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Ollas de barro: así es la técnica ancestral definitiva para regar tus plantas
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"El mejor sistema de riego del mundo"

Ollas de barro: así es la técnica ancestral definitiva para regar tus plantas

Ante el creciente problema de sequía al que se enfrenta el planeta, ahorrar agua es fundamental, y en lo que al cuidado de las plantas se refiere resulta que esta técnica lo consigue a la perfección

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Los orígenes de la alfarería se remontan nada más y nada menos que a nuestros antepasados paleolíticos, concretamente entre el 29 000 y 25 000 a. n.e. Esta larga permanencia en la historia de la civilización evidencia la importancia misma de su utilidad: la vida cambia con los progresos que nuestra especie genera, pero el barro sigue siendo un recurso básico para tantos aspectos como lo era en nuestros comienzos.

Entre todas las posibilidades de esta técnica y sus resultados, una de las más populares hoy es lo que ofrece a la hora del cuidado de las plantas. En tanto que se trata de un material totalmente natural, el barro suele ser un gran aliado de la vida vegetal, también cuando esta se traslada a una vida doméstica en entornos urbanizados: donde se ponga una maceta de barro que se quite todo lo demás.

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Pero las macetas de barro no se limitan a refugiar el sustrato de nuestras plantas y ya, pues en torno a ellas existe todo un entramado de posibilidades del cuidado. Lo que se conoce como olla u oya es una de ellas: una técnica de riego subterráneo que resulta del ahorro de agua, por lo que es la más indicada para jardines y plantaciones. Pero, ¿en qué consiste exactamente?

La magia natural

Se trata de enterrar una vasija en un punto intermedio entre diferentes plantas (lo suyo es que estas queden alrededor, a la misma distancia de la vasija). A continuación, hay que llenarla de agua hasta el cuello. Y entonces, esperar a que suceda la magia natural: las paredes porosas de este material dejarán escapar el agua, pero lo harán poco a poco, al ritmo justo que las raíces de las plantas requieren para absorberla.

Con su forma, además, las ollas se encargarán de difundir esta agua por todo el suelo, en un perímetro y una duración variable según la naturaleza del mismo, el tipo de plantas que haya, el clima y por supuesto su volumen.

Debido a su eficiencia, hoy en día es un sistema popular en la agricultura ecológica, y esto a su reitera que no es nada nuevo. Objeto de numerosas investigaciones científicas desde la década de 1960, esta técnica de riego es asimismo casi tan antigua como la alfarería misma. En las últimas décadas, ha sido el biólogo y ambientalista australiano Bill Mollison el que la ha reivindicado como "el mejor sistema de riego del mundo".

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Premio Nobel alternativo, Mollison es reconocido por su trabajo en Fisiología Ambiental y Permacultura, y ha teorizado en texto y vídeo sobre las ollas. Se trata de extractos del documental The Global Gardener, producido en 1991 para la televisión australiana.

Como explican desde Portal Frutícola, "en estos tiempos, ahorrar agua es de suma importancia. Algunas áreas metropolitanas ya están enfrentando alertas de sequía, mientras que en otros lugares la amenaza es inminente". Al mismo tiempo, llegado este momento del año, en el que más pueden incrementarse las consecuencias de dicha sequía, nuestras vacaciones pueden dejar a nuestras plantas y plantaciones al límite. Las ollas, con tanto pasado, siguen planteando el futuro.

Los orígenes de la alfarería se remontan nada más y nada menos que a nuestros antepasados paleolíticos, concretamente entre el 29 000 y 25 000 a. n.e. Esta larga permanencia en la historia de la civilización evidencia la importancia misma de su utilidad: la vida cambia con los progresos que nuestra especie genera, pero el barro sigue siendo un recurso básico para tantos aspectos como lo era en nuestros comienzos.

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