'Nepo babies' del pasado: ¿triunfaron Chaplin o Beethoven gracias a mamá y papá?

"Nepo baby" es una de esas palabras que ahora están tan de moda y que antes solíamos utilizar para designar al típico "hijo de". Precisamente, la propia definición de "nepo baby" nos remite al mundo de las redes sociales e Internet, ya que en unas circunstancias normales bien valdría el término de "enchufado". Pero como todo lo que sucede en el ámbito cultural de Estados Unidos tiene un eco dentro de nuestras fronteras (sobre todo en la 'memesfera'), la definición de "nepo baby" se distancia de la de "enchufado" debido a ese camuflaje de aparente meritocracia que les rodea y que se elimina, por desgracia para ellos, gracias a la acción de los usuarios de Internet.

¿Dakota Johnson es una gran actriz? Por supuesto, de las mejores hoy en día, pero también hay que tener en cuenta que sus progenitores son Melanie Griffith y Don Johnson. Seguro que ya no la ves con los mismos ojos, tal vez porque todos podemos dar con un "nepo baby" camuflado en nuestras vidas y es injusto que unos hayan tenido que sacrificar tantas cosas para estar donde están cuando otros con el simple hecho de haber nacido donde han nacido ya tienen hecho una gran parte del camino.

No habría que caer en el rencor de clase (al menos de momento). A fin de cuentas, puedes escoger una carrera, pero no a tus propios padres. Ello no quita para que estos personajes sientan cierta vergüenza de reconocer sus orígenes, sobre todo por el hecho de estar involucrados en un sistema tan competitivo en el que se supone que tienes que brillar por tus propios méritos. El cuento de la meritocracia les lleva a replegarse y esconderse, al igual que sostenía el columnista Héctor G. Barnés en una pasada columna sobre la necesidad de ciertas personas privilegiadas de mancharse las manos en algún trabajo precario antes de llegar al cenit de su carrera, llamar a papá y hacerse asquerosamente ricas. Bye bye precariedad.

Los padres de Chaplin

Y como sucede con tantos otros términos modernos que se ponen de moda y parecen describir una tendencia nueva, el pasado está plagado de "nepo babies" que todo lo que consiguieron fue, en parte, gracias al empeño de sus padres. "Padre conocía al señor Jackson, que dirigía la compañía, y convenció a Madre para meterme, porque pensaba que sería una buena forma de debutar sobre los escenarios y al mismo tiempo para ayudarla económicamente". Este testimonio es del libro Mi autobiografía, escrito por Charlie Chaplin.

Aunque el actor tenía un talento descomunal y revolucionó el cine mudo con sus bailes y gracietas, seguramente nunca hubiera podido desarrollar estas capacidades si no fuera porque ya desde los nueve años entró en una compañía de baile ambulante llamada Eight Lancashire Lads regentada por ese tal señor Jackson. Además, sus padres, Charles Chaplin y Hannah Chaplin eran artistas de comedia en los salones de la clase alta británica del siglo XIX, como rescata la revista Mental Floss en un artículo reciente que rescata la historia de algunos de estos "nepo babies" del pasado. De tal palo, tal astilla, y no podemos olvidar que la hija de Chaplin, Oona Chaplin, también es una excelente actriz (brillando con su breve, pero trascendente papel en la serie Juego de Tronos).

Nadie duda de las buenas dotes de actuación de Johnson o Chaplin; la cuestión es que una persona "normal" necesitaría poco más que un milagro para llegar

No habría que ser perjuiciosos pensando que solo porque los progenitores sean artistas de éxito, el hijo o hija también lo ha de ser; nadie duda de las buenas dotes de actuación de Johnson o Chaplin. El fondo de la cuestión está en que para conseguir un gran papel, si eres una persona anónima y sin apellidos, necesitarías más que un milagro. Sin embargo, si ya tienes un pie en la industria gracias al entorno familiar que te ha rodeado desde pequeño, lógicamente sería un pecado no aprovecharlo.

El "nepo baby" más antiguo

Otros "nepo babies" se remontan mucho más atrás en el tiempo. De aquellos barros, estos lodos, y el origen de la democracia occidental no podría estar exento de tener entre sus políticos más famosos a enchufados que pasaron a la historia por sus hazañas que no habrían sido tales sin la inestimable ayuda económica de sus padres. La conocida como Edad de Oro de Atenas, en la Grecia clásica, no habría sido nada sin el cerebro de Pericles. Él puso a Atenas en el centro del mundo gracias a su esplendor cultural y político. Sin ir más lejos, el Partenón se construyó gracias a él. Sin embargo, como sentencian en la revista anteriormente mencionada, no habría tenido el poder ni el dinero para gobernar si no llega a ser por su madre, Agariste, que pertenecía a la influyente familia Alcmeónidas, y a su padre, el político Xanthippus.

Opinión

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Para defender a estos personajes, podríamos pensar que el talento se lleva en los genes y no en la posición social de sus progenitores. Este podría ser el caso de uno de los mayores genios de la historia de la música, Ludwig van Beethoven, cuyo abuelo también era compositor y tenía hasta su mismo nombre. Nacido en Flandes, hizo su debut como cantante de coro de iglesia con tan solo cinco años y aprendió a tocar el órgano. Pronto, ascendió en la orquesta y acabó siendo director de coro. Luego, se mudó a Bonn, Alemania, donde se convirtió en director de la corte musical en 1761. Lógicamente, no vivió para ver los éxitos de su nieto, ya que murió cuando tan solo era un niño, por lo que descartamos cualquier tipo de influencia económica en su carrera posterior. Sin embargo, la estrella del romanticismo alemán guardaba con mimo el retrato que hicieron a su abuelo en su casa.

Hay muchísimo más "nepo babies" en la historia que se ajustan más o menos al ejemplo de los que hemos tratado en el artículo. Cada caso tiene sus variables, pero lo que está claro es que más vale suerte que talento, como dice el dicho popular, y lo difícil no es deslumbrar a todo el mundo, sino llegar a ciertos ámbitos o espacios de los que el común de los mortales no tienen ni constancia. Y como podemos comprobar, no hay mayor suerte que haber nacido en una familia económica o socialmente privilegiada.