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Neurociencia y educación

Comienzan a dibujarse las líneas esenciales de ese negocio: los sistemas educativos, la educación a lo largo de toda la vida o los productos potenciadores del cerebro

Foto: Proyecto del cerebro humano. (EFE)
Proyecto del cerebro humano. (EFE)

Intento mantenerme al día en temas de neurociencia y educación, cosa que me resulta cada vez más difícil. En un archivo especial, voy acumulando las nuevas publicaciones, a la espera de poder estudiarlas, cosa que hago periódicamente. Estos días me dedico a ello con más intensidad. Acabo de participar en unas jornadas sobre 'Neurociencia y liderazgo', participaré en otras sobre 'Neurociencia y educación' en el mes de abril, organizadas por el Ministerio de Educación, y preparo el prólogo a un libro sobre este tema escrito por Tomás Ortiz, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Los temas neurológicos están de moda.

Me produce gran incomodidad que la ciencia se utilice retóricamente. La teoría de la relatividad o la física del caos se emplean para explicar cualquier cosa, desde las infidelidades matrimoniales a las oscilaciones de la bolsa, cuando en realidad no tienen ningún sentido fuera de las ecuaciones matemáticas en que se expresan. Con la neurología sucede lo mismo. Se habla de neuroeconomía, neuromarketing, neuropolítica y, por supuesto, de neuroeducación. ¿Es pura retórica? Muchos científicos se quejan de que se haya producido una industria de la 'brain-based-education', basada en neuromitos y no en datos científicos (Ansari Coch, De Smeth 2011). En España, ha sido especialmente crítico con este deslumbramiento por todo lo que comience por 'neuro' Marino Pérez Alvárez, catedrático de la Universidad de Oviedo, que niega que la neurología esté en estos momentos en condiciones de proporcionar conocimientos a la psicología ('Frente al cerebrocentrismo, psicología sin complejos').

Líneas esenciales del negocio

La 'educación basada en el cerebro' ha dado origen a una pujante industria basada en el 'brain-training', que forma parte a su vez de una 'industria del IQ'. En el mundo empresarial se empieza a hablar de que el próximo gran negocio será el del IQ, el del cociente intelectual. La revista 'Forbes' dedica su portada del 19.11.2012 a “The $ Trillion opportunity”: la educación. Comienzan a dibujarse las líneas esenciales de ese negocio: los sistemas educativos, la educación a lo largo de toda la vida, los productos potenciadores del cerebro, las interacciones cerebro-tecnologías de la información, la selección genética de la inteligencia. Por eso, voy a dedicar tres artículos a estos temas. El de hoy, para mencionar lo que sabemos acerca de las relaciones entre neurología y educación. Los próximos, el negocio del 'entrenamiento cerebral' y a la 'industria de la educación'.

Empieza a resolverse el gran obstáculo que impedía la aplicación de la neurología a la escuela. La neurología ha progresado mucho

¿Qué descubrimientos neurológicos podemos provechar en educación? Los fundamentales son los siguientes:

1. Los estudios sobre plasticidad del cerebro muestran que nuestra capacidad de aprender a cualquier edad es mayor de la que pensábamos.

2. Empieza a resolverse el gran obstáculo que impedía la aplicación de la neurología a la escuela. La neurología ha progresado mucho en el estudio de la 'sintaxis' neuronal, es decir, en cómo se originan y se transmiten los impulsos nerviosos, en la estructura de las redes, pero menos en cómo esos impulsos se convierten en significados (semántica) y en significados conscientes. Estos son, sin embargo, los que manejamos en la escuela. El estudio del reconocimiento de patrones está sirviendo de nexo entre la sintaxis neuronal y la semántica.

3. Estamos conociendo los cambios que se dan en el cerebro adolescente, lo que nos va a permitir aprovechar esa 'segunda edad de oro' del aprendizaje.

4. Progresamos en el conocimiento de la memoria, que es el órgano del aprendizaje y, por lo tanto, el fundamento de la educación. Dos temas destacan por su relevancia educativa. En primer lugar, la neurología de la formación de hábitos, que son el núcleo del aprendizaje. En segundo lugar, los estudios sobre la memoria en acción ('working memory'), que nos dicen que la inteligencia es fundamentalmente gestión de la memoria. Un concepto, pues, revolucionario.

Progresamos en el conocimiento de la memoria, que es el órgano del aprendizaje y, por lo tanto, el fundamento de la educación

5. Pero, sin duda, el tema estrella de la neuroeducación es el descubrimiento de las 'funciones ejecutivas' del cerebro, que nos brinda un nuevo concepto de la inteligencia y del aprendizaje. Espero no dejarme llevar por un error de perspectiva, ya que es lo que estudiamos en la cátedra 'Inteligencia ejecutiva y educación', que dirijo en la Universidad Nebrija, de Madrid. El cerebro tiene una estructura dual: un nivel generador de ideas y un nivel que dirige ese mecanismo hacia metas elegidas. Es una estructura que descubrimos en el cerebro, en la inteligencia humana, en la arquitectura de los ordenadores, y en la inteligencia de las organizaciones. Es, pues, una teoría integrada de la inteligencia. La estructura básica está formada por sistemas neuronales que trabajan con gran autonomía, fuera del control de la conciencia. Se denomina 'inconsciente neuronal' o 'nuevo inconsciente', pero prefiero llamarlo 'inteligencia generadora' (Marina, J. A. 'La inteligencia ejecutiva'). En él tienen un protagonismo especial los hábitos intelectuales, emocionales y conductuales. Es lo que el premio Nobel Daniel Kahneman denomina 'sistema 1'. Una pequeña parte de la información manejada por él pasa a estado consciente. Asciende al sistema 2, al que denominamos 'sistema ejecutivo'. Desde él, el sujeto elige sus metas, da órdenes al sistema 1, y evalúa sus resultados. Dicho así, debe sonar muy críptico, pero así funcionamos. La inteligencia ejecutiva organiza y gestiona la actividad de la inteligencia generadora. La educación tiene como finalidad la construcción de ambos niveles.

Creo sinceramente que comprender y aprovechar estos conocimientos puede permitirnos un salto de gigante en la educación. La próxima semana les contaré si los métodos de entrenamiento del cerebro sirven para esto.

Intento mantenerme al día en temas de neurociencia y educación, cosa que me resulta cada vez más difícil. En un archivo especial, voy acumulando las nuevas publicaciones, a la espera de poder estudiarlas, cosa que hago periódicamente. Estos días me dedico a ello con más intensidad. Acabo de participar en unas jornadas sobre 'Neurociencia y liderazgo', participaré en otras sobre 'Neurociencia y educación' en el mes de abril, organizadas por el Ministerio de Educación, y preparo el prólogo a un libro sobre este tema escrito por Tomás Ortiz, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Los temas neurológicos están de moda.

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