Es noticia
Madres, no profes, por M. de la Llave
  1. Área privada EC Exclusivo
  2. Cartas al director
ENVÍE SU CARTA EN EL FORMULARIO INFERIOR

Madres, no profes, por M. de la Llave

Durante la pandemia, el papel de los progenitores ha cambiado. Ahora deben hacer con sus hijos cosas que ni siquiera recuerdan

Foto: EC.
EC.

Estimado director,

con motivo del confinamiento, en nuestro país la inmensa mayoría de los niños menores de diez años se ha visto forzada a desarrollar su vida cotidiana entre las estrechas paredes de una vivienda. Para incrementar la confusión, son precisamente sus progenitores quienes han asumido otros roles.

Ahora ellos también son profesores que explican lecciones y exigen cumplir deberes, compañeros de juegos a los que no saben jugar bien, y se muestran permisivos con muchas horas de televisión o internet que hasta hace poco limitaban. Han cambiado los papeles y también las reglas. Esos niños ya no tienen contacto físico con los abuelos que les daban a escondidas las golosinas que en su casa estaban prohibidas, que evitaban la riña por una travesura.

No hay espacio donde coincidir, ni empujones que esquivar, ni amiguitos para cuchicheos y secretitos. No hay infancia compartida sino secuestrada, vigilada por adultos que ponen mucha voluntad pero que ya no recuerdan bien cómo hacer “cosas de críos”. En este contexto, un amigo me contaba lo que le sucedió a su hija con un nieto al que apremiaba para que no incordiara e hiciera los deberes recibidos vía electrónica: "¡Pórtate como una mami, y no tanto como una profe!”, dijo el chavalín. Salieron por su boca las palabras de lo que su corazón añoraba y su mente no entendía. La frase tiene la chispa de lo espontáneo y la frescura de la inocencia. Pero también la amargura de la realidad.

Nos dicen que el covid-19 apenas afecta a los niños; otro error, o peor, otra mentira. Se está previniendo la infección de sus pulmones a costa de infectar sus mentes en formación, revolver sus sentimientos, marcándoles a fuego para el futuro. Porque este no existe sin memoria y no hay mañana sin pasado. ¿Qué pensarán cuando crezcan? ¿Cómo recordarán estos días y a qué reglas de conducta se acogerán cuando deban decidir? ¿Qué memoria histórica se reivindicará? ¿Cuál será el ejemplo de dignidad? Todavía confío en que sepamos corregirlo.

Manuel de la Llave Costell

Estimado director,

Memoria histórica Juegos