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El sistema sanitario se hace digital: cómo afecta este proceso a los enfermos crónicos
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El sistema sanitario se hace digital: cómo afecta este proceso a los enfermos crónicos

Para que el avance de la salud digital se haga bajo una óptica equitativa e inclusiva, es preciso tener en cuenta las necesidades de los pacientes con patologías crónicas

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Nadie duda ya de que la digitalización de la salud y la inclusión de nuevas tecnologías en los procesos sanitarios es una realidad que se ha acelerado desde la irrupción del covid. La telemedicina, la receta electrónica o el historial clínico online han pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad, pero, durante el proceso de modernización de los dos últimos años, se han producido algunos desequilibrios que afectan a colectivos, como el de los pacientes crónicos, y que les impiden experimentar los beneficios de la salud digital.

Para comprender el alcance de estos desequilibrios tenemos que recordar que la cronicidad es uno de los mayores desafíos de nuestra sanidad. Pensemos que, en España, las enfermedades crónicas afectan a 22 millones de personas y son responsables de más de 300.000 muertes al año; actualmente, el 89,5% de las personas con 65 años o más tiene alguna enfermedad o problema de salud crónicos, llegando hasta el 96,5% en los mayores de 85 años.

El problema está muy ligado al envejecimiento, ya que los mayores de 65 años conviven con una media de dos o más enfermedades crónicas. Las previsiones demográficas indican que, en 2035, una de cada cuatro personas en nuestro país superará esa barrera de edad, lo que implicará un importante aumento del número de este tipo de enfermos.

A la luz de estos datos, es evidente que no se pueden obviar los requerimientos de estas personas, que representan un porcentaje muy importante de la atención en el Sistema Nacional de Salud. Como explica Juan Mayol, Public & Government Affairs manager de Boehringer Ingelheim España, “tener en cuenta al colectivo de pacientes crónicos es fundamental para construir una salud digital capaz de mejorar el sistema de salud público”.

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Foto: Freepik.

En su opinión, para llevar a cabo una digitalización efectiva de la salud es necesario “incluir a los profesionales sanitarios, los pacientes, la industria farmacéutica, la Administración pública y las instituciones sanitarias privadas. La inclusión de todos los actores que forman parte del ecosistema sanitario permite conseguir una atención personalizada, segura y eficaz. Para lograrlo, el paciente crónico no se puede quedar fuera”.

Hablamos de personalización, seguridad y eficiencia, tres retos fundamentales en el entorno de la cronicidad. Porque, pese a los avances de la telemedicina, los profesionales sanitarios van a seguir precisando una valoración integrada, periódica e individualizada de los pacientes; estos, por su parte, continuarán necesitando un seguimiento personalizado, formación en autocuidado y empoderamiento. A partir de estas bases, se trataría de complementar la atención sanitaria con herramientas digitales, siempre que se adapten a las características de cada paciente, supongan un valor añadido y los profesionales sanitarios cuenten con la formación y acceso necesario.

Una plataforma para mejorar la calidad asistencial

Así, Cronicidad Horizonte (CH2025) es la principal plataforma de sensibilización a la opinión pública acerca de la problemática de la cronicidad en España desde una perspectiva multidisciplinar. En ella participan organizaciones, asociaciones de pacientes y consejos generales involucrados en su abordaje: atención primaria y hospitalaria, enfermería, trabajo social, farmacia, pacientes, think tanks y compañías asociadas, como Boehringer Ingelheim.

“El objetivo de la plataforma CH2025 —explica Juan Mayol— es promover la adopción de políticas que permitan mejorar la calidad asistencial de los pacientes crónicos, así como concienciar a la población en general y a los responsables de las decisiones sobre gestión sanitaria de la importancia y el impacto de las enfermedades crónicas en la sociedad y en el sistema de salud”.

Son ya más de tres años los dedicados a trabajar para reforzar la figura del paciente crónico como eje de la gestión clínica, impulsar la humanización y el trato personalizado del paciente, además de favorecer un marco de colaboración para la mejora y renovación de estrategias asistenciales.

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En este tiempo, se ha visto que los retos actuales se relacionan, continúa Juan Mayol, “con la necesidad de la interoperabilidad y la colaboración entre los diferentes circuitos sanitarios. Es clave fomentar la integración y desarrollo de sistemas que permitan a los profesionales sanitarios de todos los niveles asistenciales trabajar más conectados para favorecer la continuidad asistencial. También es necesario ocuparse del óptimo procesamiento de los datos, lo que permitiría recopilar una gran cantidad de información útil, en relación con las historias clínicas de los pacientes, para establecer unos parámetros o indicadores universales homogéneos para la medición de resultados sanitarios que apoyen el análisis, evaluación y soporte a la toma de decisiones en materia de política sanitaria”.

Tras analizar el contexto e identificar los retos, la plataforma CH2025 ha elaborado una serie de recomendaciones clave enfocadas a conseguir un óptimo proceso de transformación del sistema de salud, dando respuesta a las necesidades de pacientes y de profesionales, así como implicando a todos los agentes de salud en la estrategia de digitalización del sistema sanitario.

La atención digitalizada debería actuar como complemento de la presencial y servir para una mayor personalización y mejora del seguimiento

Este decálogo —que se puede consultar en el position paper de la plataforma— son recomendaciones en materia de salud digital resumidas en que la atención digitalizada debería actuar como complemento de la presencial y servir para una mayor personalización y mejora del seguimiento de los pacientes, así como contribuir a incrementar la eficiencia del sistema sanitario y facilitar la labor de los profesionales sanitarios.

"Desde la plataforma CH2025, consideramos que es necesario abordar cuanto antes la renovación de la Estrategia de Abordaje a la Cronicidad (EAC) para adaptarla a la actualidad de acuerdo con los últimos recursos y herramientas digitales", apunta Mayol. "La apuesta por la interoperabilidad de la información sanitaria y la apertura a la cooperación e intercambio de información con los circuitos sanitarios de carácter concertado y/o privado es un punto importante".

Asimismo, concluye, "hay que trabajar en la creación de unos parámetros o indicadores universales homogéneos para la medición de resultados sanitarios y crear un registro del nivel de riesgo de los ciudadanos para facilitar la detección de problemas actuales y futuros. No podemos olvidarnos además de los programas de formación para profesionales sanitarios y pacientes, y la elaboración de una guía de buenas prácticas para profesionales con procedimientos estandarizados y recomendaciones".

Nadie duda ya de que la digitalización de la salud y la inclusión de nuevas tecnologías en los procesos sanitarios es una realidad que se ha acelerado desde la irrupción del covid. La telemedicina, la receta electrónica o el historial clínico online han pasado a formar parte de nuestra cotidianeidad, pero, durante el proceso de modernización de los dos últimos años, se han producido algunos desequilibrios que afectan a colectivos, como el de los pacientes crónicos, y que les impiden experimentar los beneficios de la salud digital.

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