¿Cada cuánto deberíamos tener sexo? Tres claves para averiguarlo
Es una cuestión frecuente que a muchas parejas les preocupa, pero la frecuencia no es la misma para todos y no se puede comparar la vida sexual sin tener en cuenta el contexto
Muchas personas acuden a consulta por inseguridades o problemas relacionados con el sexo. Una de las mayores dudas que surgen al respecto es cada cuánto es 'normal' tener relaciones. Es común que al principio de la relación, la chispa se encienda y se practique más, y que con el paso del tiempo se vaya apagando un poco y las obligaciones no permitan que nos metamos entre las sábanas tan a menudo, pero hablar de normalidad es un error.
Antes de nada hay que quitarse de la cabeza aquello de la normalidad en el sexo, porque se trata de un concepto relativo. Quizá tienes relaciones una vez a la semana, dos veces al mes o no has tenido en tres meses, pero nada de eso implica que tu pareja y tú estéis condenados al fracaso. La frecuencia no es la misma para todos y no se puede comparar la vida sexual sin tener en cuenta el contexto. La sexóloga Kristen Mark apunta en 'Psychology Today' que es buena idea hacerse tres preguntas, en caso de que estés preocupado por esta cuestión.
¿Qué es normal para ti?
Aunque las cosas cambian con el paso del tiempo, como decíamos al principio, todas las parejas tienen una 'normalidad' determinada. Quizá lo hacíais una vez cada semana, por ejemplo, y últimamente esa frecuencia ha cambiado. Ahí es donde tienes que identificar el problema. ¿Ha sucedido algo para que vuestra normalidad se haya visto alterada? ¿O por el contrario es normal para vosotros que haya cambio de frecuencias? Ambas respuestas son válidas y te darán una pista por si necesitas cuestionarte qué está pasando y hablarlo con tu pareja, lo cual es fundamental.
¿Por qué está pasando?
Son varias cosas las que pueden afectar la frecuencia sexual: los períodos de transición son particularmente duros y pasan factura a nuestra vida sexual, como la transición a la paternidad, a una nueva ciudad, el vivir juntos... varias investigaciones han demostrado que la relacionada con la paternidad puede hacer mella en la frecuencia de las relaciones sexuales no solo debido al estrés de la situación, sino también por los cambios físicos que experimenta la mujer durante el embarazo, el parto y el posparto.
La transición a la paternidad puede hacer mella en la frecuencia sexual no solo debido al estrés de la situación, sino también por los cambios físicos que experimenta la mujer durante el embarazo
Por supuesto, aunque la transición juega un papel importante, no se puede negar que existe un claro vínculo entre la satisfacción y las relaciones. Esto tiene sentido: ¿por qué querrías tener relaciones sexuales con tu pareja cuando no estás emocionado con ella?
¿Estás satisfecho?
Es lo más importante. Los estudios han demostrado que la calidad es mucho más importante que la cantidad, quizá no estás teniendo muchos encuentros sexuales, pero si cada vez que los tienes acabas muy satisfecho, eso podría ser más importante. Un estudio realizado hace poco llegó a la conclusión de que, aunque las parejas hagan el amor una vez a la semana, el bienestar sexual no aumenta.
Lo fundamental es estar satisfecho con la vida sexual que llevas, y, en caso de no estarlo, tener una comunicación fluida con tu pareja para que esto pueda cambiar
Sin embargo, si lo hacían menos de una vez por semana, ese mismo bienestar podía disminuir. Por lo tanto, como habrás podido observar, se trata de una respuesta bastante compleja y no hay una normalidad que se ajuste a todo el mundo. Lo fundamental es estar satisfecho con la vida sexual que llevas, y, en caso de no estarlo, tener una comunicación fluida con tu pareja para que esto pueda cambiar.
Muchas personas acuden a consulta por inseguridades o problemas relacionados con el sexo. Una de las mayores dudas que surgen al respecto es cada cuánto es 'normal' tener relaciones. Es común que al principio de la relación, la chispa se encienda y se practique más, y que con el paso del tiempo se vaya apagando un poco y las obligaciones no permitan que nos metamos entre las sábanas tan a menudo, pero hablar de normalidad es un error.