Roberto Wong, novelista novato de éxito

Roberto Wong tiene nombre de novelista, pero no tiene novela. ¿Quién es? “Es un mexicano, 32 años, nació en una pequeña ciudad en la costa, Tampico tamaulipa, empezó a escribir hace diez años, porque antes había leído y quería llegar a medirse con las historias que había leído, por un sentimiento de envidia y de respeto por todos esos autores que le anteceden (en esencia, Borges, Bolaño, Faulkner y Carver), escritores que han cubierto la novela y el cuento corto, que han logrado plasmar la tensión entre el hombre y el mundo”.

Al otro lado del teléfono Wong resume una intensa vida que ahora le retiene en los EEUU, como profesional del marketing on line para una empresa de clasificados, pero durante una larga temporada también estuvo en Londres y en París, y desde hace unas pocas horas es el ganador del primer Premio Dos Passos a la Primera Novela, por el libro titulado París D. F., que según el jurado formado por Marta Sanz, Susana Fortes, Emma Rodríguez, Antonio Orejudo, Javier Goñi, Andrés Ibáñez y Antonio Iturbe es “una voz nueva y audaz con un brillante lenguaje coloquial, imágenes poderosas y un interesante tratamiento de la violencia y el sexo, una novela sobre la melancolía, los deseos no cumplidos y el riesgo del hastío”.

Una novela melancólica

Poco más sabemos de este novelista nonato con nombre de novelista de éxito, que tiene 12.000 euros de premio, que la novela será publicada en enero por la editorial Galaxia Gutenberg y él representado por la agencia Dos Passos. “Wong ha escrito una novela con un protagonista que se llama Arturo, con el que mantiene una relación que va más allá de la que hay entre autor y personaje ficticio, ambos comparten preocupación por cómo se puede hacer una vida un poco más grande de la que a cada uno le ha tocado vivir, luz a lo ennegrecido cotidiano”, explica Wong de sí mismo y su personaje.

También sabemos de Wong que ha ganado, en apariencia, un premio literario limpio, porque pretende descubrir, no reconocer. Quizá por eso es un escritor mexicano con una novela en la que no se habla de narcotráfico, ni corruptos ni corruptelas. Aunque sí de lo demás. “No escribo sobre todo eso, pero sí hay ciertos elementos de violencia en el viaje que emprende para hacer de su realidad otra cosa. El escritor guatemaleco, Luis Cardoza, ha definido la mexicanidad como algo rico en matices y pasión contenida y en el otro extremo la violencia pura. Aquí asoma la violencia de una manera u otra. Como el sexo. Porque hablar de la vida es hablar de los sueños y de la sordidez de los encuentros. El lado oscuro de la realidad es muy revelador”, en palabras de Wong.

París D.F. es eso, un desdoblamiento de un mapa de una ciudad sobre la otra. La búsqueda de un lugar en el mundo en el que estar bien. Un regreso al Edén, una oportunidad para alterar la cruda y apestosa realidad. “Es una melancolía sobre las cosas que nunca vivimos. En un capítulo de Rayuela, Cortázar escribe algo así como que todo lo que merece la pena leer es por nostalgia. Lo que traté de hacer fue mezclar imágenes y sensaciones con un lenguaje cotidiano. El resultado son tres narradores, segunda persona, tercera y primera, que terminan siendo la misma”. Roberto Wong ha entrado en nuestras vidas.