Es noticia
Lydia Cacho: "El periodismo de investigación es más necesario que nunca"
  1. Comunicación
profesora del Máster de El Confidencial

Lydia Cacho: "El periodismo de investigación es más necesario que nunca"

Para la periodista, "un buen documental necesita del reporterismo de investigación y la calidad narrativa de la crónica literaria"

Foto: Foto: EFE.
Foto: EFE.

“La ONU reconoce las violaciones a los derechos humanos de Lydia Cacho (agosto de 2018)”. “El Comité de Derechos Humanos pide a México reparar los daños a la periodista torturada hace 13 años (2005)”. “México pide cinco veces perdón a la periodista Lydia Cacho”. “El Gobierno se disculpa”, 14 años después, por violar los derechos humanos de la reportera Lydia Cacho tras publicar una investigación sobre una red de explotación infantil (enero de 2019). Estos son algunos de los titulares de la prensa publicados en los últimos años sobre una de las mejores periodistas de investigación. Y aquí se refleja la constancia, trabajo y valentía de Lydia María Cacho Rivera que tuvo que exiliarse en nuestro país, en 2019, y en 2021 consiguió la nacionalidad española.

Hoy, Lydia Cacho sigue levantando las alfombras del poder, investiga, publica libros, realiza documentales, es profesora del Máster de El Confidencial y hasta ha llevado su experiencia personal y profesional al teatro con la obra “La infamia”. Esa puesta en escena, esa plataforma periodística, está basada en dos de sus libros: “Los demonios del Edén” (2005) y “Memorias de una infamia” (2008). “La infamia” está de gira por toda España bajo la dirección de José Martret y con Marta Nieto y Marina Salas, premios Max de teatro por su interpretación.

Foto:

PREGUNTA. Prensa de papel, digital, libros, pódcast, documentales, teatro… ¿Cuál ha sido la evolución del periodismo de investigación en las últimas décadas?

RESPUESTA. Los avances son casi tan grandes como los retos. El periodismo de investigación tenía un estatus elevado, especialmente en la prensa escrita y en la televisión. De él surgieron grandes documentales que llegaron al cine creando una cultura de periodismo vinculado al arte. La llegada de Internet aceleró el proceso de conocimiento y surgió un fenómeno que nos era ajeno: los potenciadores del desconcierto informativo. Con ellos todo se magnificó, tanto positivo como negativo.

P. ¿Cómo se controla la información negativa, el exceso de información o desinformación?

R. Hemos tenido que especializarnos más en periodismo de datos, aprendimos a utilizar nuevas tecnologías para evitar que los impostores pasen por reporteros, que los políticos desestimen la realidad y los mafiosos nos cuelen historias que les convienen. Los principios y códigos éticos del periodismo siguen siendo válidos ahora; antes hacías tu verificación informativa o double factcheck y ya estaba. Ahora la verificación requiere de mayor conocimiento sobre psicología de masas, nuevas herramientas, efectos neurocognitivos de usuarios de redes sociales que nos leen, en fin. Antes navegábamos en un río buscando la verdad y ahora estamos en mar abierto, hemos tenido que inventar nuevas brújulas y formas más complejas de mapear la realidad. Me parece fascinante. Creo que el periodismo de investigación es más necesario que nunca.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

P. ¿Cuál es la mejor plataforma para hacer periodismo de investigación?

R. Depende, me parece que la exploración de multimedia es la respuesta ideal. Hace 25 años yo hacía radio, televisión y trabajaba en un periódico, escribía mis guiones y coproducía para que expresaran lo que yo veía. En realidad el pódcast abreva del gran periodismo radial que narraba las guerras en los años cuarenta y los movimientos sociales en los 60 y 70 junto con la radio comunitaria que informa de una manera más cercana.

El documental es reportaje de investigación con una estructura narrativa que bebe del arte, precisa de mayor claridad en los puntos de giro y los actos en que se divide. Un buen documental nunca surge de la mirada meramente académica, necesita del reporterismo de investigación y la calidad narrativa de la crónica literaria. Por ejemplo, me encuentro todo el tiempo con documentalistas que no saben hacer investigación, por eso les recomiendo que estudien un máster de este tipo (aunque se ofendan), como el de El Confidencial y la Universidad Rey Juan Carlos que tú diriges y donde yo imparto clases.

No solamente necesitas tener una idea genial y saber fotografía, necesitas pensar en que tu documental o pódcast va a contar una historia desde un lugar insólito, auténtico, que va a aportar algo. Impartir conocimiento no es lo mismo que comunicar ideas y hechos.

P. “La infamia”, obra de teatro dirigida por José Martret, está basada en sus libros “Los demonios del Edén” y “Memorias de una infamia”. Marta Nieto y Marina Salas han ganado el premio Max de teatro por hacer en el escenario de Lydia Cacho. ¿Cómo se lleva el periodismo al teatro?

R. Es un reto emocionante que aporta grandes aprendizajes. Tener una buena historia es fundamental, tiene que estar bien contada de origen; la adaptación a libreto teatral es más fácil cuando la investigación y la calidad literaria del reportaje es buena, porque todo a partir de allí es arte, creación, imaginas atmósferas con quien dirige y crea la escenografía, el sonido, la iluminación… es fascinante; en especial cuando encuentra a un director como Martret y a actrices como las nuestras.

Foto: jose-maria-olmo-master-el-confidencial

Yo creo que tus investigaciones, por ejemplo, la de los GAL, se trasladarían perfectamente al teatro. Tiene de ya el suspenso, el drama, los hechos verificados, en fin, que en realidad toda persona dedicada a contar historias ya sea en cine o la literatura abreva del periodismo de investigación que tiene giros más complejos que la Historia académica. Además, tu historia, tu podcast de los “GAL. El Triángulo” fue premio Ondas y finalista en los premios Gabo.

P. “No + pederastas. No + corrupción. No + impunidad”. Esos son los mensajes que continuamente expone la reportera Cacho en sus trabajos periodísticos. Y por ellos fue perseguida, amenazada, encarcelada, todo por “levantar las alfombras del poder”. La pregunta, ahora, es: ¿Cómo se trabaja para llegar hasta donde llegó Lydia Cacho? ¿Qué metodología: lobo solitario o trabajo en equipo?

R. Yo primero trabajo sola, soy muy perfeccionista, muy estratega, aprendí a hacer mucho desde la precariedad y eso es genial porque te inventas recursos que el privilegio nunca imagina. Trabajo como escritora, es decir como si fuese a escribir una novela: necesito silencio y mucha concentración, días de encierro, de emocionarme con música –clásica o rock, depende el caso–, entender con claridad mi hipótesis de investigación, trazar mapas, rutas, perfiles de fuentes, evaluar riesgos, estrategias de salida de los peligros tanto para mí como para las víctimas a quienes entrevistaré. Todo eso lo hago sola.

P. ¿Y después, qué más?

R. Bajo a papel el primer borrador como si fuera una síntesis de lo que quiero contar, entonces lo comparto con mi editor y con mi agente literaria. Me rebotan ideas y cuando tengo que salir al campo, si hay dinero voy con equipo, si no, somos yo, mi cámara, mi grabadora, mi libreta, mi pasaporte, unos dólares de emergencia en efectivo, mi tarjeta de crédito, mis disfraces –si es que me voy a infiltrar entre mafias–, un móvil desechable y una buena agenda telefónica en papel.

placeholder Foto: EFE.
Foto: EFE.

P. ¿Qué diferencias metodológicas nos encontramos entre el periodismo de investigación español y el latinoamericano?

R. Mira, creo que Horacio tenía razón cuando escribió que “la adversidad tiene el don de despertar talentos ocultos que en la comodidad habrían permanecido dormidos”. Me temo que voy a simplificar porque esta debe ser una entrevista más bien breve. Luego, otro día, con unos vinos podremos seguir discutiéndolo hasta el amanecer si quieres.

Las y los reporteros de investigación de España, en general, confían en su Sistema político. En España el 90% de los casos penales llegan a sentencia, en México y la mayoría de Latinoamérica el 90% de los casos no llegan a sentencia. Crecer en un ambiente donde la impunidad reina, donde las autoridades se rinden ante la corrupción, te fuerza, y te permite encontrar fuentes del Estado dispuestas a hablar porque desean que las cosas cambien.

En España es superdifícil que un agente del Estado sea tu fuente fidedigna, que hable de verdad sobre la complejidad del tema, ellos sí creen en el Sistema y te mandan a las vías oficiales de transparencia. Violeta Parra, Víctor Jara, Frida Kahlo se rodeaban siempre de periodistas rebeldes para entender mejor el mundo. Allá hay muchas más expertas en periodismo de infiltración que aquí. Allá a las mafias se les encara con nombre y apellido.

***

La reportera, escritora y guionista pone ejemplos directos y recuerda el número de periodistas que han tenido que emigrar de sus países o han caído por contar la verdad. Committee to Protect Journalists [Comité para la Protección de los Periodistas] recogió en su informe anual de 2022 que Latinoamérica fue la región más mortífera para los medios, con 30 periodistas asesinados. Casi el 50% de los 67 periodistas y trabajadores de los medios asesinados a nivel mundial.

***

Aquí, si vives en la Costa del Sol y unos mafiosos compran un piso o una urbanización para blanquear sus capitales y tú lo publicas o lo revelas es probable que el medio para el que trabajas reciba una llamada de los banqueros que financiaron la operación. Y si eso ocurre cabe la posibilidad de que un juez pueda prohibir o secuestrar tu libro y todo parece más civilizado. Allá, en Latinoamérica, los jueces te fabrican órdenes de aprehensión, no hacen censura sutil. Allá siempre publicamos pensando que por esa pieza podríamos perderlo todo, pero vale la pena y publicamos. Aquí, lo ideal es no perder ni el trabajo, ni el estatus, ni el patrimonio. No digo que no haya reporteros y reporteras valientes aquí, tú mismo la has pasado fatal por decir la verdad. Creo que aquí hay una visión más capitalista, allá seguimos creyendo que nuestro trabajo es revolucionario y aunque los principios que nos rigen sean los mismos, las condiciones nos dividen claramente.

Foto: ruth-ugalde-periodismo-economico-master-el-confidencial

P. ¿Cuánto tiempo lleva en España y por qué?

R. Cuatro años, en el exilio sin poder volver a México. Porque las mafias de tratantes de niñas a quienes he encarcelado con mis investigaciones y reportajes (que se convirtieron en notitias in criminis) llevaron a cabo otras amenazas contra mi vida y la Interpol me asegura que esta vez es definitivo. Porque a los mafiosos y políticos que están en la cárcel y contra quienes sigo testificando me necesitan muerta para salir impunes y seguir operando con sus redes criminales y políticas.

P. ¿Cuándo consiguió la nacionalidad española?

R. El 16 de noviembre del 2021. Y lloré dos días. Recibí la Carta por Naturaleza del Consejo de Ministros que reconoció que estoy exiliada por una situación extraordinaria. Un puñado de personas maravillosas me ayudó a que esto sucediera y lo agradezco porque en general es fantástico estar viva.

P. ¿Cuáles han sido sus últimos trabajos?

R. Este año publiqué mi primer libro de investigación español, se llama “Rebeldes y Libres”. Entrevisté a decenas de chicas entre 11 y 18 años para que hablasen de los temas que las preocupan. El feminismo, el amor, el consumo de pornografía, la violencia, las guerras, la hipersexualización, etc. También publiqué, el año pasado, “Cartas de Amor y Rebeldía”, una autobiografía periodística, Ahora escribo reportajes en diferentes periódicos, y estoy escribiendo dos documentales y una serie de ficción basada en hechos reales.

Foto: marta-ley-periodismo-datos-master-el-confidencial

P. ¿Qué le puede decir una periodista de investigación a los alumnos/as que quieren hacer el Máster de Periodismo de Investigación, Nuevas Narrativas, Datos, Fact-Cheking, Transparencia e Inteligencia Artificial de El Confidencial?

R. Que además de aprender lo van a pasar genial. Con este Máster queremos recordarles lo apasionante de nuestra profesión, cómo manejar las frustraciones, cómo remontar un tema que parece perdido, cómo recuperar la esperanza entre tanto oscurantismo. En fin, les aseguro que será una experiencia inolvidable.

P. ¿Qué les dijo a aquellos que un día le comentaron que una mujer no podía ser una buena periodista de investigación?

R. Primero sonreí, luego seguí andando. Muy pronto era la reportera local más leída del pueblo. Decidí que, si ninguno de esos señores quería enseñarme a investigar, me buscaría por todas partes a quienes quisieran compartir su conocimiento, empezando por libros y documentales. Cuando alguien me dice que no puedo hacer algo, pienso que habla desde y sobre sus propias limitaciones, no sobre las mías.

***

La conversación acaba, habíamos quedado que sería breve porque la reportera, que ya tiene preparada su maleta, pasaporte (ahora español) carné de periodista (es socia de honor de la Asociación de Periodistas de España y fue la presidenta del jurado de los primeros premios API), cámara, grabadora, agenda de contacto en papel y algún dinero en efectivo para imprevistos tiene que tomar un vuelo en un par de horas. Volveremos a encontrarnos y compartiremos aula.

***

¿Sabes lo que me hubiese gustado tener cuando era joven? Me hubiese fascinado que existieran los masters de periodismo de investigación, como el vuestro, para conocer a quienes han vivido el periodismo como una aventura. Hubiese aprovechado cada segundo para preguntar sin miedo, para encontrar mi voz periodística con mayor seguridad emocional.

“La ONU reconoce las violaciones a los derechos humanos de Lydia Cacho (agosto de 2018)”. “El Comité de Derechos Humanos pide a México reparar los daños a la periodista torturada hace 13 años (2005)”. “México pide cinco veces perdón a la periodista Lydia Cacho”. “El Gobierno se disculpa”, 14 años después, por violar los derechos humanos de la reportera Lydia Cacho tras publicar una investigación sobre una red de explotación infantil (enero de 2019). Estos son algunos de los titulares de la prensa publicados en los últimos años sobre una de las mejores periodistas de investigación. Y aquí se refleja la constancia, trabajo y valentía de Lydia María Cacho Rivera que tuvo que exiliarse en nuestro país, en 2019, y en 2021 consiguió la nacionalidad española.

Periodismo El Confidencial