Una profesora de instituto cuenta derrotada la situación que vive en clase: "Es imposible"

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Un profesor para más de treinta alumnos, y sin apoyo externo para varios de ellos con necesidades especiales. Esta es la realidad de Laura Gómez, profesora de matemáticas en un instituto, y de otros miles de profesores españoles. Laura comparte su día a día en su cuenta de TikTok, que ha amasado más de 1,4 millones de seguidores, en su mayoría otros docentes. En uno de estos vídeos, la joven maestra se desahoga y comparte una situación que la sobrepasa.

“He salido del instituto derrotada psicológicamente”, explica en su vídeo, que acumula más de 1,3 millones de reproducciones y 143.000 “me gusta”. Y no es para menos, ya que esta profesora de matemáticas se presenta cada día en aulas con más de treinta alumnos, algo que supera con creces el ratio deseado. Aunque también tiene días buenos, y quiere muchísimo a sus alumnos, Laura tuvo un día horrible y aprovechó el vídeo para denunciar la situación que viven muchos docentes, y aportar sus soluciones.

Laura admite que, durante ese día horrible, llegó a “pensar si realmente este es el trabajo con el que yo soñaba desde que era pequeña”, llenándose de pena al recordar la montaña rusa que es ser docente en España. “Hay días que yo salgo supercontenta, diciendo, madre mía, qué buena clase”, afirma la joven. Pero declara que cada vez es más habitual encontrarse con clases desastrosas en las que se pregunta, “¿pero qué está pasando?”.

Niveles educativos diferentes

Uno de los mayores problemas que ve Laura en sus aulas es la ratio de profesores y alumnos. Y es que ella lleva clases de 30 alumnos en secundaria, el límite que se permite por profesor por ley. Pero si ya es una cifra enorme, la cosa se complica porque hay mucha diversidad entre alumnos y es “imposible llegar a todo”, declara Laura.

En una misma clase puede llegar a tener “3 con adaptación curricular”, con asignaturas pendientes de primaria. También hay “otros alumnos con necesidades motoras, que hay que estar muy encima y ayudarles muchísimo” y, para rematar, explica que hay varios “alumnos disruptivos”, que no es que se porten mal, es que “son alumnos violentos”, admite la joven profesora.

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P. Díaz

Lo que Laura denuncia no es la diversidad en las aulas, ya que le parece “maravillosa”. Lo que la profesora de secundaria explica es que ella no tiene “los medios para atender esa diversidad” y las clases son “una tortura”. Laura admite que siente mucha “impotencia y rabia” al no poder llegar a todos los alumnos de una misma clase, y no darles una “educación de calidad”.

No le da la vida entre corregir los ejercicios de una asignatura, atender a los alumnos con necesidades educativas especiales y mantener a raya a los alumnos disruptivos para que “no se maten atrás”, enumera. “Se te va de las manos”, afirma refiriéndose a llevar una clase con tantos niños diversos, lo que acaba provocando “agobio, depresiones, ansiedad y estrés por parte del profesor”, dice Laura, definiendo a la perfección el día a día de muchos docentes.

Falta de presupuesto en las aulas

Y no es que Laura pida “trabajar menos”, es que lo que quiere es “trabajar bien”. Y, para lograrlo, la joven profesora de matemáticas propone incluir en ese tipo de aulas diversas “una, dos o tres personas de apoyo”, para que “esos niños reciban la atención que merecen”, explica. A su vez, Laura denuncia la falta de dinero destinado a la educación, y las “continuas faltas de respeto” por parte de los alumnos más complicados. Esta maestra completa su vídeo con una frase que resume a la perfección la problemática de ser profesor, y es que “cuando se le empiece a dar a la educación la importancia que merece, empezaremos a mejorar muchas cosas”, finaliza.