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El duque se hace rey
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LAS 17 NUEVAS CANCIONES DE DAVID BOWIE VIAJAN A LAS PROFUNDIDADES DE SU ALMA DE DORIAN GREY

El duque se hace rey

Necesita el desconcertante rock de estos tiempos no menos confusos el retorno del gurú por excelencia, de un David Bowie presto de nuevo a mostrar la

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El duque se hace rey

Necesita el desconcertante rock de estos tiempos no menos confusos el retorno del gurú por excelencia, de un David Bowie presto de nuevo a mostrar la luz al final del túnel. El fastuoso vídeo de The stars (are out tonight), con Tilda Swinton en plan estelar, sucede al reciente Where are we now? y avanza su álbum de regreso, The next day, a la venta el 12 de marzo y desmenuzado por El Confidencial tras escucharlo en profundidad.


¿En qué se reencarna Bowie una década después de Reality? ¿Vuelve Ziggy Stardust? ¿O Aladdin Sane? ¿Tal vez Thin White Duke? ¿Un reciclaje de Space oddity? ¿De Young americans? Guiños a sí mismo, como no podía ser de otra manera. Huida hacia delante con sus heterónimos por montera. El Picasso del rock rompe una década de silencio discográfico con 17 canciones que nos hacen imaginar a Bowie, a sus 66 años, mirando por la ventana en un día de lluvia o recreándose ante el espejo cual Dorian Grey contemporáneo. Berlín en el horizonte, como en los tiempos de amour fou junto a su examante Iggy Pop. Retazos del pasado para proyectarse en toda su madurez. 

Entre la melancolía y el clímax. Entre la épica y la intensidad. Así se reencarna el aristocrático camaleón apoyándose (una vez más) en su fiel Tony Visconti, el productor con quien trabajó en Space oddity (1969), The man who sold the world, David live, Young americans, la trilogía berlinesa del 77 al 79 (Low, Heroes, Lodger), Scary monsters y, ya en el siglo XXI, Heathen y Reality.



1. The next day

Arranca el álbum con su entonación más felina que nunca. Ronronea sobre un entramado de funk-rock que remite incluso a Red Hot Chili Peppers. Este Bowie sesentañero se afana en que su perfil de rockero militante salga a la luz lo antes posible.

2. Dirty boys

Es la única canción que entronca con los días de Young americans (1975). El saxo asoma elegante, con resabios de la música negra que le marcó cuando vivía en Los Ángeles. Ritmo lento. Guitarras densas.


3. The stars (are out tonight)

La ironía sobre su fama estratosférica se hace patente en esta pieza algo irregular, en la que Tony Visconti se aproxima desde la mesa de mezclas al respaldo sonoro que le dio a Morrissey.


4. Love is lost

Es la más berlinesa de todas. Un mid tempo extraño y atmosférico que nos trae a la mente su gran himno Heroes. Incluso atisbamos Crush with eyeliner, de REM.


5. Where are we now?

La balada existencialista que casi todo el mundo esperaba de él. Su voz es un lamento y el piano preside el devenir de una pieza que estremece con su sensibilidad extrema.


6. Valentine's day

Uno de los momentos más accesibles del disco, salpicado por ecos de Aladdin sane y Outside. Un single perfecto en medio de tantas connotaciones introspectivas.


7. If you can see me

La catarsis evoca al último Scott Walker, el de Bish bosch. Tal vez la canción menos autocomplaciente de todas. La batería marcha al trote y todo culmina en una explosión de sintetizadores.


8. I'd rather be high

La voz y las guitarras apuntan a su clásico Rebel rebel. Los coros envuelven el estribillo, pero no cabe duda de que estamos ante la composición menos brillante.

9. Boss of me

Otro medio tiempo ideal para que se manifiesten los inconfundibles matices de su garganta poliédrica. De nuevo los coros se erigen en protagonistas. Transformer (el excepcional álbum que Bowie le produjo a Lou Reed allá por 1972) en la memoria.

10. Dancing out in space

Aire ligeramente 'funk' y hasta 'mainstream'. Referencias a 'China girl' y a 'Loving the alien'. Sorpresa: puede resultar de lo más comercial.


11. How does the grass grow?

La demostración de que el álbum sólo puede entenderse como un viaje interior por sus diferentes etapas. El swinging London se cuela sin llamar a la puerta.


12. (You will) set the world on fire

Acento descaradamente glam. No podemos evitar el recuerdo de The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars. La cólera se deja sentir.

13. Heat

I am a seer, but I am a liar, canta el tótem de la modernidad. Su voz, en primer plano, se revela sobrecogedora mientras la frialdad abstracta del fondo musical bebe de la austeridad de Warszawa.

14. So she

Los tres extras del álbum no se inician precisamente bien. Más bien flojo este tema, que pasa completamente desapercibido.

15. Plan

Otra vez su lado abiertamente glam, aunque se trate de un instrumental. Desenlace cáustico.

16. I'll take you there

Llegamos al final con una pieza que se ajusta a los cánones del Iggy Pop de Cry for love. Esto sí es un bonus track de verdad. 

Por su parte, Gerry Leonard (guitarrista en las sesiones de grabación) acaba de poner los dientes largos a los miles de fans empedernidos de Bowie al afirmar que "existe un 50% de posibilidades de que realicemos una gira mundial". Si es así, no podrán faltar los médicos en su troupe para que no se repita el colapso cardíaco que sufrió hace nueve años, cuando se vio obligado a cancelar su Reality tour e iniciar un retiro que, afortunadamente, toca a su fin.

Necesita el desconcertante rock de estos tiempos no menos confusos el retorno del gurú por excelencia, de un David Bowie presto de nuevo a mostrar la luz al final del túnel. El fastuoso vídeo de The stars (are out tonight), con Tilda Swinton en plan estelar, sucede al reciente Where are we now? y avanza su álbum de regreso, The next day, a la venta el 12 de marzo y desmenuzado por El Confidencial tras escucharlo en profundidad.