La impagable respuesta de un vendedor de Wallapop cuando intentan regatearle

Registrarse en Wallapop o en otras plataformas parecidas para vender algo es exponerse a cierto tipo de compradores que buscan engañar al propio vendedor, haciéndole vender su producto a un precio de risa. Es como el mundo al revés de las transacciones comerciales y, si no tienes mano dura, te pueden hacer pasar un mal rato.

Por fortuna, el usuario de Twitter Lemonauta supo capear bien el temporal y hacer frente a una persona que quería una rebaja en el precio de un artículo que no era negociable. En su cuenta de Twitter comparte una captura de pantalla, que acumula más de 18.000 “me gusta”, con la pregunta del comprador y con su respuesta. Fue tan contundente que la conversación acabó ahí.

Aunque el “tuitero” no específica de qué producto se trata, sí sabemos su precio original, 89 €, y que no es negociable. Aun así, a pesar de ser claro en su anuncio, aparece un comprador queriendo regatear el precio y ofreciéndose a pagar 65 €, sin ni siquiera saludar primero.

Las experiencias de los vendedores no tienen precio

Automáticamente, el vendedor le responde que “105 € es el mínimo”, a lo que el comprador, asombrado, afirma que “pone 89 €”. Acaba de caer en su propia trampa, y así se lo hace saber el “tuitero”, con un contundente: “pero también indica que no es negociable, y hemos empezado a negociar”. Aquí se acaba la conversación.

Hay compradores que prácticamente quieren que les regalen el artículo

A raíz de esta publicación, otros navegantes de la red social han compartido sus propias experiencias en un “marketplace” como vendedores. Por ejemplo, otro “tuitero” comparte una captura de un anuncio en Mil anuncios, donde especificaba que “solo se realizan envíos”, que “no se entrega en mano”, que se paga mediante la plataforma y que el precio “no es negociable”. Por supuesto, aparece un comprador que regatea el precio y que quiere pagar y recoger en mano.

Otro usuario que vendía un producto en Wallapop por 30 €, se encontró a un comprador que le ofrecía pagar la mitad, 15 €, y le preguntaba dónde quedaban para efectuar la transacción. El vendedor, con mucho arte, le responde que pueden quedar “en tu banco, para sacar los 15 € que faltarían”. Esta vez, el comprador sí responde enojado, pero la conversación se acaba ahí.