Una uruguaya se sincera y confiesa la soledad que ha sentido al ser madre en Alemania: "Se tuvo que ir a trabajar"

Ser madre es una de las vivencias más transformadoras y desafiantes que existen, especialmente cuando se atraviesa lejos del país de origen. Así lo relata María, una uruguaya que comparte su experiencia sobre la maternidad en Alemania, donde vive actualmente, un testimonio que revela tanto las dificultades como las particularidades de una sociedad que brinda apoyo material, pero también impone un notable aislamiento.

Alemania se distingue por su sistema de bienestar social avanzado, que favorece a las familias. Sin embargo, la experiencia de esta madre evidencia que, a pesar de las comodidades, la maternidad en este país conlleva un profundo sentimiento de soledad.

"Vas a tener todas las comodidades, pero va a ser muy solitaria", explica. Esta sensación se intensificó cuando, tras el nacimiento de su hija, se encontró sola en casa, su compañero habiendo tenido que retornar inmediatamente al trabajo. "Salimos del hospital, me acuerdo, y se tuvo que ir a trabajar", comparte con una mezcla de tristeza y resignación.

Aspectos positivos y negativos

Entre los aspectos positivos, destaca la posibilidad de conciliar la vida laboral y familiar, permitiendo que los padres permanezcan en casa con sus hijos hasta los dos años. Sin embargo, resalta una carencia significativa: la invisibilización de la madre tras el parto.

"Cuando la mamá tiene al bebé, la mamá pasa a ser un fantasma, o sea, no existe más para la sociedad"

"Cuando la mamá tiene al bebé, la mamá pasa a ser un fantasma, o sea, no existe más para la sociedad", lamenta, apuntando a un problema cultural posiblemente arraigado en el individualismo.

Este relato nos ofrece una mirada íntima a la maternidad en Alemania, ilustrando las luces y sombras de un sistema que, si bien proporciona importantes beneficios, todavía tiene áreas de mejora, especialmente en cuanto al apoyo emocional y social hacia las nuevas madres.

La historia de esta madre uruguaya no solo invita a la reflexión sobre la experiencia de ser madre en el extranjero, sino que también pone en perspectiva cómo distintas culturas enfrentan el inicio de la vida familiar, un tema de relevancia universal que demanda atención y empatía.