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Un médico advierte sobre los peligros que tiene el uso de vapeadores
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Controvertidos cigarrillos electrónicos

Un médico advierte sobre los peligros que tiene el uso de vapeadores

El doctor Simón González narra algunos de los principales riesgos que estos dispositivos tienen para nuestra salud: enfermedades cardiovasculares, afecciones pulmonares graves ...

Foto: Un fumador usa un vapeador. Imagen de archivo
Un fumador usa un vapeador. Imagen de archivo

Aunque el origen de lo que hoy conocemos como vapeadores se remonta a 1963, cuando el inventor H. Gilbert presentó la primera alternativa al cigarrillo, no fue hasta 2004 cuando una farmacéutica de origen chino comercializó este tipo de productos tan demandados. Sin embargo, aunque en los últimos años, los vapeadores han ganado popularidad como una alternativa aparentemente menos dañina al tabaco convencional, el uso de estos dispositivos electrónicos de administración de nicotina conlleva ciertos riesgos para la salud de los usuarios que hacen uso de ellos.

Es por eso por lo que, desde su cuenta de TikTok, el doctor Simón González (@drsimongonzalez) ha recordado a los seguidores de esta red social los peligros que pueden estar asociados al empleo de este tipo de dispositivos. Peligros que, tal y como el doctor describe en este video, estarían relacionados con el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con patologías cardiovasculares, así como enfermedades de tipo pulmonar o incluso, el riesgo de que la población más joven se inicie en los hábitos de consumo de tabaco a través de estos cigarrillos electrónicos.

Origen de los vapeadores

Aunque como hemos mencionado anteriormente, la primera vez que se comienza a hacer referencia a este tipo de dispositivos es en 1963, con el invento de H. Gilbert, el hecho de que a mediados del siglo XX no se tuviera la conciencia que hoy tenemos sobre el tabaco y su nocivo consumo, hizo que la idea del inventor cayera en saco roto.

En 2001, a raíz de la muerte de su padre por un cáncer de pulmón, el farmacéutico, Hon Lik, trabajó en el diseño y creación de un nuevo dispositivo que permitiera a los fumadores disfrutar de la misma sensación sin inhalar las sustancias químicas ni cancerígenas que desprenden los cigarrillos.

placeholder Un hombre fuma un cigarro. (EFE/Ana Escobar)
Un hombre fuma un cigarro. (EFE/Ana Escobar)

Por eso mismo, uno de los primeros usos que se pensaron para este tipo de cigarrillos fueron los relacionados con el hecho de dejar de fumar, siendo usados como sustituto de los cigarros convencionales. En este sentido, Lik incorporó a su creación diferentes cantidades de nicotina en los líquidos que utiliza el vapeador para que fuera el propio usuario el que pudiera consumirla en la medida que le fuera necesaria, hasta conseguir abandonar la nicotina por completo.

A partir de 2004, la farmacéutica china, Ruyan, presentó el primer dispositivo de vapeo moderno y un año después, la empresa comenzó a exportar vaporizadores fuera de China y los primeros sistemas de vapor electrónicos llegaron a Europa y Estado Unidos.

Foto: Vapear se ha puesto de moda entre los jóvenes... y no tan jóvenes (Prostooleh para Freepik)

Cómo funciona el vapeador

Según detalla en su página web, La Sociedad Americana Contra El Cáncer, los cigarrillos electrónicos calientan un líquido (referido como e-liquid o e-juice), para convertirlo en aerosol (lo cual es referido como el “vapor”). Los usuarios de cigarrillos electrónicos inhalan esta sustancia llegando a sus pulmones.

Estos dispositivos incluyen una batería para la activación del mismo, una fuente de calor que calienta un líquido para convertirlo en un aerosol de partículas diminutas (a veces referido como “vapor”), un cartucho o depósito que contiene el líquido, y una boquilla o abertura utilizada para inhalar el aerosol.

Los cigarrillos electrónicos no contienen tabaco, pero muchos de ellos contienen nicotina, la cual se origina del tabaco. Debido a esto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los EE.UU. los clasifica como “productos de tabaco”.

Foto: Varios 'vapers' de usar y tirar. (Foto: Guillermo Martínez)

Principales riesgos para la salud

  • Inhalación de sustancias tóxicas

A pesar de que los vapeadores no queman tabaco, su funcionamiento implica calentar líquidos que contienen nicotina y otros productos químicos. Estas sustancias, cuando se inhalan, pueden tener efectos perjudiciales para la salud pulmonar, incluyendo irritación y daño a largo plazo. Estudios científicos han encontrado la presencia de sustancias tóxicas en los aerosoles emitidos por los vapeadores, como formaldehído, acetaldehído y compuestos orgánicos volátiles.

  • Nicotina y adicción

Uno de los mayores peligros de los vapeadores es la presencia de nicotina, una sustancia altamente adictiva. Aunque estos se comercializan como una alternativa para dejar de fumar, su uso prolongado puede generar dependencia y dificultar el abandono de la nicotina. La adicción a la nicotina puede tener consecuencias negativas para la salud en general y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

  • Efectos en la salud respiratoria

El acto de vapear, es decir, el empleo de este tipo de cigarrillos electrónicos, puede irritar las vías respiratorias y los pulmones, lo que puede llevar a tos, sibilancias y dificultades respiratorias. Algunos usuarios han desarrollado enfermedades pulmonares graves, como la bronquiolitis obliterante, conocida como "lesión pulmonar relacionada con el vapeo". La OMS ha destacado los posibles riesgos respiratorios asociados con los vapeadores, especialmente entre los jóvenes.

  • Exposición al vapor de segunda mano

La exposición al vapor de segunda mano también es motivo de preocupación. Aunque se ha argumentado que el vapor de los vapeadores es menos dañino que el humo del tabaco, aún contiene sustancias potencialmente tóxicas. Esto puede afectar a quienes se encuentran cerca de los usuarios de estos dispositivos, incluyendo a niños y personas con problemas respiratorios.

¿Qué piensa la OMS al respeto?

Por todo esto, la Organización Mundial de la Salud ha manifestado su inquietud acerca del uso de vapeadores, especialmente entre los jóvenes, y ha recomendado una regulación estricta de estos productos. Según la OMS, no hay suficientes evidencias para considerar a los cigarrillos electrónicos como una terapia de reemplazo del tabaco, y su comercialización y promoción deben ser controladas para evitar daños a la salud pública.

Aunque el origen de lo que hoy conocemos como vapeadores se remonta a 1963, cuando el inventor H. Gilbert presentó la primera alternativa al cigarrillo, no fue hasta 2004 cuando una farmacéutica de origen chino comercializó este tipo de productos tan demandados. Sin embargo, aunque en los últimos años, los vapeadores han ganado popularidad como una alternativa aparentemente menos dañina al tabaco convencional, el uso de estos dispositivos electrónicos de administración de nicotina conlleva ciertos riesgos para la salud de los usuarios que hacen uso de ellos.

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