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Nacho Vigalondo: "Rodar en inglés no es un paso adelante"
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Nacho Vigalondo: "Rodar en inglés no es un paso adelante"

El director español analiza las claves de su primer filme en inglés, protagonizado por Elijah Wood y Sasha Grey. Un thriller tecnológico contado a través de pantallas de ordenador

Foto: Elijah Wood, Sasha Grey y Nacho Vigalondo en la presentación madrileña del filme (AP)
Elijah Wood, Sasha Grey y Nacho Vigalondo en la presentación madrileña del filme (AP)

Primera reflexión sobre Open Windows, nueva y esperadísima película de Nacho Vigalondo, que se estrena hoy: Vigalondo recuerda a uno de esos amigos al que le sugieres que te organice un pequeño ágape de cumpleaños... y te monta una rave de cinco días con prostitutos rusos y drogas demenciales.

En efecto, hay que tener cuidado con lo que uno le pide al muchacho. A los productores Belén Atienza y Enrique López Lavigne (de Apaches Entertainment, productora de Lo imposible) les gustaba mucho una escena de Closer (Mike Nichols, 2004) contada desde el chat de un ordenador. Así que propusieron a Vigalondo escribir un filme donde el ciber lenguaje de internet tuviera relevancia. Ocurre que Vigalondo (Cabezón de la Sal, 1977) se puso en modo mental bilbainada y parió una película contada en su totalidad desde un ordenador con varias ventanas abiertas (que ejercen a su vez de subtramas).

Por si meterse en semejante berenjenal no fuera ya suficientemente delirante, lo más gracioso de ese tour de force estilístico llamado Open Windows es que la filigrana se sostiene casi hasta el final sin venirse abajo. No diga Nacho Vigalondo, diga cuesta abajo y sin frenos. Oh, yeah.

¿No se lo creen? Pues solo tienen que echar un vistazo al tráiler e imaginarse eso mismo pero durante 100 minutos. Dentro vídeo:

En efecto, el gran interrogante sobre Open Windows era saber cuánto tiempo sería capaz de mantener Vigalondo el desafío formal que anunciaba el tráiler. "No hay película con reto formal que no asuste. Cuando Rodrigo Cortés rodó Buried, se temía que no lograra sostenerla entera dentro del ataúd... Pero esa es precisamente la gasolina del asunto: levantar un filme con esas limitaciones para que el resultado sea más excitante de lo normal. Si nos dejásemos dominar por el miedo, estaríamos viendo telefilmes desde hace cien años", cuenta Vigalondo a El Confidencial.

Quizás recuerden ustedes la estupenda ópera prima de Vigalondo, Los cronocrímenes (2007). Llegaba un momento en el que parecía imposible que la historia fuera más allá. Pues bien: Vigalondo no sólo lograba cavar más hondo en la trama, sino que acababa llegando casi hasta el centro de la tierra.

La sensación de ir bajando por un pozo argumental sin fondo también se da en Open Windows, lo que es lógico dado que a los diez minutos de arrancar ya estamos situados en un lugar entre la paranoia y el delirio. ¿Miedo a pasarse de frenada? "Son propuestas muy diferentes. Cada historia tiene sus necesidades y extremos. En Los cronocrímenes necesitaba que la trama se plegara sobre sí misma. En Extraterrestre necesitaba contar menos de lo que el público pensaba que iba a contar. Open Windows es una película que plantea una sucesión de mentiras, por tanto, tenía claro que la mentira final tenía que afectar al punto de vista. Es cierto que la película tiene forma de deriva, pero todo está bajo control desde el primer fotograma". No diga Nacho Vigalondo, diga locura controlada.

No obstante, parece que la bilbainada estilística de Open Windows no era suficiente para Vigalondo, que aprovechó un pequeño hueco en la ardua preproducción para rodar otro filme entre medias: Extraterrestre (2011). En efecto, rodar otra película es una manera un tanto extraña de matar el tiempo entre toma y toma, a no ser que uno se llame Nacho Vigalondo, claro. El muchacho, por lo visto, no se puede estar quieto. "El tiempo va pasando y yo quiero hacer muchas películas. Y luego está el momento que me ha tocado vivir. A veces escucho historias sobre cómo se rodaban películas en los noventa y me suena a la tierra de nunca jamás. Se levantaban proyectos de un día para otro. Hoy toca ser más rápido de lo normal", cuenta (y suena tan atropellado y ansioso que uno empieza a temer que esté filmando en secreto esta entrevista para incluirla en su próximo filme).

Lo que da pie a analizar su relación de desamor con la taquilla española: "La labor de un cineasta es pensar en el espectador, pero espectador y taquilla son dos cosas diferentes. Mi obsesión es el espectador", matiza.

Con todo, pese a que es un director de culto internacional, tiene más prestigio fuera que en casa, Open Windows es su primera película en inglés y cuenta con dos pequeñas estrellas (Sasha Grey y Elijah Wood) en su reparto, Vigalondo evita los lugares comunes sobre el futuro de su carrera: "Rodar en inglés no es un paso adelante. O al menos no es el paso adelante que se dice que es. No creo que sea una evolución inevitable. Igual que volver a rodar en castellano no sería un paso atrás. Lo que me atrae son las películas que surgen por el camino. El paso adelante es hacer muchas películas", zanja.

Primera reflexión sobre Open Windows, nueva y esperadísima película de Nacho Vigalondo, que se estrena hoy: Vigalondo recuerda a uno de esos amigos al que le sugieres que te organice un pequeño ágape de cumpleaños... y te monta una rave de cinco días con prostitutos rusos y drogas demenciales.

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