en el último segundo de su mandato

El último pleno de la Junta de Gobierno aprueba el derribo del edificio que ocupará el Museo de las Artes, la Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU) dedicado a la obra del arquitecto Emilio AMBASZ

Foto: Vista del proyecto del Museo AMBASZ, que ocupará el solar del Paseo del Prado, 30, en Madrid.
Vista del proyecto del Museo AMBASZ, que ocupará el solar del Paseo del Prado, 30, en Madrid.

En el último pleno ordinario y extraordinario de la Junta de Gobierno, Ana Botella ha logrado rematar otro de los sonados pelotazos urbanísticos en nombre de la cultura. El órgano ejecutivo del Ayuntamiento de Madrid firmó, el pasado 28 de abril, la sentencia de muerte del antiguo edificio de la UNED del Paseo del Prado, 30. Un edificio de ladrillo rojo, funcional, que antes de ser abandonado por el consistorio albergó una escuela de idiomas y el centro de Madrid Salud. En 2013, el espacio público de 3.000 metros cuadrados fue cedido gratuitamente durante 75 años a la Fundación Emilio Ambasz, que pretendía levantar un museo en honor a sí mismo.

El arquitecto argentino contó con el apoyo del “clan de Valladolid”, liderado por Miguel Ángel Cortés, ex secretario de Estado de Cultura entre 1996 y 2000, con José María Aznar al que le une una estrecha amistad. En 2008, Cortés solicitó la inscripción de la Fundación Emilio Ambasz en el registro de Fundaciones del Ministerio de Cultura.En 2003, recibió la nacionalidad española.Cortés ha insistido en desvincularse del proyecto.

Este periódico ha consultado con Pérez Llorca Abogados, gestores de los intereses de Ambasz, y aseguran que el político no se encuentra incluido en el Patronato de la Fundación aunque reconocen la estrecha amistad que une al diseñador con Cortés. El patronato se compone de Emilio Ambasz (presidente), Felipe Palomino González (patrono) y Guillermo Martín Hirscfeld (patrono y secretario).

'La desprotección del edificio es intolerable. Al museo le falta entidad, es un arquitecto sin relevancia como para formar parte del Paseo del Arte'

Después de un sonado silencio desde aquella entrega de suelo público a la Fundación, en 2013, sólo quedaba pendiente aprobar una modificación del Plan Especial: el voladizo que sobrevolará el cuerpo del edificio central, que no estaba contemplado. Una vez aprobado, en el tiempo de descuento político de Botella, el edificio tendrá el visto bueno para ser derribado en julio, dado que la calificación de protección fue rebajada por la Comunidad de Madrid. Este periódico ha tratado de hablar con la Dirección General de Patrimonio Histórico, sin embargo la petición ha sido rechazada.

Opacidad y silencio

También ha sido obviada la conversación con José Francisco García, responsable de Patrimonio del Ayuntamiento de Madrid, y con el del área de Urbanismo y vivienda. La opacidad del proceso durante estos siete años ha sido “escandalosa”, denuncian asociaciones como Madrid. Ciudadanía y Patrimonio (MCYP). “No se han publicado las resoluciones de las comisiones de Patrimonio, ni su composición. La desprotección del edificio es intolerable. Al museo le falta entidad, es un arquitecto sin relevancia como para formar parte del Paseo del Arte, que el Ayuntamiento ha pedido su ingreso en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO”, explica Alicia Torija, vicepresidenta de MCYP.

placeholder El arquitecto Emilio Ambasz en la exposición que el Museo Reina Sofía le dedicó, en 2011. (EFE)
El arquitecto Emilio Ambasz en la exposición que el Museo Reina Sofía le dedicó, en 2011. (EFE)

“El Ayuntamiento le está haciendo un regalo por 75 años. Y va a montar un doble negocio: una cafetería en el corazón turístico de la capital y un centro de propaganda sobre su obra. Trataremos de pararlo como sea, incluso escribiendo a la UNESCO para denunciarlo”, añade Torija. Tanto desde el área de las Artes, como desde Urbanismo se desentienden de la transparencia del proyecto y derivan al despacho de abogados. Para estos es muy destacable que el arquitecto haya renunciado a montar su sede en Nueva York, Venecia o Florencia: “Decidió implantar su idea en Madrid, algo por lo que los madrileños debemos estar agradecidos”, explican a El Confidencial.

“La Fundación Emilio Ambasz invertirá a fondo perdido en la demolición y sustitución del edificio existente, quedando todo lo construido (un edificio icónico de la arquitectura verde en Madrid) en propiedad del Ayuntamiento para el uso y disfrute de todos los madrileños una vez finalice la concesión”, añaden desde Pérez-Llorca Abogados.

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El museo albergará una colección permanente, un programa de exposiciones audiovisuales temporales, otro de conferencias y un programa de educación y extensión cultural, tal y como comunica el despacho de abogados. La colección permanente es una selección de la obra de Emilio Ambasz en todas las disciplinas que ha trabajado. “Dicha colección estará formada por maquetas, bocetos, planos, muestras pictográficas y/o imágenes”.

El Museo de las Artes, la Arquitectura, Diseño y Urbanismo (MAADU) “estará abierto un mínimo de 5 días a la semana durante 6 horas al día, que podrán reducirse a 4 horas en días festivos”. La entrada costará 6 euros. Además, la Fundación “tiene previsto” financiar un programa educativo, formativo y divulgativo, que incluye becas de investigación y desarrollo, premios y seminarios. Desde Pérez-Llorca Abogados apuntan a este periódico que no es posible la revocación, si cambiase el Gobierno después de las Elecciones Municipales y Autonómicas, porque "existe una concesión administrativa, con informes a favor de Las Artes y Urbanismo".

En el último pleno ordinario y extraordinario de la Junta de Gobierno, Ana Botella ha logrado rematar otro de los sonados pelotazos urbanísticos en nombre de la cultura. El órgano ejecutivo del Ayuntamiento de Madrid firmó, el pasado 28 de abril, la sentencia de muerte del antiguo edificio de la UNED del Paseo del Prado, 30. Un edificio de ladrillo rojo, funcional, que antes de ser abandonado por el consistorio albergó una escuela de idiomas y el centro de Madrid Salud. En 2013, el espacio público de 3.000 metros cuadrados fue cedido gratuitamente durante 75 años a la Fundación Emilio Ambasz, que pretendía levantar un museo en honor a sí mismo.

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