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¿Regalar flores en San Valentín es regalar felicidad? La historia de esta romántica tradición
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¿Regalar flores en San Valentín es regalar felicidad? La historia de esta romántica tradición

Cuando queremos 'celebrar el amor' compramos un ramo de flores. Esto es algo que muchas veces hacemos por inercia, pero... ¿es efectivo?

Foto: Un ramo de flores (Fuente: iStock)
Un ramo de flores (Fuente: iStock)

"He llamado a todas las floristerías de cinco estados, les dije que era la única manera de que mi esposa se casara conmigo", pronuncia Edward Bloom en Big Fish después de que Sandra abriese la ventana de su habitación y lo encontrase en mitad de un campo de narcisos amarillos, sus flores favoritas.

En el 2003, el año en el que se estrenó esta película, era muy común regalarle flores a la persona que amabas, pero lo sigue siendo 21 años más tarde y lo era ya muchos años atrás. Por el cumpleaños de nuestra pareja, San Valentín, la celebración de un aniversario... Son muchos los motivos que nos pueden llevar a entrar en una floristería y comprar el ramo más bonito de toda la tienda.

Pero... ¿Desde cuándo regalamos flores? ¿Por qué lo hacemos? ¿Nos hace verdaderamente felices recibir flores? En muchas ocasiones tomamos decisiones por inercia, pero no nos paramos a pensar por qué hemos actuado de esa manera y eso es lo que a veces ocurre cuando nos dirigimos a una floristería, abrimos la puerta, entramos y elegimos un ramo.

placeholder Escena de 'Big Fish' (Columbia Pictures)
Escena de 'Big Fish' (Columbia Pictures)

Flores = felicidad

¿Nos hace verdaderamente felices recibir flores? Esta es una pregunta que tiene una respuesta clara y científica, según concluyeron los investigadores universitarios Jeannette Haviland-Jones (departamento de Psicología, Rutgers University, Nueva Jersey), Holly Hale Rosario (departamento de Psicología, Rutgers University, Nueva Jersey), Patricia Wilson (departamento de Psicología, La Salle University, Filadelfia) y Terry R. McGuire (departamento de Genética, Rutgers University, Nueva Jersey); en su estudio 'An Environmental Approach to Positive Emotion: Flowers'.

Las que recibieron las flores reaccionaron a este regalo con una 'sonrisa de Duchenne', una expresión considerada por los psicólogos como "el único indicador de verdadera alegría"

Para demostrar hasta qué punto recibir flores provoca un sentimiento positivo en nosotros, los investigadores realizaron tres pruebas diferentes. La primera de ellas, consistió en enviar tres tipos de paquetes distintos a 147 mujeres. Algunos de ellos contenían una vela, otros una cesta de fruta o un ramo de flores. Pues bien, de este estudio sacaron en claro que las que recibieron las flores reaccionaron a este regalo con una 'sonrisa de Duchenne', una expresión considerada por los psicólogos como "el único indicador de verdadera alegría"; una sonrisa honesta que se asocia al placer y a la felicidad.

Es más, este efecto, esta felicidad honesta, les duró más en el tiempo que a quienes recibieron, por ejemplo, la cesta de frutas. Con el segundo experimento, que consistió en hacerle (tanto a hombres como a mujeres) entrega de una flor en el ascensor de una biblioteca universitaria, descubrieron que este gesto provocaba que sonrieran más, redujesen su distancia con la persona que se la entregase e incluso llegasen a iniciar una conversación.

Por último, en el tercer experimento, se regalaron flores a personas mayores de 55 años y los investigadores vieron como este estímulo generaba en ellos un estado de ánimo positivo y mejoraba su memoria episódica, es decir, la relacionada con sucesos autobiográficos que pueden evocarse de forma explícita.

Lo que apunta este estudio está claro: recibir flores mejora nuestro estado de ánimo, pero, ¿por qué sucede? Para esta pregunta no tienen respuesta, aunque su hipótesis es que se deba a sus significados simbólicos de alcance universal, o a los estímulos sensoriales que nos proporcionan.

Sin embargo, a pesar de este estudio, miles de personas, que han interaccionado con un tuit de María Andrea Olivero en la red social X, creen que esta felicidad no tiene tanto que ver con el hecho de que el regalo sean las flores (aunque sí que influye): "Nos encanta que nos regalen flores porque son preciosas, pero también saber que fuiste a buscarlas, elegiste el ramo que más me podía gustar, hiciste el trayecto con las flores hasta vernos y ver con ilusión mi reacción al verlas. POR ESO NOS ENCANTA que nos regalen flores".

¿Desde cuándo regalamos flores?

Si pensamos en flores y antigüedad, uno de los nombres que se nos puede venir a la cabeza es el de la diosa griega Afrodita, ya que son muchas las leyendas que rodean a esta divinidad y en las que las rosas son las protagonistas. Es más, probablemente por esta asociación este tipo de flor sea 'la del amor'.

No obstante, si queremos hablar de la costumbre como tal de regalar flores, hay que avanzar un poco más en el tiempo, hasta la Edad Media. En esta época, las flores se utilizaban, sobre todo, para ocultar los malos olores o decorar las estancias. Sin embargo, el hecho de regalar flores no tenía ninguna implicación o sentido concreto, a diferencia de lo que ocurría en Oriente, donde cada flor y cada color tenían su propio significado.

A día de hoy, seguimos utilizando las flores para expresarnos y dependiendo de la persona a la que nos dirigimos elegimos unas u otras

Por lo que, en función de la flor que regalases, transmitías una emoción u otra. A día de hoy, seguimos utilizando las flores para expresarnos y dependiendo de la persona a la que nos dirigimos elegimos unas u otras; algo que no cambiará mientras sigamos amando y las campañas publicitarias sigan 'aflorando' en fechas tan concretas como San Valentín o la Navidad.

"He llamado a todas las floristerías de cinco estados, les dije que era la única manera de que mi esposa se casara conmigo", pronuncia Edward Bloom en Big Fish después de que Sandra abriese la ventana de su habitación y lo encontrase en mitad de un campo de narcisos amarillos, sus flores favoritas.

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