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El hábito que más relaciones de pareja rompe
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El hábito que más relaciones de pareja rompe

En muchas ocasiones, las parejas entran en una rutina que va apagando la llama del amor poco a poco. Pero, curiosamente, esta rutina no es la que más parejas destruye

Foto: El hábito que más relaciones de pareja rompe (stefamerpik para Freepik)
El hábito que más relaciones de pareja rompe (stefamerpik para Freepik)

Cuando convivimos en pareja aprendemos a tolerar muchas cosas. Somos flexibles con los hábitos de la otra persona para intentar encontrar el equilibrio de la convivencia, que ambas partes tengan su libertad para que se desarrollen como individuos a la vez que construyen esa relación mutua.

Curiosamente, es esta misma flexibilidad, o más bien, la falta de ella, la que más relaciones de pareja acaba rompiendo. Este factor se encuentra por delante de la falta de asiduidad en las relaciones sexuales, la monotonía, los gustos diferentes o incluso las traiciones e infidelidades.

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Así lo explica la psicóloga de pareja María Baratta en la revista Psychology Today. El mayor problema que presentan las parejas en crisis que acuden a su consulta es la rigidez o inflexibilidad. Se dice que la comunicación es la clave del éxito en las relaciones, y la rigidez se da cuando una o ambas partes dejan de escuchar y de tener empatía. La inflexibilidad no permite avanzar en una relación e impide que esta se desarrolle.

La rigidez impide el avance

Baratta explica que la rigidez puede perjudicar todos los aspectos de la vida en pareja. Esta inflexibilidad aparece cuando uno no es capaz de ver el punto de vista de la otra persona, no se tiene en consideración la perspectiva de la otra persona y no se actúa de manera comunicativa. Tanto en las relaciones como en otros aspectos de la vida, ser capaces de entender las opiniones de los demás, aunque no sean como las nuestras, “considerar que la perspectiva del otro, aunque diferente a la propia, es válida y merecedora de reflexión”, explica.

En muchas ocasiones, no queda más remedio que terminar con la relación

Todos tenemos opiniones y perspectivas diferentes, y en nuestra mano está ser tolerantes y hacer concesiones a favor de la convivencia. Si existe rigidez en una pareja, es más difícil, por no decir imposible, llegar a un compromiso sano. Lo que marca la diferencia en una relación es la capacidad de “escucharse y comprenderse mutuamente, reconociendo que los problemas de la otra persona también son importantes para nosotros”.

Como explica Baratta, esta rigidez “puede ser el resultado de trastornos de personalidad, problemas de salud mental, trastornos adictivos, estilos de apego o simplemente carácter. Pero a veces la rigidez puede ser una postura, una decisión de no ceder o ceder en un tema”. Y, en muchas ocasiones, la solución, cuando la inflexibilidad está arraigada, es terminar la relación, en la búsqueda del bienestar personal y de una persona que “sea abierta, que acepte y se preocupe”.

Cuando convivimos en pareja aprendemos a tolerar muchas cosas. Somos flexibles con los hábitos de la otra persona para intentar encontrar el equilibrio de la convivencia, que ambas partes tengan su libertad para que se desarrollen como individuos a la vez que construyen esa relación mutua.

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