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La banca será el primer accionista de Prisa con el 20% y por delante de los Polanco
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CUANDO ENTRE EN EL CAPITAL EN 2014

La banca será el primer accionista de Prisa con el 20% y por delante de los Polanco

La banca será a medio plazo el principal accionista de Prisa. Y no con una cuota baladí. De hecho, las entidades acreedoras del grupo de medios

Foto: La banca será el primer accionista de Prisa con el 20% y por delante de los Polanco
La banca será el primer accionista de Prisa con el 20% y por delante de los Polanco

La banca será a medio plazo el principal accionista de Prisa. Y no con una cuota baladí. De hecho, las entidades acreedoras del grupo de medios alcanzarán un porcentaje que rondará el 20% en 2014, año en que se harán efectivos los acuerdos anunciados el pasado lunes y por los cuales los bancos convertirán en dos años deuda por capital por importe de 334 millones de euros. De acuerdo con las estimaciones elaboradas por diversos analistas, la familia Polanco mantendrá –a través de su sociedad patrimonial Rucandio- apenas un 16% de la compañía en el mejor de los escenarios. Lejos quedan tiempos no muy lejanos, cuando el porcentaje que atesoraban los hijos del fundador rondaba el 70%.

El año 2014 es clave para la compañía, ya que entonces estarán resueltos los otros frentes que distorsionan hoy la fotografía del accionariado. En primer lugar, se sabrá el grado de ejecución de los warrants (opciones sobre acciones) entregados a los accionistas de Prisa en el marco de la operación de Liberty, por la que a finales de 2010 una veintena de hedge funds y firmas de inversión inyectaban 650 millones en el capital del grupo de medios. Por cada acción de Prisa recibieron 1,1 warrants canjeables por una acción ordinaria de la firma a un precio de ejercicio de dos euros. Y sobre todo, en ese año las acciones convertibles sin voto entregadas a los accionistas de Liberty pasarán a ser obligatoriamente títulos ordinarios de Prisa.

Rucandio atesora actualmente un 41,43% del capital; la dupla Nicolas Berggruen-Martin E. Franklin, en su día cabeza visible de Liberty, acaparan un 13,6%, y la sociedad Otnas se apunta un 17,26%. Son los principales accionistas de Prisa. Es más, la citada Otnas es la sociedad creada hace apenas meses por los Polanco, Berggruen y Franklin para ampliar capital mediante la ejecución de 75 millones de warrants pertenecientes a la familia fundadora. Una operación que servía para inyectar 150 millones de liquidez a la firma, al tiempo que satisfacía las condiciones de la banca para refinanciar los 3.500 millones de deuda de la sociedad.

A partir de ahí, la compañía anunciaba el lunes que sometería a la Junta del próximo día 30 “un acuerdo de emisión de bonos obligatoriamente convertibles en el término de dos años en acciones Clase A de Prisa, destinados a ser suscritos por inversores institucionales por un importe de 100 millones de euros en efectivo, y por entidades financieras acreedoras de la sociedad por un importe de 334 millones de euros mediante la capitalización parcial de sus créditos”. Además, los accionistas también tendrán que pronunciarse sobre la intención de la empresa de abonar el dividendo preferente que llevan aparejado las acciones clase B en títulos ordinarios y no en efectivo. Una medida que ahorra 67 millones de euros pero aumenta el número de acciones en circulación y diluye más a los Polanco.

¿Sin cambio en la gestión?

El anuncio cambia radicalmente el 'status quo'. Cuando se haga efectivo, los bancos acreedores acumularían 324,2 millones de acciones (el precio de conversión es 1,03 euros), el equivalente a un 23% de la compañía. Los institucionales que cubran los 100 millones de euros restantes se anotarían 97 millones de acciones, un 7% de la firma. Los Polanco se quedarían en el 16% (223,1 millones de acciones), Berggruen y Franklin sumarían un 4% (52,4 millones de títulos) y Otnas registraría un 7%. Quedarían en manos de otros accionistas y en free-float un total de 618,6 millones de acciones, un 44% de la sociedad. En tanto la operación está auspiciada por la propia familia de referencia y en vista de la naturaleza de los nuevos accionistas, no es previsible un cambio en la gestión.

Claro que ese sólo es el escenario de dilución más simple. Los accionistas de Liberty recibieron por cada uno de sus títulos en la sociedad 1,5 acciones de Prisa, tres acciones convertibles sin voto y 0,50 dólares en efectivo. Los beneficiarios pueden esperar hasta tres años y medio para convertir sus acciones; a partir de entonces, será obligatorio. La cosa se complica porque, según información remitida por Prisa a la CNMV el 4 de agosto, “el inversor tendrá derecho a recibir acciones ordinarias adicionales de Prisa si el precio de mercado de las acciones fuera inferior a dos euros por acción. Si dicho precio fuera inferior a 1,5 euros, el inversor recibiría 0,333 acciones ordinarias adicionales”. Ese es precisamente el escenario actual, lo cual genera un ratio de 1 por 1,3 y un nuevo marco accionarial.

Cuando todas las convertibles pasen a ser acciones ordinarias a mediados de 2014, Rucandio mantendrá el mismo número de acciones, pero sólo supondrán el 15% de la compañía. Los dos jefes de Liberty se situarán en un 5% (con 69,9 millones de acciones); Otnas quedará con un 6%, y los bancos alcanzarán el 21% del capital. Los nuevos inversores institucionales mantendrán otro 6% y el resto de accionistas y el free-float sumarán un 47%, para un total de títulos superior a los 1.500 millones. El panorama se complica todavía más para los Polanco si se suma a esa hipótesis el ejercicio de los 165,1 millones de 'warrants' que aún quedan por convertir. Si esa ejecución se produjera, la familia se quedaría en apenas un 13%. Las entidades financieras, nueva referencia en la casa, acumularían un 19%.

Lo cierto es que los bancos han dado un paso adelante tras años entre la espada y la pared. Una situación que hasta ahora han resuelto aplazando los vencimientos al grupo de medios, al punto que la última de las refinanciaciones se cerró a finales del pasado año. Los 3.500 de deuda se dividen en dos créditos. Uno de ellos, el denominado préstamo puente, fue contraído a comienzos de 2008 con HSBC, Santander, Banesto, Caja Madrid, BNP Paribas y Natixis. Contemplaba un importe inicial de 1.950 millones de euros, de los que aún quedan pendientes de pago 1.540. La última refinanciación pactada por la firma hace apenas un trimestre retrasa el vencimiento hasta el año 2015.

Además, la compañía tiene que hacer frente a otro préstamo, el sindicado con un grupo de 39 entidades financieras, que a 31 de diciembre de 2011 implicaba obligaciones adicionales para la sociedad de 1.382 millones de euros. Según explicaba recientemente la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con los fondos procedentes de una ampliación de capital de 150 millones llevado a cabo a principios de año “se han amortizado 100.000 miles de euros del préstamo sindicado, quedando pendiente una deuda de 1.282.544 miles de euros, cuyo vencimiento se extiende hasta el 19 de marzo de 2014 o hasta el 19 de diciembre de 2014, si se cumplen ciertos hitos”.

La banca será a medio plazo el principal accionista de Prisa. Y no con una cuota baladí. De hecho, las entidades acreedoras del grupo de medios alcanzarán un porcentaje que rondará el 20% en 2014, año en que se harán efectivos los acuerdos anunciados el pasado lunes y por los cuales los bancos convertirán en dos años deuda por capital por importe de 334 millones de euros. De acuerdo con las estimaciones elaboradas por diversos analistas, la familia Polanco mantendrá –a través de su sociedad patrimonial Rucandio- apenas un 16% de la compañía en el mejor de los escenarios. Lejos quedan tiempos no muy lejanos, cuando el porcentaje que atesoraban los hijos del fundador rondaba el 70%.