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quiere hacerse con el CONTROl de 50 locales

De Marina d’Or a los fogones: por qué Jesús Ger está comprando restaurantes como loco

El singular empresario se ha lanzado a adquirir medio centenar locales de hostelería en Valencia. Su promotora, en concurso, ha pactado con Hacienda el pago a plazos de 42 millones de deuda

Los hoteles de Marina d'Or, el complejo turístico levantado por Jesús Ger.

La vida empresarial de Jesús Ger es como un circo de tres pistas. En la principal está su negocio hotelero en Marina d’Or, el complejo turístico que él mismo construyó en Oropesa (Castellón) sobre la base de una oferta ‘low cost’ dirigida a las familias. Tras haber promovido y comercializado apartamentos desde los años 90 y hasta el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, se reservó la propiedad y explotación de cinco hoteles que, junto otros dos en Villarreal, son su principal fuente de ingresos. El año pasado facturó casi 45 millones de euros con su división hotelera, una mercantil con más de 80 millones en reservas.

Al fondo del circo de Ger hay una pista con las luces apagadas. Es el concurso de acreedores de Comercializadora Mediterránea de Viviendas (Comervi), la promotora inmobiliaria de este peculiar empresario, abanderado del capitalismo ‘kitsch’ para algunos y visionario del turismo para todos los públicos para otros. Comervi acudió a la Ley Concursal en 2014 y todavía no ha cerrado un acuerdo con sus acreedores. O mejor dicho: no con todos sus acreedores, porque sí lo ha hecho con la Agencia Tributaria. Ha suscrito un pacto para abonar con cuotas mensuales hasta 2021 la deuda de 42 millones de euros que acumulaba con Hacienda. La mercantil aún tiene pendiente de negociar el futuro de otros 200 millones de euros de deudas, con la Sareb, Sabadell o CaixaBank entre los principales acreedores.

Con la promotora en concurso y la filial hotelera endeudada, las compras revelan que Jesús Ger maneja liquidez abundante

Jesús Ger parecía así concentrado en resolver sus problemas económicos, sosteniendo un negocio hotelero que funciona y con algunas actividades en el extranjero en ‘stand by’, como las que desarrollan sus filiales en Marruecos, Egipto o Jordania, todas ellas dentro del perímetro del concurso de Comervi. Sin embargo, en los últimos meses se ha lanzado a una, aparentemente, loca carrera por la compra de restaurantes en la ciudad de Valencia que tiene ojiplático al sector de la hostelería de la tercera ciudad de España. Es la nueva tercera pista de su circo.

El dueño de Marina d'Or, Jesús Ger. (EFE)

En muy poco tiempo, el creador de Marina d’Or se ha hecho, a golpe de talonario, con un nutrido número de locales repartidos por distintos puntos de la ciudad. La última adquisición, según ha podido saber El Confidencial, ha sido el Rías Gallegas, uno de los restaurantes especializados en mariscos del Atlántico y platos gallegos más conocidos de la capital valenciana, en la céntrica calle Cirilo Amorós, cuyo dueño explota también un hotel de tres estrellas en la Avenida Barón de Cárcer. Con una facturación anual de medio millón de euros, este local se suma a otros como la arrocería La Valenciana, Gula, Taco Chef,Sushi Point o la Rosa Negra. La lista no guarda ningún hilo conductor más allá de ser sitios donde se sirven comidas. Es más, Ger ha comprado también locales de copas, como la céntrica taberna Finnegan’s en la Plaza de la Reina. Las operaciones se han efectuado a través de Hoteles Marina d’Or, la explotadora del negocio hotelero, y se han cerrado compras tanto de establecimientos cuya oferta de traspaso estaba en el mercado como de otros a los que Ger ha lanzado ofertas directamente.

“No tenemos ni idea nadie de por qué lo está haciendo ni cuál es su estrategia empresarial porque son locales muy heterogéneos”, señalan fuentes de la patronal valenciana de hostelería, sorprendidas por la irrupción de Jesús Ger, tradicionalmente acuartelado en Oropesa.

“La adquisición y gestión de locales de restauración en Valencia supone una ampliación de nuestra oferta turística. Valencia es y seguirá siendo uno de los grandes reclamos turísticos tanto a nivel nacional como internacional, por no hablar de la vida y el ambiente que tiene por sí misma durante todo el año. La idea es gestionar unos 40 o 50 locales con el objetivo de desestacionalizar el negocio turístico y, por tanto, los ingresos, a fin de acometer mejor los gastos que inevitablemente se suceden a lo largo del año”, explica un portavoz oficial de Marina d’Or.

El restaurante Rías Gallegas de Valencia, que ha comprado Jesús Ger, impulsor de Marina d'Or.

“Hemos adquirido traspasos de todo tipo. Desde locales emblemáticos y que funcionan muy bien hasta otros establecimientos que, por circunstancias diversas, estaban siendo explotados por debajo de sus posibilidades. En estos casos, confiamos en nuestra experiencia para que alcancen nuevas cotas de éxito dentro de sus posibilidades”, añaden.

"No sabemos cuál es su estrategia empresarial ni por qué lo hace. Son locales muy heterogéneos", se sorprenden en la patronal hostelera

La compra masiva de locales refleja dos cosas. La primera es que Ger maneja liquidez suficiente como para abordar las adquisiciones. Es complicado que una mercantil como Hoteles Marina d’Or pueda elevar mucho más su apalancamiento, con una deuda bancaria de más de 100 millones de euros. La segunda es que el empresario, con la promotora en concurso, parece haberse alejado de la resurrección del sector inmobiliario que viven algunas de las principales ciudades de España y ha optado por destinar los beneficios generados por el negocio hotelero a una extensión del mismo.

Aunque tiene experiencia en la explotación de tres o cuatro restaurantes ubicados en el complejo Marina d’Or, en el sector sorprende que haya comprado locales tan distintos. “Queremos aplicar economías de escala allí donde sea posible. La idea es respetar las marcas, la esencia y, por supuesto, mantener -si no mejorar allí donde haga falta-, la calidad y el servicio de los diferentes establecimientos. Mantendremos o incrementaremos las plantillas allí donde haga falta. No se trata de hacer un consorcio o grupo como tal, sino de aprovechar sinergias y compartir infraestructuras allí donde sea posible a fin de reducir costes”, detallan la mismas fuentes.

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