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¿Qué pasaría si pudiéramos reconocer todas las caras con las que nos hemos cruzado alguna vez?
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"NUNCA PODRÍA SER CAMARERA"

¿Qué pasaría si pudiéramos reconocer todas las caras con las que nos hemos cruzado alguna vez?

Si nunca fallas a la hora de reconocer el rostro de alguien, es posible que tengas un don. Así es la vida de los superreconocedores, que no es tan genial como podría parecer

Foto: Foto: iStock.
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Cuando conocemos a alguien por primera vez, nuestra mente empieza a acostumbrarse a sus rasgos hasta hacerlos reconocibles. Se trata de un proceso puramente subjetivo que sucede en nuestra mente y que apunta a una necesidad básica de socialización. Imagina que eres incapaz de recordar cualquier cara. Tus habilidades sociales disminuirían bruscamente, lo que conllevaría muchos problemas de desarrollo, reduciendo tus habilidades de supervivencia o, como mínimo, tu bienestar mental. Esto le ocurre a un 2,5% de la población mundial y se llama prosopagnosia o ceguera facial, y en la mayoría de los casos aparece después de algún tipo de lesión cerebral o está relacionado como síntoma clásico de enfermedades como el Alzhéimer.

Entonces, podríamos pensar que lo contrario, es decir, reconocer a la mayor parte de las caras que has visto alguna vez, podría funcionar como una especie de habilidad especial o superpoder. En realidad, en caso de tener esta capacidad, querrías ocultarla lo máximo posible: sería muy incómodo reconocer a alguien a quien solo has visto una vez a través de imágenes o hace mucho tiempo. "Nunca podría ser camarera", admite Laura Winslow, una mujer estadounidense de 42 años que supo que era superreconocedora (el nombre que la ciencia ha puesto a las personas que poseen esta peculiar habilidad) cuando reconoció a un compañero de preescolar muchos años después.

Su historia, contada en un reciente artículo publicado en Aeon sobre esta condición tan curiosa, es muy llamativa porque desbarata lo que podríamos considerar como lógico en los procesos de reconocimiento facial. ¿Cómo es posible que Winslow pueda reconocer a un compañero de preescolar tras cambiar de aspecto y de rasgos después de tantos años? Los estudios científicos realizados en personas como ella han intentado aproximarse a los procesos mentales que se producen en su cerebro cuando ven una cara, descubriendo que no asimilan mentalmente la cara a completo (como al final acabamos haciendo todos de manera inconsciente), sino que centran su atención en determinadas partes o elementos del rostro que los hacen reconocibles.

Los superreconocedores tienen un punto débil: un sesgo racial que les impide reconocer a personas de otras razas que no sean la suya

Podríamos pensar que esta habilidad nace de una inusitada inteligencia basada en una capacidad de memorización visual extraordinaria. En realidad no; de ser así, muchos de ellos habrían gozado de excelentes resultados académicos al ser capaces de recordar con sumo detalle todo lo que leyeron de pasada antes de un examen. Lo curioso de los superreconocedores, como han demostrado los estudios, es que solo reconocen sin más las caras, no son capaces de ponerles nombres, tan solo emerge en ellos el recuerdo de las últimas veces que las vieron. De ahí también que los superdotados o las personas con un cociente intelectual superior a la media sean puedan ser malísimos reconociendo caras.

Una habilidad al servicio de la vigilancia

Como es lógico, muchos de los superreconocedores han acabado aplicando sus habilidades en tareas de reconocimiento facial para servicios de seguridad públicos y privados. De hecho, la Policía Metropolitana de Londres tiene una unidad especial conformada por superreconocedores y en Australia sirven de apoyo a las cámaras de seguridad equipadas con reconocimiento facial en las estaciones aeroportuarias. Sin embargo, los superreconocedores parecen tener un punto débil: tienen un sesgo de raza. Un reciente estudio de la American Psychology Association demostró que tienen un "efecto de otra etnia" que les impide emplear su superpoder en personas de otras razas que no sean la suya.

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Lo que podría parecer un superpoder, por tanto, acaba siendo una incomodidad cotidiana. En ocasiones, es un privilegio no ser reconocido, sobre todo si alguna vez hiciste algo que no estuvo bien o no te portaste como debiste. Los superreconocedores, además, sufren una especie de amnesia mental con los rostros que conocen, pues saben identificarlos pero no recuerdan con exactitud la situación en la que los vieron por primera vez. Eleni Colleony, otra de las entrevistadas por Aeon, afirma que no puede parar de meterse en "situaciones sociales realmente incómodas" al reconocer el rostro de alguien, pero no saber de qué. De algún modo, puede ser una sensación similar a cuando estás soñando y de pronto aparece alguien de un pasado que ya no recuerdas y que sientes que te conoce o sabes quién es, lo que sin duda puede generar ansiedad o manía persecutoria.

Cuando conocemos a alguien por primera vez, nuestra mente empieza a acostumbrarse a sus rasgos hasta hacerlos reconocibles. Se trata de un proceso puramente subjetivo que sucede en nuestra mente y que apunta a una necesidad básica de socialización. Imagina que eres incapaz de recordar cualquier cara. Tus habilidades sociales disminuirían bruscamente, lo que conllevaría muchos problemas de desarrollo, reduciendo tus habilidades de supervivencia o, como mínimo, tu bienestar mental. Esto le ocurre a un 2,5% de la población mundial y se llama prosopagnosia o ceguera facial, y en la mayoría de los casos aparece después de algún tipo de lesión cerebral o está relacionado como síntoma clásico de enfermedades como el Alzhéimer.

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