¿Repetir curso es útil? Nunca ha habido tan pocos repetidores en España como ahora

"Los últimos años que me quedaron en el colegio después de repetir, socialmente y mentalmente, creo que fueron los peores, y académicamente de los mejores por la necesidad de demostrar, estar a la altura, hacerme valer, sentirme 'normal' y porque no tenía ningún otro estímulo ni relación social con la mayoría del grupo. Fue la primera vez que sentí ansiedad y mi psicóloga lo diagnostica como mi primera conducta ansioso-depresiva". Jesús repitió curso en 5º de Primaria y reflexiona sobre ello ahora, cuando quedan pocos meses para que cumpla 27 años.

España se encuentra entre los países de la Unión Europea con mayor número de repetidores, aunque estos disminuyeron en el curso pasado, según los datos publicados por el Ministerio de Educación, llegando a alcanzar la cifra más baja en la Educación Primaria desde que se tienen registros. Esta reducción de suspensos es muy notable, sobre todo en los primeros años escolares, donde el porcentaje de menores que han repetido curso ha bajado casi a la mitad en el curso académico 2022/2023 (del 2,1% al 1,1%); en la ESO y en Bachillerato también ha caído del 7,6% al 7% y del 6,9% al 5,9%.

Esta reducción de la tasa de repetidores tan considerable se debe, en gran medida, a los cambios introducidos por la nueva ley educativa, la LOMLOE, conocida también como Ley Celaá, y que sustituye a la LOMCE de 2013. Esta ley incluye una serie de cambios con respecto a la repetición de curso, como, por ejemplo, la limitación del número de veces que puede enfrentarse a ello un alumno, lo que, sin duda, ha contribuido a esta disminución de repetidores: "En el colegio en el que estoy ahora dando clase en segundo de Primaria solo se puede repetir por ciclo, es decir, en los cursos impares no se puede repetir", explica una maestra que da clase de Lengua, Matemáticas, Religión e Inglés en el País Vasco.

"Se ha notado mucho la disminución de repetidores, puesto que ahora es una decisión mucho más compleja en la que hay que agotar muchísimos otros recursos y medidas"

Y efectivamente, la legislación educativa actual solo permite repetir curso en Primaria en una ocasión y tiene que ser en la finalización de cada ciclo educativo, en los cursos pares: segundo, cuarto y sexto. Además, los docentes tendrán que evitar que esto suceda, atendiendo de manera especializada a los alumnos que lo necesiten. "Se ha notado mucho la disminución de repetidores, puesto que ahora es una decisión mucho más compleja en la que hay que agotar otros recursos y medidas antes de pedir que un alumno o alumna repita. Antes se dictaminaba con mucho menos criterio, ahora se reflexiona y analiza más para atender lo mejor posible y de la mejor manera las necesidades de cada uno, utilizando la repetición como último recurso", asegura Paula Montero, maestra de Pedagogía Terapéutica en infantil de 4 y 5 años, y en ⁠4º y 5º de Primaria en el CEIP Manuel de Torres, Almoradí (Alicante).

En la ESO, sin embargo, el alumno puede repetir hasta en dos ocasiones; y puede conseguir el título de Bachillerato con una asignatura suspensa si el equipo docente considera que "ha alcanzado los objetivos y competencias vinculados a ese título", y "siempre que en ella no se haya producido una inasistencia continuada y no justificada".

Por tanto, parece que la disminución del número de repetidores "tiene truco", la ley busca que cada vez sean menos; ¿pero esto es beneficioso para ellos o repetir curso es útil? ¿Perjudica a un niño ser repetidor o le beneficia?

Demasiados efectos negativos

Repetir curso durante la Educación Primaria no solo no siempre es útil para el menor, sino que incluso puede tener efectos negativos para él, explica Nerea Riveiro González, pedagoga especializada en Atención temprana, Educación Especial, Dislexia y lectoescritura y evaluación psicopedagógica: "La evidencia científica nos lo demuestra. Hay estudios como los de John Hattie que probaban que la repetición de curso era una de las variables que más afectaba negativamente al alumnado. Lo cual es curioso, porque España es uno de los países con mayor tasa de repetición según la OCDE".

Tanto el colegio como el instituto pueden ser lugares maravillosos para algunos niños y niñas, pero un auténtico infierno para otros. Ser 'el repetidor' es una etiqueta con la que muchos han cargado durante años y Jesús sufrió esa estigmatización en el colegio: "A esas edades no te explican al 100% los motivos por los que no puedes pasar de curso, hacen un vago y fallido diagnóstico de tu crecimiento lectivo y el resto te recibe como una persona 'inferior' que no ha llegado a dónde se le esperaba".

Paula Montero considera que la edad es clave a la hora de hablar del sufrimiento que experimenta un niño al pasar a ser el repetidor de su clase: "Si repite en segundo de Primaria suele ser menos consciente de lo que esto implica (aunque no quita que en cierto modo le afecte, puesto que es un cambio significativo en su vida); mientras que un alumno de sexto que se queda un año más en el centro cuando sus compañeros pasan al instituto suele verse más afectado a nivel emocional y social".

"¿De qué sirve repetir curso si voy a recibir la misma enseñanza de los contenidos a través de las mismas metodologías? ¿Algo va a cambiar que justifique esa repetición?"

Riveiro insiste en que no pasar de curso puede perjudicar al menor: "Siempre hay que valorar cada caso a nivel individual, pero… ¿De qué sirve repetir curso si voy a recibir la misma enseñanza de los contenidos a través de las mismas metodologías? ¿Algo va a cambiar que justifique esa repetición? En muchas ocasiones la repetición provoca sentimientos de frustración y desmotivación en el alumnado, lo que suele terminar en fracaso escolar e incluso absentismo".

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La cosa no mejora, según la pedagoga, si esta repetición tiene lugar cuando los alumnos son adolescentes, en la ESO o Bachillerato; a no ser que se estudie cada caso a nivel individual y se trace un plan de trabajo individualizado; "pero tal y como se entiende en nuestro país, y como se lleva a cabo en los centros escolares, podríamos deducir y concluir que aporta más efectos y consecuencias negativas que positivas".

Atención personalizada

Repetir curso no es siempre lo peor que se puede hacer por un niño que necesita reengancharse al ritmo de su clase, tampoco lo mejor, según Paula Montero y la profesora vasca; manifiesta esta última: "Hay niños o niñas a los que les puede venir bien esa repetición porque necesitan un poco más de tiempo, puede ser que sea algo madurativo o que necesiten volver a repasar lo dado para darles tiempo a ellos a adquirir ese grado de conocimiento que necesitan para promocionar; otras veces no".

Montero coincide y añade: "Cada niño y niña son totalmente diferentes. Creo que antes de repetir, se deben hacer todas las adaptaciones posibles y se deben tomar todas las medidas necesarias para conseguir que el alumno alcance los objetivos curriculares, y que es el tutor el que debe adaptarse a sus necesidades y no el niño el que deba adaptarse a su profesor. Hay niños que con adaptaciones son capaces de engancharse al ritmo de la clase y otros que, agotadas estas medidas, se acogen a la última opción que es la repetición. Creo que no es la mejor opción porque antes de tomarla existen muchas otras, pero en algunos casos no deja de ser necesaria".

"Quizá debemos cambiar la forma en la que enseñamos los contenidos, quizá debemos adaptarnos a las diferentes formas que tenemos de aprender, al funcionamiento cognitivo de los alumnos"

La repetición ha de ser la última baza que jueguen los profesores, según las maestras; ya que existen muchas otras maneras de ayudar a los menores a mejorar sus habilidades escolares: "Quizá debemos cambiar la forma en la que enseñamos los contenidos, quizá debemos adaptarnos a las diferentes formas que tenemos de aprender, al funcionamiento cognitivo de los alumnos. Quizá sea necesario valorar cada caso en particular y aplicar medidas. Cada caso es único y debemos tratarlo con delicadeza, pero son muchas las variables que hay que estudiar: metodología, motivación, posibles necesidades específicas de apoyo educativo, medidas de atención a la diversidad...", sostiene Riveiro.

Estudiar las necesidades de cada niño de manera individualizada es algo en lo que las tres coinciden y esto es clave, según la pedagoga, para la 'detección temprana': "En un gran número de casos nos encontramos con alumnos repetidores con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo que no han sido detectados, por lo tanto, no se les han aplicado las medidas de atención a la diversidad necesarias para su caso".

¿Qué papel juega la familia?

Cuando los alumnos tienen edades tan tempranas, entre los 6 y los 12 años, quienes también sufren estas repeticiones son sus padres; que en ocasiones llegan incluso a negarse a que sus hijos repitan "porque lo consideran un fracaso o algo de lo que avergonzarse".

Nerea Riveiro ve esta frustración por parte de las familias en su trabajo, para algunas de ellas los resultados académicos son muy importantes y que sus hijos no consigan pasar de curso puede causarles conflictos: "No se tiene en cuenta que en ocasiones el esfuerzo por parte del alumno es alto, pero no se ve reflejado en su rendimiento. Por lo tanto, es algo que a menudo hemos de trabajar junto a la familia".

¿Pueden entonces hacer algo las familias para prevenir la repetición de sus hijos? ¿Deberían implicarse más en la educación de estos? La respuesta de Riveiro es: "Creo que las familias tienen ya sus propias exigencias sobre la crianza de sus hijos como para añadirles más responsabilidades. Obviamente, como padres, deben estar presentes, ayudarles como puedan, ser su apoyo a todos los niveles, también académico...; pero no tienen la formación para acompañar a este nivel, para eso estamos los profesionales educativos".