Es noticia
Cómo negarte a hacer algo por tus amigos que no quieres (aunque sea incómodo)
  1. Alma, Corazón, Vida
LA SOCIOTROPÍA

Cómo negarte a hacer algo por tus amigos que no quieres (aunque sea incómodo)

Si crees que aceptas demasiadas cosas que no te interesan por presión o por agradar a otras personas, aquí van una serie de consideraciones para empezar a negarte sin sentirte mal por ello

Foto: Una quedada entre amigos más en la que no quieres estar. (iStock)
Una quedada entre amigos más en la que no quieres estar. (iStock)

Seguro que en más de una ocasión te has visto envuelto en un plan que realmente no te apetecía y, a disgusto, tienes que aguantar el papel. A todos nos ha pasado. Es algo natural si tienes una vida social más o menos fecunda. También puede suceder que, al contrario, no dispongas de muchas redes de gente y entonces siempre te tengas que conformar con un plan social idéntico que hacer con las mismas personas y en realidad no te guste. Sea como sea, siempre hay que tomar una decisión en el apartado social, y eso conlleva decir que "no" a otras cosas que preferirías hacer, pero por una cuestión material y física, es imposible.

Lo que podríamos llamar FOMO social, definido por esa sensación de sentir que te estás perdiendo algo, incluso cuando ya te has decantado por una actividad, puede acabar convirtiéndose en una espiral de complacencia con aquellas personas a las que quieres y que no deseas que se ofendan si reciben un "no". Sí, está bien seguir a los demás en sus intereses. Está comprobado que las personas que otorgan valor a la creación y mantenimiento de sus relaciones sociales lo hacen. De hecho, la tendencia a agradar a los demás viene recogida en un término acuñado por Toru Sato, psicólogo de la Universidad de Shippensburg en Pensilvania. Él lo llama "sociotropía" o la preocupación permanente de hacer felices a los demás preservando la armonía social.

"Durante una semana, cuenta todas las veces que aceptas algo, cómo te hace sentir y cuánto interrumpen tu vida todos esos 'sí'"

Por otro lado, posiblemente si eres el más pequeño de tu grupo de amigos o acabas de llegar a una ciudad, tendrás más posibilidades de acabar metido en planes con los que no congenies del todo. La sociopatría tiene, por tanto, un sesgo social, de edad, de género e incluso de raza. En caso de que sientas que no puedes más y necesitas parar para intentar descubrir qué es lo que te gusta a ti sin la interferencia de otras personas, tal vez te convendría decir por una vez que "no". Básicamente, porque al complacer todo el rato a los demás, corres el riesgo de perder de vista tus propios deseos y necesidades. Pero... ¿Cómo hacerlo sin que se ofenda el resto?

El mal de intentar agradar a todo el mundo

Shayla Love, periodista de Psyche especializada en gestión emocional, aconseja poner en marcha una terapia cognitivo-conductual (TCC) basada en el autocontrol para hacer un seguimiento del "sí" en todas tus decisiones. "Durante una semana, cuenta todas las veces que aceptas algo, cómo te hace sentir y cuánto interrumpen tu vida todos esos 'sí'", explica. "Al final de la semana, reflexiona y ten en cuenta todas las formas en las que pretendes agradar al resto de personas. Es posible que quieras parecer amable en cada interacción, reprimir lo que piensas o ayudar a los demás a sentirse cómodos incluso cuando tú te sientes incómodo. En algunos casos, es posible que participes en comportamientos de riesgo que no deseas para no decepcionar".

Cambia el "no puedo" por el "no quiero". Esto no solo hará que la otra persona sea consciente de que no puedes estar siempre para él, sino que tienes autonomía personal

Después, reflexiona por qué lo hiciste. En último término, es posible que lo hicieras para mantener tu rédito social, ya que siempre que complaces a los demás esperas algo a cambio, aunque sea un mero reconocimiento amable de tu compañía. "Esto puede incluir cosas como aceptación, gratitud, amabilidad, promoción, dinero, poder, respeto", asevera Sato, citado por Love. En estos casos, si de verdad crees que eso es lo que obtienes de todos tus "sí", entonces considera empezar a decir "no".

¿Qué pasaría en ese caso? Love también menciona a Asnea Tariq, quien estudia patrones de pensamiento y comportamiento desadaptativos que surgen en las primeras etapas de crecimiento y acaban resultando un problema para la vida social de las personas. Entre ellos destaca el "esquema dirigido al otro", es decir, la necesidad permanente de tener que agradar a otras personas, incluso cuando tú no estás de acuerdo. Deberías pensar, en este sentido, cuáles serían las consecuencias de decir que no a los demás, y si solamente es miedo a que se sientan decepcionados o a que se rompa la relación. Si esto es así, "esto podría ser una señal de que el miedo y la ansiedad te llevan a decir que 'sí', más que por unas razones prácticas o racionales", admite Love. Aquí radica el problema.

Foto: Foto: iStock.

La periodista aconseja empezar a negar ofertas pequeñas y de forma paulatina. "Hazlo tantas veces como sea posible con el objetivo de adaptarte a las emociones difíciles que puedan surgir cuando no haces lo que crees que hará felices a los demás", recomienda. "En la terapia cognitivo-conductual se utiliza una técnica similar, enseñando a las personas a enfrentar de manera gradual versiones más intensas de sus miedos y fobias, comenzando con algo muy leve y avanzando hasta llegar a lo más desalentador".

Otro consejo es utilizar un lenguaje más próximo a tus sensaciones y no tanto de disculpa. Es decir, cambiar el "no puedo" por el "no quiero". Esto no solo hará que la otra persona sea consciente de que no puedes estar siempre que él quiera, sino que tú también tienes tu autonomía personal y fuerza de voluntad para plantarte. Al fin y al cabo, el tiempo que tenemos es finito, por lo que eres tú quien ha de decidir qué hacer con las horas y minutos que tienes libre, como decían en una famosa película. Por otro lado, piensa en la cantidad de veces que otros han rechazado un plan que tú querías hacer. Eso te ayudará a relativizar tus negaciones, aceptándolas tú mismo en primer lugar, para que luego los demás las validen.

Seguro que en más de una ocasión te has visto envuelto en un plan que realmente no te apetecía y, a disgusto, tienes que aguantar el papel. A todos nos ha pasado. Es algo natural si tienes una vida social más o menos fecunda. También puede suceder que, al contrario, no dispongas de muchas redes de gente y entonces siempre te tengas que conformar con un plan social idéntico que hacer con las mismas personas y en realidad no te guste. Sea como sea, siempre hay que tomar una decisión en el apartado social, y eso conlleva decir que "no" a otras cosas que preferirías hacer, pero por una cuestión material y física, es imposible.

Psicología