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Cómo ser un líder magnético y carismático, según un prestigioso neuropsicólogo
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VALORES PARA UN BUEN LIDERAZGO

Cómo ser un líder magnético y carismático, según un prestigioso neuropsicólogo

Hacen falta muchas razones para convencer a tu equipo de que cumplan con su papel y te sigan hasta el fin del mundo. Pero son pocas las formas de conseguirlo sin que haya necesidad de convencerles

Foto: Foto: iStock.
Foto: iStock.

No hay mejor líder que aquella persona a la que siguen contra viento y marea, sin saber muy bien por qué, por mero instinto de estar ante alguien poderoso, confiable, honesto y auténtico. En el mundo empresarial, este modelo de liderazgo es raro de ver, pues las encuestas muestran que la mayoría de los empleados están en la compañía por otras razones que no son precisamente la admiración a su superior. Un buen jefe, en todo caso, debería ser aquella persona en la que esperas convertirte algún día, un buen mentor, alguien influyente para sus subordinados en el mundo profesional.

Para conseguir esto, podríamos decir que hace falta una alta dosis de carisma. Pero, a la hora de la verdad, seguramente los requisitos para ser un buen líder sean mucho más terrenales. Como mínimo, que no exista en él la obsesión de controlar los flujos de trabajo o la actividad de sus empleados. Y, sobre todo, dar la cara cuando hace falta. Más allá de estas consideraciones, si hay algo que distingue a un buen líder es que las personas quieren estar cerca de él, cumplir sus órdenes sin que se lo tenga que pedir dos veces o, simplemente, disfrutar del ambiente de trabajo en el equipo que él dirige.

"Cuando más confío en que la misión es común, más me convierto en el líder que la gente quiere seguir"

Esto solo se consigue si inculcas en tu equipo el sentimiento de que la misión de la empresa también es suya, o en su defecto que cumplir la misión de la compañía les ayudará a cumplir también sus metas personales y profesionales. "El gran éxito se produjo cuando eliminamos la idea de que había una tarea que debía realizarse y comenzamos a centrarnos en un objetivo al que queríamos llegar juntos", asevera Miles, líder de una empresa de consultoría, en conversación con Julia Digangi, periodista de Fast & Company, una de las revistas especializadas en el mundo empresarial más prestigiosas del mundo. "Cuando más confío en que la misión es común, más me convierto en el líder que la gente quiere seguir".

Todos remando a la vez

Según la periodista, Miles consiguió crear un estilo de liderazgo positivo sin apenas esfuerzo, tan solo inculcando a sus empleados el valor de lo que hacían y su importancia, no solo para la empresa en la que estaban contratados, sino también para su propio crecimiento personal y profesional. "Su trabajo como líder fue crear un entorno que permitiera a las personas aprovechar todo su poder emocional, que sintieran que pertenecían a algo, que estuvieran entusiasmados, seguros y confiados de sus metas", asegura Digangi.

"Es liberador darte cuenta de que toda esa energía que gastas en mandar, controlar o convencer a los demás puedes dedicarla solo a motivarles"

Pero todo ello, como es lógico, no se consigue de la noche a la mañana, por lo que es necesario poner todos los medios desde el principio, ya que luego si existe una mala tendencia será muy difícil corregirla. Otro de los trucos que menciona la periodista es derrochar honestidad con tu equipo: si te muestras tal y como eres, conectarán mucho más contigo que si eres un líder cerrado al que es imposible llegar. No pienses en la imagen que puedas dar, simplemente muéstrate tal y como eres.

Por supuesto, eso no es todo ni suficiente para resultar carismático. Vale, tienes que mostrarte tal y como eres, pero primero has de saber quién eres y para ello es necesario mirar hacia dentro. "Concéntrate en lo único que puedes controlar: a ti mismo", asevera Digangi. "Es muy liberador darte cuenta de que toda esa energía que gastas en mandar, controlar, convencer o exigir de repente puedes solo dedicarla a motivar a los demás. Tan solo tienes que derrochar motivación y confiar en que los demás lo vean".

Foto: Angela Merkel. (Getty)

Por último, no se trata de influir en los demás o resultarles inspirador. Más bien tienes que inspirarte en el resto de personas, tanto dentro como fuera de la empresa, para que tus empleados vean en ti un faro a seguir. "Tu trabajo no es preocuparte en influir al resto, es mejorar tu capacidad para influirte a tí mismo", concluye la experta. "Tu trabajo nunca fue ser su líder. El paradigma de liderazgo y control siempre fue una trampa, un mal diseño que no puede funcionar de manera sostenible. Gastar toda tu energía intentando liderar a los demás es absurdo. Entonces, ¿cuál es tu trabajo? Liderarte a ti mismo. Y, cuando lo hagas, las personas adecuadas te seguirán".

No hay mejor líder que aquella persona a la que siguen contra viento y marea, sin saber muy bien por qué, por mero instinto de estar ante alguien poderoso, confiable, honesto y auténtico. En el mundo empresarial, este modelo de liderazgo es raro de ver, pues las encuestas muestran que la mayoría de los empleados están en la compañía por otras razones que no son precisamente la admiración a su superior. Un buen jefe, en todo caso, debería ser aquella persona en la que esperas convertirte algún día, un buen mentor, alguien influyente para sus subordinados en el mundo profesional.

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