Un trabajador japonés es multado por hacer más de 4.500 descansos para fumar

A lo largo de 14 años, y contando una media de 250 días cada año, una persona acude a su puesto de trabajo unas 3.500 jornadas laborales, un centenar arriba o abajo. En España está socialmente aceptado hacer una parada para el café o que las personas que fumen puedan salir de la oficina durante unos minutos para poder dar rienda suelta su vicio. Pero, en Japón, el tabaco puede salir muy caro.

El mejor ejemplo lo hemos encontrado en Osaka, donde un funcionario local ha sido multado con 1,44 millones de yenes, el equivalente a unos 10.000 euros, por haber hecho 4.512 descansos para fumar a lo largo de los últimos 14 años. Es decir, que ha sido sancionado por abandonar su puesto de trabajo una vez al día (y de vez en cuando dos) para fumarse un pitillo.

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El protagonista de esta sanción tiene 61 años, pero no ha sido el único que ha sido multado por dedicar parte de su jornada laboral al feo vicio de fumar. Otros dos funcionarios han sido sancionados con una reducción de su sueldo del 10% durante seis meses, ya que también fueron advertidos en varias ocasiones de que no podían abandonar su puesto de trabajo, pero desoyeron las advertencias.

"Deber de devoción"

Tal y como informa el diario japonés The Mainichi, en el tiempo que el hombre de 61 años estuvo trabajando como director de uno de los departamentos de la prefectura, llegó a abandonar su puesto hasta en 4.512 ocasiones, lo que supuso una pérdida total de 355 horas y 19 minutos. Ese es el tiempo que habría cobrado sin trabajar y que, ahora, tendrá que devolver.

Abandonó su puesto 4.512 veces, lo que supuso una pérdida de 355 horas y 19 minutos

La investigación comenzó cuando la división de recursos humanos del gobierno de la prefectura recibió una denuncia anónima en septiembre de 2022. Entonces, el supervisor de los funcionarios decidió advertir a los tres implicados, pero sin llegar a sancionarlos en aquel momento. Sin embargo, se les puso bajo vigilancia y comprobaron que el aviso no había servido de nada y seguían abandonando su puesto de trabajo para salir a fumar.

El responsable volvió a reunirse con los funcionarios y estos mintieron al asegurar que no habían vuelto a fumar desde entonces, pero no les sirvió de nada. Se abrió un expediente en virtud de la Ley de Servicio Público Local y se concluyó que sus actos suponían una violación del deber de devoción al trabajo, por lo que se decidió aplicar la multa correspondiente. El tabaco les ha salido muy caro.