Pierde un AirPod en un hotel de Japón y viaja 300 kilómetros para recuperarlo

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Desde hace unos años Jorge Cyrus triunfa como influencer en redes sociales con sus divertidos vídeos en donde mezcla retos y entretenimiento con su vida personal. Todo un fenómeno viral que cuenta con 1,8 millones de seguidores en TikTok y 740.000 en Instagram. Incluso tiene su propio canal en MtMad: Mi vida es un Cyrcus. Además, el tudelano también habla sobre acoso escolar, ansiedad y defiende al colectivo LGTBI+.

Hace quince días se fue de viaje a Japón con su amiga Nuria, otra popular creadora de contenidos. Allí ha seguido publicando vídeos contando sus aventuras y desventuras por el país nipón, pero hay una que ha llamado la atención de sus seguidores en redes sociales. Debido a un descuido ha tenido que enfrentarse a una situación inesperada.

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Jorge García González

“Os preguntaréis que hago en medio de una cabina telefónica en Japón”, comienza explicando para añadir: “He tenido un problema. He perdido un AirPod”. Jorge comenta que lo perdió en Tokio y que ahora se encontraba en Osaka. “Tres horas de diferencia en tren”, afirmaba después de contar que a través de la aplicación descubrió que se lo había dejado en el hotel en que se había alojado.

"Todo no me puede salir bien"

“Toca llamar al hotel y reclamarlo” explicó. En el vídeo se puede ver la conversación en donde el influencer trata de hacerse entender con el recepcionista en inglés, pero como muestran las imágenes, no se le da demasiado bien. Tras explicar que estuvo hospedado en el hotel, les dijo que perdió los auriculares, pero sus intentos fueron en vano porque ni uno ni otro lograron entenderse.

“Atentas, porque voy a volver al hotel” dijo al acabar su vídeo que se hizo viral y obtuvo 2,4 millones de reproducciones. En un segundo vídeo, publicado varios días después comenta qué ocurrió en su viaje de vuelta en busca del AirPod perdido. “He decidido cogerme unos billetes, hacerme 300 kilómetros y volver al hotel donde estuve para coger mi auricular perdido”.

En su segundo intento con el recepcionista, esta vez cara a cara, le vuelve a explicar la situación, con el mismo inglés y con las mismas dificultades para entenderse con el trabajador del hotel que, finalmente, le comunica que no se ha encontrado ningún auricular en los últimos días. “Pues nada, a comprarse otros. Todo no me podía salir bien en esta vida”, concluyó.