El lenguaje natural de Eduardo Chillida regresa a Madrid con una exposición en la Fundación Canal

Granito, papel, alabastro, acero, tierra son materiales que forman parte del lenguaje empleado por Eduardo Chillida para resaltar en el espacio la naturaleza de lo plástico y están presentes en la exposición que la Fundación Canal dedica a uno de los escultores más destacados del siglo XX.

Sesenta obras, entre esculturas y obras sobre papel de diferentes formatos junto a fotos y un vídeo, han sido seleccionadas por Ignacio Chillida, hijo de uno de nuestros artistas más universales, para la muestra con la que este escultor del espacio regresa a Madrid donde no se celebraba una gran exposición suya desde la organizada en el Museo Reina Sofía en 1988.

Con una atracción e interés cada día más creciente por su obra, la exposición permite contemplar "piezas bastante potentes, algo que he hecho intencionadamente", comentó el comisario quien recordó que desde hace tres años la política del Chillida-Leku, museo al aire creado por el artista en Hernani, es llevar la obra de Chillida a diferentes lugares de España a través de exposiciones de formato más pequeño.

Ignacio Chillida, que durante veinticinco años colaboró con su padre desde su oficio como grabador, se mostró muy satisfecho con el resultado de una exposición "que era un reto por la estructura del espacio, hermoso pero limitado de altura. Alguna de las esculturas han entrado por cinco centímetros".

Modelador de todo tipo de materiales, de los que sacó sus posibilidades expresivas pero manteniendo su carácter originario, desde el granito hasta la madera, pasando por el acero, el alabastro, el hormigón, el hierro o la terracota, para esta exposición el comisario ha seleccionado cuadro grandes esculturas que se exhiben en la primera sala rodeadas de trece obras en papel de gran formato, la mayoría de ellas "gravitaciones", como llamaba Chillida a los papeles superpuestos que luego colgaba.

"Desde que descubrió las superposiciones no volvió a utilizar el collage ya que decía que no se podía comparar la cola con el espacio" que habita en las superposiciones, comentó el comisario, que lejos de querer hacer un recorrido cronológico ha reunido las obras por conjuntos o bloques de la misma época o de temática similar, como "el conjunto de dibujos de manos, parte del cuerpo que interesó siempre mucho a mi padre" y que se exhibe en otra de las salas junto a esculturas de menor formato.

Economía de la tierra

El objetivo la exposición, dijo, ha sido el resaltar el lenguaje natural desde la mayor simplicidad y economía de medios que él buscaba. Esta economía está presente también en sus obras en tierra, exhibidas en la bóveda de la sala de exposiciones, materia en la que Chillida tuvo una mala experiencia inicial, "que le mantuvo mucho tiempo alejado y a la que regresó al cabo de los años intentando trabajarla sin traicionarla y haciéndole el menor daño posible".

El alabastro es otro de los materiales presentes en la exposición y uno de los preferidos de Chillida, "principalmente porque, en contra del mármol, recoge la luz, la absorbe y luego la saca para afuera, la escupe". A lo largo de toda su trayectoria, Eduardo Chillida investigó al hombre y a la naturaleza en la monumentalidad del volumen, del vacío y de los materiales, de los que afirmaba "me llevan y yo les llevo a ellos" en unas piezas en las que la poesía esta presente.