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¿De verdad a los gatos no les gusta el agua por naturaleza?
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¿De verdad a los gatos no les gusta el agua por naturaleza?

Descendientes en su mayoría de los gatos monteses africanos originarios de regiones desérticas cálidas y áridas, este dato ya nos da algunas respuestas

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Es una noción universal sobre nuestros compañeros felinos: no les gusta el agua. Ver a estos animales remojándose resulta extraño y, visto su comportamiento en casa cuando se acercan a la ducha haciendo todo lo posible por evitar mojarse, solo nos reafirmamos que, desde luego, no es su elemento favorito. En el intento incesante por descifrar más a los gatos, las personas acabamos generalizando con ideas como esta. Sin embargo, ¿es una observación aplicable a todos? ¿Tiene que ver con su naturaleza o se trata solo del gusto? ¿Pueden los felinos disfrutar también nadando?

Muchos son los motivos que nos hacen pensar que se trata de condiciones biológicas específicas. Vamos, que son prácticamente alérgicos hasta a la lluvia, pero seguro que conoces algún gato que no cumple con el estereotipo. Pues bien, déjanos decirte que no eres el único, y que las excepciones son tantas que no son excepciones.

Foto: Fuente: iStock.

Lo primero que debes saber es que tanto en el estado salvaje como en el doméstico, la mayoría de los gatos tienen la capacidad de nadar. Eso no quiere decir que bañarse sea su actividad preferida. En efecto, no suele serlo, pero en caso de necesidad vital cuentan con esta capacidad innata si tuvieran, por ejemplo, que escapar de un depredador. Veamos entonces qué dice su historia.

No es su medio habitual, pero

La mayoría son descendientes de los gatos monteses africanos originarios de regiones desérticas cálidas y áridas, como apuntan desde Petcube, el gran antepasado del gato no necesitó familiarizarse con las masas de agua, es decir, no es su medio habitual. Además, la mayoría de los felinos son hábiles cazadores, por lo que generalmente no necesitan arrojar a sus presas bajo el agua para acabar con ellas.

Cuando el animal está mojado, su pelaje se vuelve muy pesado, lo que dificulta la reactividad, la flexibilidad y la destreza

A ello se le suma que el pelaje de un gato está formado por varias capas de pelo. Cuando el animal está mojado, se vuelve muy pesado, como explican desde Britannica, provocando una sensación de malestar, inquietud o incluso ansiedad. No solo eso, pues "caer accidentalmente en una bañera llena o una piscina puede ser una experiencia aterradora para cualquiera, también para un gato, lo que puede provocarle miedo al agua por el resto de su vida", señalan.

Hoy en día, un gato domesticado puede solventar el problema con cierta facilidad. Sin embargo, en la naturaleza, un pelaje mojado dificulta la reactividad, la flexibilidad y la destreza del felino, cualidades esenciales en un entorno de constante huida.

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Si bien, como decimos, un gato domesticado tiene menos inconvenientes en este sentido, no hay que olvidar que incluso para ellos tanto pelo mojado tarda mucho en secarse, lo que además genera humedad que acaba en resfriados o incluso otras enfermedades.

No obstante, precisamente por el proceso de domesticación, algunos de ellos pueden acostumbrarse al agua e incluso disfrutar en ella, sobre todo si se acercan desde muy pequeños. En otras palabras, si a un gato se le introduce con delicadeza en el agua desde que nace, se volverá menos ansioso cuando sea adulto y entre en el baño. "Ciertas razas de gatos domesticados, como el Maine Coon, el Bengala y el Van turco, le temen menos al agua y, de hecho, disfrutan de nadar ocasionalmente. Lo que hace que estas razas sean únicas es la textura de su pelaje, que las hace más resistentes al agua que otras razas".

Es una noción universal sobre nuestros compañeros felinos: no les gusta el agua. Ver a estos animales remojándose resulta extraño y, visto su comportamiento en casa cuando se acercan a la ducha haciendo todo lo posible por evitar mojarse, solo nos reafirmamos que, desde luego, no es su elemento favorito. En el intento incesante por descifrar más a los gatos, las personas acabamos generalizando con ideas como esta. Sin embargo, ¿es una observación aplicable a todos? ¿Tiene que ver con su naturaleza o se trata solo del gusto? ¿Pueden los felinos disfrutar también nadando?

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