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Arizona Baby: "En este país se trata a las artes como algo accesorio y peligroso"
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PUBLICA su nuevo disco 'secret fires'

Arizona Baby: "En este país se trata a las artes como algo accesorio y peligroso"

La banda publica un sorprendente tercer trabajo en el que, sin perder sus raíces características, abraza un halo más 'brit' y pop

Foto: La banda vallisoletana Arizona Baby publica su tercer disco
La banda vallisoletana Arizona Baby publica su tercer disco

Sorprendente pero sin perder su esencia. Ese podría ser el resumen de Secret Fires, el nuevo disco de Arizona Baby. Su tercer álbum oficial –The Truth, the Whole Truth and Nothing but the Truth fue un mini álbum-, supone una grata evolución en el estilo neofolk de la banda vallisoletana hacia sonidos que huelen más brit. Un disco, además, mucho más orgánico y de texturas, con más libertad en cuanto a sonidos y juego de instrumentos, y donde se han dejado llevar más por las influencias de la cultura pop sin llegar a romper con sus raíces tradicionales.

“La intención no era buscada. Está claro que siempre quieres sorprender a los demás y a ti mismo, pero sí es cierto que es un disco más variado y donde se notan los años que lleva girando Arizona Baby y los proyectos que hemos ido haciendo como Corizonas [la banda que crearon junto a Los Coronas]”, explica en una entrevista Rubén Marrón, guitarrista de la banda. “Siempre hemos tenido ese rollito no tan country austero sino desde donde converge con la cultura pop. El terruño con lo fantástico, lo psicodélico y lo cósmico”, resume Javi Vielba (El Meister), solista y letrista.

Es precisamente esa libertad de "darle cada canción lo que pide"con la que han jugadoen este trabajo y laque hace que Secret Fires -título que toma el nombre de una canciónde The Gun Club- nos lleve a The Beatles, en temas como Here today, Gone tomorrow, a The Doors en My love, e incluso a un halo más 60 y psicodélico en Gather round the fire o el regusto funk deTime to go. Y como conexión con sus anteriores trabajos, la poderosa apertura del álbum que es Real Lies, sin olvidar Don’t Look Back (on Yesterday),uno de los temas con más personalidad de este trabajo. Arizona Baby se ha sacudido el polvo del desierto de las botas y nos gusta el resultado.

En las letras de este disco también encontramos un binomio que nos impulsa a buscar nuevos horizontes frente al cabreo con la situación actual, cuya bandera bien podría serOwners of the world. Escapismo y preocupación pero, asegura Vielba, "es un disco optimista.Una huida hacia delante donde no falta un punto de desencanto y amargura" ante la situaciónsocioeconómica, cultural y de la música.

La banda formada por Vielba, Marrón y Guille Aragón describe un panorama de supervivencia para los músicos en el que las políticas culturales, IVA mediante, no ayudan nada. "Ya ni hablamos de lo que las instituciones o el Gobierno deberíahacer. Lo que tienen es que dejar hacer y dejar de vigilar a los ciudadanos", se queja. "En este país están tratando a las artes como algo accesorio, como un bien de consumo que está sólo para entretener y es peligroso. Y no podemos olvidar que la música es algo que nos humaniza. Tiene muchos poderes. Quizás por eso haya gente que la vea peligrosay esté desde algún sombrío despacho accionando botones y cortando cuerdas porque les preocupa gobernar un mundocon gente que se expresa libremente, creativa y que piensa. Eso es difícil de gobernar”, añade.

¿Y el directo?

"Vivir de los discos es absolutamente imposible", dice rotundoMarrón. A eso hay que sumar que "viene menos gente a los conciertos, y es normal. Es un esfuerzo".Pero, prosigue el argumento Vielba, "a mí me da igual cómo hayan escuchado nuestro disco, en streaming, bajado en torrent o porque se lo ha pasado un amigo. No nosimporta, prefiero que la gente venga a vernos. Lo que nos jode es que nos digan que no vale nada nuestro trabajo. Respeto que me digan no pago este dinero por tu disco pero eso no significa que mi disco no valga nada".

Otra de las peculiaridades del nuevo trabajode Arizona Baby es que lo han grabado en analógico en los estudios Brazil de Madrid. Es decir, todos a la vez, sin claquetas pero, además, arropados con muchos más instrumentos y voces que sus ya tradicionales guitarras acústicas y percusión. Aquí escuchamos más teclas, baterías, amplificadores, hammers, rhodes… “Hemos aprendido que hay que llevarlo mucho más preparado que en digital. Es más complicado corregir errores y hemos notado mucho la preproducción de casi tres años que hemos ido haciendo. Nos ha facilitado ir al grano”. La masterización se hizo en Ventura (California) en los históricos Golden Mastering, por donde han pasado desde Sonic Youth a Chris Isaak, Devendra Banhart, Calexico o Sharon Jones.

Pero la pregunta ahora es cómo va a llevar Arizona Baby esta sonoridad más compacta y compleja a los directos. De entrada avisan: “Venid a vernos porque os vais a cagar”. “Haremos la jugada a la inversa. Vamos a sustituir los arreglos por reinterpretaciones nuevas para que suene más completo, pero lo que lo va a sustituir con creces va a ser el factor humano. Le vamos a dar una cara más cruda al directo, que será complementario al disco y esperamos poder grabar también”.

Sorprendente pero sin perder su esencia. Ese podría ser el resumen de Secret Fires, el nuevo disco de Arizona Baby. Su tercer álbum oficial –The Truth, the Whole Truth and Nothing but the Truth fue un mini álbum-, supone una grata evolución en el estilo neofolk de la banda vallisoletana hacia sonidos que huelen más brit. Un disco, además, mucho más orgánico y de texturas, con más libertad en cuanto a sonidos y juego de instrumentos, y donde se han dejado llevar más por las influencias de la cultura pop sin llegar a romper con sus raíces tradicionales.

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