Prisa no tendrá ni el 1% de audiencia entre los hispanos con su nueva televisión en EEUU

“Mario Baeza quería ser el Murdoch latino cuando fundó V-me. Es un tipo brillante, pero no se rodeó bien. Después de dos años, la cadena que compra Prisa llega al 70% de los hogares hispanos en Estados Unidos, pero nadie la ve. Requiere una transformación radical de su parrilla”, aseguraban ayer a El Confidencial fuentes del sector establecidas en Miami. Y es que los Polanco tienen mucho trabajo por delante para hacer de V-me, de la que ya han adquirido un 17%, un competidor real de gigantes como Univisión o Telemundo. Eso a pesar de que se vende como el cuarto operador de televisión norteamericano dirigido al público latino. “No está ni de lejos entre las diez cadenas con mayor audiencia. Es más, no creo que llegue ni al medio punto”, apuntan estas fuentes.

 

En efecto, la penetración en hogares hispanos de V-me sólo está por debajo de Univisión (97%), Telemundo (88%) y Telefutura (85%). Un escenario lógico si tenemos en cuenta que el canal está englobado en la red PBS (Public Broadcasting System) y por tanto incluido en el servicio digital básico de las compañías de cable del país. Sin embargo, según las mediciones recogidas por el 2009 Hispanic Fact Pack, V-me ni siquiera aparece entre las principales cadenas dirigidas al mundo hispano por audiencia. Por ejemplo, Univisión alcanza el 16,8% de cuota de la población hispana en prime time. Le sigue Telemundo con el 5%. La última en el ránking, Azteca América, décima, apenas alcanza el 0,9%. Tampoco figura en las clasificicaciones específicas para cable. De hecho, según estas fuentes, el valor de la compañía no debería superar los 50 millones de euros, una estimación compartida desde otras cadenas consultadas en Madrid.

 

“La inversión inicial realizada en 2007 por The Baeza Group, Educational Broadcasting Company y Syncom Funds para el lanzamiento de V-me fue de 25 millones de dólares. Se ha invertido más, pero eso da una medida de la dimensión del proyecto”, puntualizan. En esta línea, añaden que “puede no ser una mala operación para Prisa si han comprado barato y son capaces de mejorar la comercialización. Ellos venden una televisión de calidad y es verdad que tienen buenos productos, pero repiten los programas hasta tres y cuatro veces por semana. Además, parte de su parrilla no es exclusiva. Por ejemplo, las entrevistas de Andrés Oppenheimer también se emiten en otras cadenas de PBS. Todo eso les crea problemas para fidelizar”. En Prisa se espera que la operación sirva para canalizar contenidos de su productora Plural Entertainment, que ya está presente en Estados Unidos.

 

El grupo de medios español, que tiene vocación de tomar el control de la compañía, no ha facilitado cifras de la operación. Ni siquiera lo hizo ayer en la conference call con analistas tras la presentación de resultados. Tampoco lo ha hecho V-me. No obstante, según ha podido saber este diario, emisarios de la cadena americana llevaban entre ocho y nueve meses buscando un socio financiero y habían peinado en profundidad el mercado español. Telecinco ya tiene su particular via crucis en el mercado latino con Caribevisión y Antena 3 rechazó la operación, como ya hizo en su día con el proyecto que quita el sueño en casa de Paolo Vasile. V-me también sondeó a diferentes fondos, que rechazaron entrar. “Ya habían entregado más de 40 carpetas cuando nos llegó el proyecto”, admite uno de los tocados en España.  

 

Cebrián niega contactos con Mediaset

 

Lo que está claro es que Prisa tendrá que hacer funcionar la cadena mientras resuelve sus problemas financieros. Según recordó ayer la compañía de los Polanco en la conferencia con analistas, su intención es tener listo antes de final de año un nuevo plan estratégico. ¿Objetivo? Complacer a los bancos, con los que tendrá que ir necesariamente de la mano en los próximos años. El consejero delegado, Juan Luis Cebrián, ya anunció en la última Junta General de Accionistas celebrada en junio que se estaba negociando con las entidades financieras la reestructuración de la deuda, que superaba los 5.000 millones de euros antes de las últimas desinversiones. No se hizo mención ayer de la necesaria venta de activos ante el crédito de 1.950 millones que vence el 31 de marzo.

 

En este sentido y sobre la venta de Sogecable, Cebrián se limitó a apuntar que el mercado televisivo está convulso y que “están hablando todos con todos”, aunque rechazó que haya conversaciones en concreto con Mediaset. De forma un tanto contradictoria aseguró que la idea del grupo es mantener el perímetro de consolidación, aunque concedió que si llega una buena oferta por Digital Plus se podría vender. Nada nuevo bajo el sol en el discurso oficial. Es más, Cebrián puso en valor la plataforma, hasta el punto de avanzar que se han dado de alta 100.000 nuevos abonados por el lanzamiento del Canal+ Liga y que se ofrecerá un tercer partido de Primera División durante el fin de semana. Una medida que equipara la oferta con la del Gol TV de Mediapro. Eso sí, previo paso por la caja de Roures.

 

Cebrián hizo igualmente sus previsiones de evolución del mercado publicitario para el año próximo. Según sus estimaciones, éste sumaría una caída del 6% en 2010 al desplome del presente ejercicio. Lo peor sería para las televisiones, que verían la publicidad caer un 10% a pesar del dinero que liberará la eliminación de los anuncios en TVE. En el caso de la prensa, el descenso sería de entre el 6% y el 7%, en el de la radio del 4% y en el de las revistas de un 11%. Internet sería un oasis en el desierto y crecería publicitariamente un 10%. Según los resultados presentados ayer por el grupo, la caída de ingresos publicitarios llegó hasta septiembre al 22%. El resultado neto de la compañía cayó un 77,5%.