Así es el truco de la percha al revés en el armario con una lógica muy útil

Colocar la ropa en el armario nunca ha sido tarea fácil. Podríamos decir esto por muchos motivos, pero hay uno que nos perturba por encima de los demás, aunque quizás la costumbre ya te haya resignado a no pensarlo demasiado: ¿Hacia dónde van las perchas?

Seguro que tú también has dudado justo antes de colgar una camisa o un pantalón, y seguro, de hecho, que lo has hecho muchas veces. También es seguro que acertamos al intuir cómo tiendes a ponerlas: con el filo de su gancho hacia dentro. No hay ninguna regla, pero algo te dice que es la mejor manera de hacerlo, y ese algo es tu sentido de la estética. Queda más bonito, crees. ¿Pero y si te decimos que lo bonito no siempre es lo más práctico?

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El Confidencial

Lo puedes observar en la ropa misma. Eso a lo que suele llamarse fondo de armario siempre acaba delante. No es lo más bonito que tienes, pero resulta que el top de lentejuelas no te lo puedes poner todos los días o, más bien, no quieres, porque bastante te ha costado para que el uso lo desgaste. Esta misma lógica ha destapado en internet un truco para la orientación de las perchas que se ha vuelto viral.

Para hacer balance

Se basa, precisamente, en clasificar las prendas en dos grandes grupos, diferenciando entre las que usamos y las que no utilizamos. Hasta aquí, el truco te sonará tanto que parece de todo menos un truco, pero todo gira en este punto, nunca mejor dicho. Hay que empezar por colocar todas las prendas con las perchas en una misma orientación, que ya sabemos suele ser hacia dentro. Sin embargo, cuando uses una de esas prenda, devuélvela al armario con la percha en la orientación contraria.

De esta forma, pasados unos días, sabrás qué es lo que más te pones. Te ayudará a hacer un balance mucho más claro de tus prendas, y así no tendrás que frustrarte por encima de tus posibilidades cuando toca cambio de armario.

Llegado el final del verano, podrás "descartar" las prendas que sigan con la percha en la orientación inicial, y en lugar de guardarlas un año más, donarlas o tal vez sacarte algo de dinero revendiéndolas.

Un consumo consciente

Lo cierto es que no es un truco nuevo, y es que consigue a la perfección lo que promete, por eso vuelve a la palestra de las redes de tanto en tanto para que nadie se lo pierda. En los últimos años, además, un movimiento nos recuerda aquello que alguna vez pareció evidente: que acumular ropa o pensar en esta en términos de un solo uso no es nada de lo que enorgullecerse.

Tiene como nombre "Slow fashion", y no es otra cosa que la conciencia de una "moda lenta". Desde el portal de unos de los proyectos bajo este concepto, Slow fashion next, lo explican: "Hoy en día se hace esencial tener presente el concepto de consumo consciente a la hora de comprar ropa, debido a la gran cantidad de recursos hídricos y productos químicos empleados en su producción. A esto hay que añadir además el impacto social procedente de las precarias condiciones de trabajo existentes en las fábricas". Hablan de reciclaje de ropa y de economía circular, ¿y qué mejor manera de iniciar nuestra conciencia por un futuro mejor haciendo circular nuestras perchas para que no se nos pase por alto?