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Fuga de personas y venta de empresas

Springwater empieza a desmontar su entramado societario en España

El gran hólding que prometía crear Springwater se resquebraja. Varias sociedades están vendidas o en proceso, una de sus manos derechas ha salido de Unipapel, y hasta su pareja abandona el barco

Empresas del entramado de Springwater.

El pasado 30 de marzo, hace apenas un mes, la empresaria Sandra Macaya registró formalmente su marcha como administradora de la sociedad Continuum SA, entidad luxemburguesa que está detrás del grueso del entramado societario creado por Springwater en nuestro país.

No se trata de una renuncia cualquiera. Macaya es la pareja sentimental de Martin Gruschka (Colonia, 1965) y la razón última del desembarco en España del controvertido inversor, con quien también ha compartido oficina en Gran Vía y diversos proyectos empresariales, como la cadena de hamburgueserías Peggy Sue.

Esta salida, que desde Springwater justifican por la necesidad de la empresaria de centrarse en sus propios negocios, se produce en un momento especialmente complejo para Gruschka, cuya gestión lleva meses poniéndose en entredicho, tanto en los medios como en el propio Congreso de los Diputados. Y, más importante, en los juzgados. Un cerco que se estrecha al mismo ritmo que se va desmembrando el otro imperio de Continuum.

Una inspección de Trabajo, en diciembre de 2016, formuló que Springwater debe responder como un grupo: responsabilizándose de todas la empresas bajo su paraguas. Se trata de un detalle clave para poder reclamar a la matriz, y eventualmente al propio Gruschka, tanto de las deudas contraídas por cada uno de sus apéndices, como las consecuencias legales de las presuntas irregularidades cometidas. Y al menos dos sentencias en tribunales de primera instancia de San Sebastián han fallado recientemente en el mismo sentido que los inspectores: exigiendo responsabilidad solidaria entre todas las empresas de Springwater.

En concreto, los tribunales fallaron sobre el ERTE de Unipapel, compañía en la que el fondo dejó un agujero con proveedores, administraciones públicas y trabajadores que los sindicatos cifran por encima de los 25 millones. Según fuentes sindicales, Gruschka ha solicitado un abogado de oficio en otra de las querellas abiertas, lo que se tiende a interpretar como una señal de que está de retirada en España, algo que niegan desde su entorno.

Los problemas crecen

Meses antes de que Springwater asomase en los juzgados del País Vasco, la Audiencia Nacional ya había fallado sobre Unipapel. Lo hizo en noviembre de 2016, anulando el ERTE con el que se despidió a toda la plantilla, alrededor de 300 personas. La sentencia afirma que el expediente estaba pensado para "dejar de pagar salarios y cotizaciones a la Seguridad Social, endosar esos costes al Servicio Público de Empleo Estatal y esperar a que el juzgado mercantil, una vez admitido el concurso de acreedores, extinga los contratos de trabajo, cuyas indemnizaciones correrán a cargo del Fogasa". Sin embargo, no exigió la responsabilidad solidaria, dejando a los trabajadores sin nadie a quien reclamar los pagos atrasados, las indemizaciones, etcétera.

Aunque la Audiencia lo desestimó, una magistrada -Emilia Ruiz Jarabo- sí se expresó en un voto particular a favor de tratar a Springwater como un grupo. "El análisis de ERTE no puede quedar circunscrito a la empresa Unipapel (...) cuya finalidad era liquidar la actividad industrial mencionada, precipitándola a una crisis irreversible, con el objetivo, previo concurso de acreedores, de provocar la extención de todos los contratos de trabajo". La jueza describe la actuación del fondo como "un claro caso de constitución de creación de empresas aparentes sin sustento real, con las que se pretende la dispersión o elusión de responsabilidades laborales". Desde CCOO han recurrido la sentencia con la esperanza de que se acabe imponiendo el criterio de Ruiz Jarabo.

Coincidencia o consecuencia, es justo en este complejo momento cuando Macaya ha abandonado la matriz del conglomerado creado por Gruschka, un gigante con pies de barro que ha empezado a resquebrajarse. Por una parte, tres de sus principales inversiones se encuentran en situación concursal: Miró, Imtech y Unipapel. Una cuarta, Delion, arroja fuertes pérdidas, pasó a deber 3,6 millones sólo a Hacienda y sufre el temor de una oleada de despidos.

Además, Delion Holdings Spain, matriz de Unipapel, Delion, y cabecera última de otras muchas sociedades como Datasur, Inspiring Benefit o Gráficas Ceyde, no presenta cuentas en el registro desde su constitución, en la primavera de 2013, un dato ya de por sí irregular y especialmente significativo en una compañía acusada de haber hecho caer a sus sociedades aplicando el ‘cash pooling’ o caja única.

En cambio, Andros Directorship, el grupo consolidado del que dependen Nautalia y Wamos, sí lo ha hecho en 2015, último ejercicio con cuentas auditadas por PwC, que advierte de que la compañía se encuentra en causa de disolución, debido a que presenta “un fondo de maniobra negativo de 24,2 millones de euros” y pérdidas por importe de 2,1 millones “que han dejado el patrimonio neto negativo al 31 de diciembre de 2015 en 6 millones de euros”.

Aunque la propia PwC, en su informe de cuentas firmado el 16 de abril de 2016, reconoce que “esta situación indica la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento”, la compañía esquivó la debacle “en base a la confirmación recibida del socio mayoritario de la sociedad, Continuum, S.A., respecto a su intención de continuar prestando el apoyo financiero necesario y al plan de negocio de las sociedades dependientes para los próximos tres ejercicios”.

"Andros Directorship, dueña de Nautalia y Wamos, se encuentra en causa de disolución según el último informe de auditoría de cuentas de PwC"

Un portavoz de Springwater consultado por este medio asegura que la empresa ha recibido una inyección de 12 millones de euros de un nuevo socio, que ha comprado su participación a Continuum, aunque también está asesorado por Springwater. Una noticia que, de confirmarse, reforzará el progresivo desmembramiento del otrora emporio de Continuum.

En Imtech, el mismo portavoz afirma que se ha presentado en el juzgado responsable del concurso una oferta que garantiza salvar el 80% del empleo; en Daorje, otra participada de Continuum, la mayoría del capital fue adquirida por Zima Equity; ThinkTextil se la ha quedado Consenza Inversiones, según dicen tres fuentes, porque la mismísima Inditex dio orden de sacar a esta empresa, uno de sus proveedores, del paraguas de Springwater.

En Nervión, hace cuatro meses, la firma de Gruschka acordó la venta a Amper de hasta el 78,37% de la sociedad a través de unos créditos participativos por importe de 4,75 millones. Justo después de sellar esta financiación, Delion ha realizado dos ampliaciones de capital por un total de 5 millones de euros, dinero que según Springwater ha permitido saldar su deuda con Hacienda; mientras que Miró, siempre según la misma fuente, acaba de obtener una inyección de un millón de euros de Continuum, para garantizar la supervivencia de unas 25 tiendas.

En medio de este rosario de traspasos, y coincidiendo con la salida de Macaya, también ha abandonado su sillón de apoderado en Delion uno de los hombres que históricamente ha acompañado a Gruschka, Manuel Torres. Fue la semana pasada cuando se oficializó su salida, marcha que supone una fisura en la primera fila directiva de Springwater, ya que Torres figura como uno de los cuatro directores de la firma en los propios registros públicos de la patronal de capital riesgo, Ascri, asociación de la que forma parte a pesar de no estar registrado en España ni como fondo, ni como gestora.

Consultados por este medio, desde Springwater intentan limitar el papel de Torres al de “asesor que colabora con nosotros” y que “nunca ha usado esos poderes” que tenía reconocidos en el registro como apoderado de Delion. Esta marcha se suma a las de Stefan Lindemann y Marcos Semmler, flamantes fichajes anunciados tras el verano de 2015 para impulsar Portugal y la división de private equity, respectivamente, y cuya permanencia apenas llegó a un año.

Aernnova, la última esperanza

Con todo el castillo de naipes construido sobre Continuum tambaleándose, el otrora fondo que ahora reconoce ser un mero asesor de inversiones –de hecho, Springwater nunca ha levantado un fondo en España, sino que siempre ha operado con 'club deals'-, tiene depositadas todas sus esperanzas en la venta de Aernnova, sociedad donde está detrás del 47% del capital y que promete dar un jugoso pelotazo en breve con su venta.

Este porcentaje, que hasta la propia compañía, en sus comunicados de prensa, ha dicho que pertenece a Springwater Capital, en realidad, está en manos de la sociedad luxemburguesa Aerospace Investment Holding SCA, entre cuyos fundadores figura Springwater Capital LLC, con sede en el paraíso fiscal de Delaware, pero con un papel minoritario, ya que las riendas las lleva la sociedad Aerospace Investment Management Sarl, también registrada en el pequeño país centroeuropeo, y donde Gruschka abandonó su sillón de administrador hace año y medio, según puede comprobarse en el registro.

Con todas sus esperanzas depositadas en la venta del grupo vasco, el portavoz de Springwater reconoce las informaciones llegadas a este medio de que el pasado ejercicio intentó levantar, acompañado por Credit Suisse, un fondo en España, el primero que iba a tener dentro de la piel de toro.

Sin embargo, mientras que las fuentes consultadas por El Confidencial aseguran que la idea se desechó en diciembre, ante la imposibilidad de captar inversores, desde Springwater aseguran que sigue en pie y que los interesados han pedido esperar a después de verano. Llegado ese momento, promete invertir cientos de millones en nuestro país, como también afirmó en el pasado que iba a hacer con Continuum.

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