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De tiendas por los grandes museos
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De tiendas por los grandes museos

Para algunos se ha convertido en una verdadera costumbre. Toda visita a un museo incluye el paso por su tienda. En un principio era la excusa

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De tiendas por los grandes museos

Para algunos se ha convertido en una verdadera costumbre. Toda visita a un museo incluye el paso por su tienda. En un principio era la excusa perfecta para adquirir alguna reproducción en forma de postal o póster de esa obra que se admiraba con devoción o que se acababa de descubrir, junto con algún lápiz o cuaderno que identificaba la institución en la que se adquiría y servía de perfecto souvenir.

 

Pero cada vez más las tiendas de los museos se han convertido en escaparate de los más variados productos, muchos de ellos inspirados en creadores concretos, en la ciudad que acoge el centro o, simplemente, piezas curiosas o de diseño. A tal punto se ha llegado que incluso muchos de los museos incluyen en sus webs una parte dedicada a vender online todo o casi todo lo que sus tiendas ofrecen.

 

En algunos museos como el MoMA, que ha convertido en todo un arte, y nunca mejor dicho, lo de poseer una variada selección de productos en su tienda, ofrece ahora algo más elaborado: una cantidad limitada de pequeñas obras de arte. Cada año desde 1988, Peter Norton, empresario y coleccionista, ha pedido a los artistas de los que ha adquirido obras que creen unas piezas únicas con las que obsequiar a su familia y amigos. En esta ocasión ha donado diferentes piezas para que sea vendidas en la tienda del museo neoyorquino y los beneficios vayan a parar al Centro de Arte Contemporáneo P. S. 1, una de las instituciones de arte más antiguas sin fines lucrativos. Entre los objetos hay creaciones de Kara Walker, Yinka Shonibare y Christian Marclay y Daniel Martínez. Los precios oscilan los 150 y 1.000 euros.

 

Una iniciativa excepcional en una tienda que entre sus objetos más exitosos tiene un conjunto de piezas de madera que representan Nueva York, creados por la casa Muji; un paraguas con un cielo azul y nubes en su interior; o la famosa silla de policarbonato de Philippe Starck, Louis Ghost.

 

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Tracey Emin o Murakami en la Tate

 

Las bolsas de tela son un clásico en los comercios de los museos. Frases creativas, firmas de artistas, ilustraciones exclusivas… todo cabe en ellas. En la Tate Modern de Londres el visitante se encuentra algunas diseñadas por Louise Bourgeois, Christian Zuzunaga o Baldessari. De Tracey Emin te puedes comprar un montón de cosas, como un sombrero, una taza o una camiseta, o también de Murakami: pins, tarjetas, bolsos, flores sonrientes en forma de peluche. Puedes, además. adquirir pañuelos con los tonos de las obras de Turner, y, por supuesto, ese pequeño regalo con el que obsequiar a un niño, como una camiseta en la que se reza “Future artist”.

 

El Smithsonian aprovecha el hecho de haber sido escenario de las dos películas de Noche en el museo para vender merchandising relacionado con la película y algunos de sus momentos más conocidos. También se pueden encontrar objetos tan exitosos como un Einstein parlante que cobró vida en la cinta, y que tiene frases como “¡Pareces más listo de lo que eres!”. Entre sus productos oferta un reloj de pared con bolas que también se puede encontrar en el MoMA.

 

Uno de los objetos más llamativos que se pueden encontrar en el Metropolitan son sus artísticos relojes, inspirados en el siempre socorrido Klimt, el modernismo, la Rusia imperial, el cubismo o el arte egipcio.

 

El Museo de Prado de Madrid mejoró hace poco tiempo su web y también incluyó una tienda online. Entre lo ofertado, lo más llamativo es una impresión a la carta de la obra de la colección permanente que el comprador quiera adquirir; pero también se pueden encontrar chapas, espejos, bolsas de tela o abanicos con detalles de obras. Además se puede buscar en la lista que proporciona la página, el artista que puede interesar al comprador y qué objetos relacionados con él se ofertan.

 

Por último, destacamos uno de los museos más imponentes del mundo, el Hermitage de San Petersburgo, que también cuenta con tienda online. Entre los productos más espectaculares que se pueden encontrar están los muebles imperiales, dentro de los que destacan sillas art noveau o un escritorio neoclásico. Entre sus productos más exitosos están un huevo de cristal con motivos imperiales o un candelabro de Malaquita. Entre las reproducciones que se pueden adquirir, las más exitosas son La virgen con el niño de Leonardo da Vinci o La danza de Henri Matisse.

Para algunos se ha convertido en una verdadera costumbre. Toda visita a un museo incluye el paso por su tienda. En un principio era la excusa perfecta para adquirir alguna reproducción en forma de postal o póster de esa obra que se admiraba con devoción o que se acababa de descubrir, junto con algún lápiz o cuaderno que identificaba la institución en la que se adquiría y servía de perfecto souvenir.

Borja Prado Eulate