Breve historia de ese 'tal' Mercurio retrógrado (y por qué tiene tan mala fama)

Puede parecer joven, pero en realidad tiene más de 300 años. A juzgar por lo que trae cuando se le invoca, lleva muy malas pintas, siempre llega tarde a los sitios y huele mal. Los que afirman haberle visto, perdieron un tren o un avión justo después, ya que cuando te coge por banda no te suelta con su verborrea plagada de funestas batallitas. Tiene nombre de planeta, el más cercano al Sol, y además es un material que se utiliza para medir la fiebre de los enfermos. Sí, hablamos de Mercurio, y si fuera una persona como acabamos de imaginarle, probablemente impediría que usted, querido lector, leyera este mismo artículo allá donde se encontrara, independientemente de la cobertura o del nivel de señal de la wi-fi.

No le haría falta quitarle el móvil de las manos, pues su cualidad es que es perfectamente invisible a los ojos. Como cualquier magufada de nuestros días, solo lo ven quienes creen en él, pero lo cierto es que eso no quita para comprender que tiene unos cuantos siglos de historia a sus espaldas, mucho antes de Internet o de los horóscopos televisados a altas horas de la madrugada. Supuestamente, apareció el 20 de diciembre del pasado año y ha durado hasta el 18 de enero. Su llegada a nuestras vidas volverá el 21 de abril para dejarnos de nuevo el 14 de mayo. También hará una parada a finales del verano: del 23 de agosto hasta el 14 de septiembre y, por último, regresará el 13 de diciembre para pasar la Nochebuena y Nochevieja con nosotros, hasta el 1 de enero de 2024.

Se empezó a hablar de él en los almanaques agrícolas de mediados del siglo XVIII en Reino Unido

Por supuesto, y por si quedaban dudas, no hay nada científicamente demostrado que vincule a Mercurio retrógrado con fallos en los suministros, la energía o en las comunicaciones humanas, así como tampoco en la personalidad o el carácter de las personas. Entonces, ¿por qué hay tanta gente que está convencida de ello? Bien es cierto que vivimos una época en la que han florecido muchas creencias absurdas o acientíficas, tal vez como resultado de lo complicado que resulta explicar ciertas cosas que pasan en el mundo. Pero este planeta en retroceso (como podríamos llamarlo) tiene varios siglos de historia. En un primer momento, se empezó a hablar de él en los almanaques agrícolas de mediados del siglo XVIII en Reino Unido. Por aquel entonces no se le confería ningún poder especial, los agricultores se referían a él solo para sincronizar los tiempos de la cosecha con las estrellas.

La edad dorada del espiritismo

Fue a finales del siglo XIX, en pleno apogeo del espiritismo en la era victoriana, cuando empezaron a asociarse eventos catastróficos a su posición en el cielo. Como menciona un artículo de Mental Floss que habla de su historia, ciertas revistas de la época como The Astrologer's Magazine o The Science of the Stars, empiezan a asociarlo con fenómenos meteorológicos adversos o con malos presagios. Estas son las primeras publicaciones de astrología que, en un determinado momento del siglo XX, entrarán también en secciones de los periódicos generalistas. Entonces, como Mercurio era el dios romano encargado de los viajes y las comunicaciones, se empezó a usar como algo negativo en las clásicas predicciones del horóscopo, que tan populares se empezaron a hacer en la década de 1970.

Cuando los planetas están uno al lado del otro en el mismo lado del Sol, parece que Mercurio invierte su recorrido hacia atrás

Hoy en día no es raro encontrar a alguien que echa la culpa a este planeta de sus males, cambios de humor o fallos estrepitosos. Se trata de un recurso pop. Un cabeza de turco astrológico que permite que uno se exima de las culpas, de su torpeza o de los malos efectos del puro azar. Si algo me ha salido mal, eso es por el efecto que tiene un planeta a miles de kilómetros de distancia. ¿A qué viene y por qué se dice de él que está en retroceso?

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Todo se debe a un factor visual, ya que si se atiende a su posición celeste, en ocasiones parece que se mueve hacia atrás en vez de oeste a este. Un año en Mercurio solo comprende 88 días terrestres, por lo que cuando nosotros damos una vuelta alrededor del Sol, él ya ha dado por lo menos cuatro. Cuando los planetas están uno al lado del otro en el mismo lado del Sol, es decir, que la posición de ambos coincide o se alinea en el Sistema Solar, parece que Mercurio invierte su recorrido hacia atrás. Se trata, pues, de un factor óptico similar a cuando adelantas a un coche en una autopista y, al ir más rápido que él, parece como si estuviera yendo hacia atrás. No, solo es que tú estás yendo más deprisa.

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Pero, ¿por qué Mercurio? Más allá del hecho de que tradicionalmente es el héroe romano asociado a las comunicaciones, otros planetas que también parecen moverse hacia atrás en su recorrido alrededor del Sol son más difíciles de ver por el astrólogo aficionado. Más allá de estas explicaciones, reiterar que de nuevo se trata de una pseudociencia y que no influye de manera directa la posición de Mercurio o su periplo alrededor del Sol en ningún factor físico, como la gravedad (al contrario que sí que hacen otros cuerpos celestes más próximos como la Luna). Por tanto, si tienes un examen, una cita importante o quieres mandar un mensaje comprometido a un amigo, hazlo con toda tranquilidad, sin temor a que este señor tan inoportuno te fastidie los planes.