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El deportista a seguir | Los 15 minutos que pueden dar el oro perdido a Gómez Noya
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EL ATLETA DEL MOMENTO

El deportista a seguir | Los 15 minutos que pueden dar el oro perdido a Gómez Noya

Un espacio en el que destacaremos a ese deportista con menos nombre, pero que lo tiene todo para ocupar grandes titulares y que queda eclipsado por las estrellas de (casi) siempre

Foto: Imagen: Rocío Márquez.
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Posiblemente, uno de los finales más épicos que he visto en la historia del deporte tuvo lugar en 2015. Sucedió en Yokohama (Japón), el 17 de mayo de hace seis años, en la que era la quinta prueba del Mundial de triatlón. Javier Gómez Noya ya había sido cuatro veces campeón del mundo y tres de Europa, por lo que podía presumir de ser uno de los deportistas españoles más laureados de la especialidad. Mario Mola empezaba también a despuntar, pero dos británicos se convertirían en la pesadilla del gallego: los hermanos Brownlee. Los últimos 100 metros de aquella prueba son, sin ningún género de dudas, uno de los momentos más brillantes del deporte español.

Después de 1,5 kilómetros nadando, 40 kilómetros sobre la bicicleta y 9,5 kilómetros corriendo, solo faltaban 500 metros para llegar a la meta... y tanto Gómez Noya como Alistair Brownlee llegaban emparejados a los últimos compases de la prueba. Ambos sabían que, después de la paliza que llevaban encima, deberían de jugarse la victoria al esprint, por lo que aquel que tuviera mayor reserva de energías sería el vencedor... y Gómez Noya no se iba a rendir. El español, en un arranque de furia, tiró con toda su fuerza hasta conseguir descolgar al británico a escasos cinco metros de la meta y llevarse una brillante victoria que, a día de hoy, sigue siendo inolvidable.

Gómez Noya lo ha ganado absolutamente todo a lo largo de su carrera... menos el oro olímpico, una medalla que a día de hoy se le resiste. Unas veces por problemas físicos, otras por lesiones, lo cierto es que el considerado mejor triatleta de todos los tiempos aún no ha logrado su ansiada presea y los Juegos de Tokio son su última oportunidad para conseguir completar su vitrina. A sus 38 años, llega en un gran momento de forma y está convencido de que su experiencia y su capacidad para saber gestionar la carrera pueden servirle para conseguir el objetivo. De hecho, en su cabeza no entra otro plan que no sea subir al podio.

Y es que el atleta nacional no ha tenido demasiada fortuna en los Juegos Olímpicos. Su primera participación fue en Pekín 2008: por aquel entonces, llegaba en un estado de forma sublime y siendo una verdadera referencia en el triatlón mundial... pero se equivocó. Él mismo lo reconoció poco después: "Entrené demasiado en los meses previos a la competición y lo terminé pagando". En aquella prueba, fue de más a menos, y los problemas físicos derivaron en unas complicaciones estomacales que le hicieron perder en los últimos kilómetros toda opción de medalla, acabando en cuarta posición en su primera participación olímpica.

Cuatro años después, en Londres 2012, por fin fue capaz de subir al podio... pero se le escapó la medalla de oro por escasos 11 segundos. A pesar de hacer una prueba brillante, los hermanos Brownlee, que competían en casa, imprimieron un ritmo infernal ante el que nada pudo hacer el español. Aguantó hasta los últimos metros de la competición con Alistair, pero cedió finalmente, teniendo que conformarse con la plata que, sin duda, también es un gran éxito. Cuatro años después llegaba Río 2016... pero en un desafortunado accidente mientras entrenaba se fracturó uno de sus brazos, despidiéndose de su presencia en un circuito que le beneficiaba.

Tokio 2020 se presentaba como su última oportunidad, pero la pandemia de covid-19 dio lugar a que los JJOO se retrasaran un año, lo que nos lleva hasta el momento actual: a sus 38 años, Gómez Noya sabe que está ante su última oportunidad de ganar su oro olímpico. Y está convencido de que puede luchar con las medallas, junto a sus compañeros Mario Mola y Fernando Alarza, que también están entre los grandes favoritos. Será el próximo domingo 25 a las 23:30 hora española cuando se dispute una de las primeras pruebas en que somos candidatos serios a medalla... y Gómez Noya tiene un plan: los 15 minutos de oro.

Así lo explica en 'Diario del Triatlón': "Yo no competí en la prueba test [carrera que se hizo en 2020 para comprobar el trazado olímpico], pero los que lo hicieron se quejaron de la temperatura del agua. Si en los primeros 15 minutos te recalientas, después es muy difícil competir como en una prueba normal". O, dicho de otra manera, si te ves obligado a hacer un esfuerzo desmesurado para combatir los 27 grados de temperatura de la prueba en agua, el 'infierno' que queda por delante se hará largo y provocará muchas bajas en la competición. Por ello, el español está convencido de que hay que regular al inicio y saber jugar con los elementos.

Será una prueba dura, complicada y en la que la adaptación a las altas temperaturas será básica. España llega con un equipo que opta a todo, en el que Javier Gómez Noya, a pesar de su veteranía, llega como el principal estandarte nacional. El sueño de conseguir el oro olímpico, el único gran triunfo que le falta en su carrera, le da alas para soñar con una victoria en Tokio que serviría para redondear un palmarés envidiable. Posiblemente, aquel final de Yokohama en 2015 no se vuelva a repetir en mucho tiempo, pero Gómez Noya ya sabe lo que es lograr un triunfo épico en Japón. Si sabe cumplir el plan de los 15 minutos, quién sabe si el oro lleva su nombre.

Posiblemente, uno de los finales más épicos que he visto en la historia del deporte tuvo lugar en 2015. Sucedió en Yokohama (Japón), el 17 de mayo de hace seis años, en la que era la quinta prueba del Mundial de triatlón. Javier Gómez Noya ya había sido cuatro veces campeón del mundo y tres de Europa, por lo que podía presumir de ser uno de los deportistas españoles más laureados de la especialidad. Mario Mola empezaba también a despuntar, pero dos británicos se convertirían en la pesadilla del gallego: los hermanos Brownlee. Los últimos 100 metros de aquella prueba son, sin ningún género de dudas, uno de los momentos más brillantes del deporte español.

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