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Edvard Munch, un pintor más allá de 'El grito'
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Edvard Munch, un pintor más allá de 'El grito'

La Pinacoteca de París quiere realizar una nueva aproximación a la obra de Edvard Munch, y lo hace con una muestra que titula curiosamente, el Anti-grito.

Foto: Edvard Munch, un pintor más allá de 'El grito'
Edvard Munch, un pintor más allá de 'El grito'

La Pinacoteca de París quiere realizar una nueva aproximación a la obra de Edvard Munch, y lo hace con una muestra que titula curiosamente, el Anti-grito. De esta manera se adentra en el misterio de un autor mitificado a través de un recorrido (ver álbum) que se podrá visitar hasta el 18 de julio.

 

Tal como reconoce Marc Restenelli, director de la Pinacoteca de París, El grito es quizá su cuadro más famoso, pero no el más representativo. Por eso quieren volver a mirarlo de una manera más profunda y situarlo en oposición a los movimientos que se fraguaban en la época que le tocó vivir: Impresionismo, Simbolismo y Naturalismo. “Fue un artista mucho más poderosamente conectado con la literatura y la poesía que los otros ismos”, afirma Restenelli, a lo que añade que “atacó las leyes del color, literalmente aró las superficies pictóricas (…) transfirió fotografías y cine mudo a los lienzos”. El director de la Pinacoteca de París también le ve como el contacto perdido entre artistas como Picasso, Braque, Dubuffet y Jackson Pollock en la historia del modernismo.

 

La exposición se divide en cinco secciones. La primera habla de su trabajo hasta 1892, época en la que inspirado por los pintores noruegos de paisajes tradicionales, busca una manera precisa de reproducir la naturaleza, usando probablemente la cámara oscura. 

En la siguiente parada se analizan cinco años de trabajo en los que se dedicó a experimentar con las artes gráficas a caballo entre Berlín y Londres. Una exposición del 1892 provocó un escándalo y se le acusó de parecer inacabado y feo. Pero aquello de que hablen de ti aunque sea mal parece que le funcionó, pues le dio notoriedad.

 

Desde 1898 empezó a mostrar cambios en su manera de concebir la pintura. Sus trabajos se caracterizarán por un uso del color, líneas y superficies que tendían a ser más y más decorativas y con un deseo de monumentalidad. Pinturas como la de la imagen, Noches de verano en Studenterluden posee una ambivalencia entre los volúmenes y una superficie de estilización. Desde 1909, Munch, en su vuelta a Noruega alquila un estudio cerca de a costa con una zona abierta al aire. Todo este cambio se notó en sus creaciones, en las que el mal tiempo empezó a ser cada vez más una herramienta artística para expresar vejez y degradación.

 

En sus últimos trabajos, que ocupan la parada final de la muestra, asistimos a cierta disolución del sujeto, en unas creaciones en las que sigue interesado en las relaciones con el sexo opuesto, del seductor y del artista como marginados sociales.

La Pinacoteca de París quiere realizar una nueva aproximación a la obra de Edvard Munch, y lo hace con una muestra que titula curiosamente, el Anti-grito. De esta manera se adentra en el misterio de un autor mitificado a través de un recorrido (ver álbum) que se podrá visitar hasta el 18 de julio.