Una madre explica cómo un imprevisto con su hijo le ayudó a superar este trauma con el francés

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Los niños tienen costumbres muy peculiares que los adultos apenas alcanzamos a entender. El hijo de Erika, una mujer colombiana que vive en Francia con su familia, un día decidió que era buena idea ir al colegio con botas de agua. Lo que no sabía Erika es que esta decisión iba a acabar en un accidente y una serie de catastróficas desdichas, pero con final feliz.

Erika emplea su cuenta de TikTok, Erika en Francia, con más de 988.000 “seguidores”, para compartir las anécdotas que está viviendo al residir en Francia. A veces su vida parece “un meme”, como le comentan algunos de sus seguidores, y su última anécdota narrada en un vídeo con más de 6,9 millones de visualizaciones así lo atestigua.

“Ha ocurrido la cosa que más temía desde que soy una mamá inmigrante”, comienza explicando Erika en su vídeo. Y es que su hijo de tres años se levantó un buen día con la idea de vestir unas botas de lluvia para ir al colegio. “Yo no sé si tienes experiencia cuidando a niños de tres años”, se dirige Erika a sus oyentes con tono dramático, “pero son como adolescentes a los que les tienes que limpiar el trasero”, atestigua.

Aún había más exigencias

La mujer permitió que su hijo vistiese sus botas de agua, pero le apremió porque “tenía que salir a hacer una diligencia”. Sin embargo, su retoño de tres años tenía otros planes: necesitaba “llevar su mochila amarilla”, más grande que la roja que lleva usualmente, tal y como explica su madre. A esas alturas, Erika admite que ya estaba desesperada, y más cuando su hijo tiene una última exigencia: “tengo que llevar mis gafas de sol azules”.

De esa guisa salieron madre e hijo de casa. Pero Erika no contaba con lo que iba a ocurrir a continuación. Al girarse a cerrar la puerta con las llaves, escuchó “un estallido”. Su hijo se había caído por las escaleras, haciéndose una brecha en la cabeza bastante profunda. Inmediatamente, Erika llamó a su esposo, que no le cogía el teléfono.

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Jorge García González

Entonces tuvo que hacer algo que le provocaba terror, “llamar a su trabajo y preguntar por él, en francés”. A pesar de que la joven va dominando el idioma, no tiene plena confianza en sus habilidades, pero, como bien explica, “ante esta emergencia, a mí me salió el perfecto francés fluido”.

Al final, su esposo los acompañó al hospital, donde el pequeño fue atendido de inmediato. Para alivio de Erika, el niño “se dejó coser perfecto y estaba feliz”, y todo quedó en un sobresalto. La joven madre termina su vídeo cantando un fragmento de Amor De Madre, de Aventura, y recitando una frase con la que muchas progenitoras se identificarán: “te amo y por ti hablo francés, alemán y chino mandarín”.