Del reto a la oportunidad: así encara el sector sanitario el compromiso con los ODS

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU han afectado a la hoja de ruta de todos los sectores y la sanidad no es una excepción. Con motivo de la presentación del estudio Contribución de la sanidad privada a los ODS y a la sostenibilidad del sistema, realizado por IDIS, la fundación ha organizado una mesa redonda de la mano de El Confidencial para debatir acerca del papel que puede desempeñar la sanidad privada en la consecución de estos objetivos.

En ella hemos contado con la presencia de Marta Villanueva, directora general de Fundación IDIS; Adolfo Fernández-Valmayor, director general Corporativo de la Fundación Quirónsalud; Catherine Cummings, directora de Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de Sanitas; Ignacio López Parrilla, director de Government & Public Affairs en Philips Ibérica, y Alba Ancochea, Government Affairs Managers en Astra Zeneca. Juntos han reflexionado acerca de cómo pueden alinearse los agentes del sector sanitario con los ODS y han analizado tanto los logros alcanzados como los retos presentes y futuros.

El punto de partida del encuentro ha sido el reconocimiento del momento histórico que se está viviendo y cómo esta transformación y el nuevo orden mundial exige la total involucración del sector sanitario. “El mundo en el que vivimos no es el mismo que conocíamos y tampoco en el que vamos a vivir —ha advertido Marta Villanueva—. El planeta nos está avisando de que esto hay que cambiarlo, de que las reglas de antes no sirven para gestionar el presente ni el futuro”.

A su juicio, “estamos en el momento perfecto de transformación y resiliencia”, un momento por tanto idóneo para elaborar este informe, en el que se ha pulsado el grado de involucración de los distintos agentes del sector sanitario: industrias farmacéutica y tecnosanitaria, aseguradoras y provisión hospitalaria.

El titular grueso del estudio nos dice que el 83% del sector sanitario privado cuenta con objetivos alineados con los ODS. También, que un 92% está planificando tomar medidas concretas con los ODS 3 (salud y bienestar), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 9 (industria, innovación e infraestructura), 12 (producción y consumo responsable), 13 (acción por el clima) y 17 (alianzas para lograr los objetivos).

"Es absolutamente necesaria esta transformación, no podemos quedarnos esperando a que la hagan los demás" (Fernández-Valmayor)

El compromiso, por tanto, ya está sobre la mesa de la mayoría de los agentes. “Es absolutamente necesaria esta transformación, no podemos quedarnos esperando a que la hagan los demás”, ha asegurado Adolfo Fernández-Valmayor, para añadir un matiz sorprendente: “Contrariamente a lo que se pudiera pensar, en el sector de la sanidad puede ser más difícil este alineamiento porque muchos profesionales piensan que ya están haciendo una gran función salvando vidas. Es importante introducir la mentalidad de que hay que generar impacto en otros objetivos, en el medio ambiente o en las desigualdades”.

Ciertamente, el camino sencillo para el sector sanitario pasa por alinearse con el ODS 3, ese que nos habla de “garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades”. Es lo obvio, pero hay que ir más allá. De hecho, como ha señalado Alba Ancochea, “en el sector nos vemos impactados por docenas de objetivos, porque todos son interdependientes del ODS 3. El clima, la reducción de desigualdades o la innovación. Todos, de una manera u otra, impactan en la salud”.

Con ella ha coincidido López Parrilla al exponer las tres dimensiones en las que la sanidad está involucrada: “Persona, planeta y prosperidad. Nuestro foco es la persona, pero hemos de tener en cuenta el planeta y saber que, si nuestro sector fuera un país, sería el quinto mayor productor de CO2, lo que nos obliga a reducir esa huella. Por último, no hay prosperidad sin salud, y lo hemos visto con el covid”.

Muchos desafíos y algunas dificultades

Hay dos maneras de aproximarse a los ODS: mirándolos como una imposición o dejando que ayuden a marcar el camino. Esta última opción es la deseable, la más útil, como ha apuntado Catherine Cummings: “El desafío es tan grande que necesitamos esta hoja de ruta para ver en qué nos debemos enfocar; los distintos epígrafes nos ayudan a ver qué podemos aportar y qué podemos conseguir. Si no, no sabríamos ni por dónde empezar”.

Ese ha sido, por tanto, el primer desafío: la identificación de los ODS en los que cada compañía participa y su encaje en el sistema. Por eso, las organizaciones han tenido que asumir “una total ingeniería de procesos; quien no la ha hecho, no se ha adaptado adecuadamente”, ha defendido Marta Villanueva, para añadir que “la sostenibilidad tiene que formar parte del diseño de los procesos. Tiene que respirarse, estar en el alma de la compañía”.

El camino no es sencillo y como ha apuntado Fernández-Valmayor, no basta con mirar los ODS con visión global: "Hay que entrar y profundizar. Pero, además, los ODS deben contribuir al negocio; si no forman parte, si no están dentro de nuestra actividad diaria, lo dejamos en un aspecto filantrópico que tiene una contribución, pero no escala”.

"La sostenibilidad tiene que estar imbricada en el diseño de los procesos. Tiene que respirarse, estar en el alma de la compañía" (Villanueva)

En este punto, el consenso es que nos encontramos en un momento en el que hay que definir bien los objetivos y armonizarlos a lo largo de toda la cadena de valor. “Se trata de ver cómo puedo incluir aspectos que quizá en este momento no son tan eficientes como quisiera para mi negocio, pero sí encajan con mi objetivo", ha expresado López Parrilla. "Se trata de mirar a los terceros, buscar proveedores también alineados y, de esta manera, influir hacia fuera”, añadió.

Es cierto que esa selección de proveedores puede, en la actualidad, hacer que se eleven los costes. Pero es un camino que va a fortalecer alianzas dado que, al fin y al cabo, se trata de una red en la que los distintos agentes sanitarios interactúan. En palabras de Catherine Cummings, “debemos tirarnos a la piscina bien coordinados. Vamos a trabajar todos juntos, de forma que quede claro que el que no se alinee con la agenda va a dejar de ser mi proveedor. Además, vamos a buscar que no tenga una repercusión en los costes”.

Cómo pasar del reto a la oportunidad

Estas alianzas van a propiciar, aseguran los expertos, “que las dificultades se conviertan en oportunidades —ha augurado Fernández-Valmayor— . Quien no esté ahí cambiando su forma de hacer y orientándola hacia los ODS, va a tener dificultades para atraer profesionales y para retenerlos”. No solo para atraer talento: estas dificultades van a aparecer también para trabajar con el reto de los ecosistemas —pues clientes y proveedores van a imponer condiciones—, así como con los accionistas, con una legislación cada vez más exigente.

“También los propios gobiernos tienen que reportar cuál es su contribución a los ODS”, ha apostillado Alba Ancochea. “Cuantas más empresas, instituciones y organizaciones trabajen en este camino y contribuyan, mayor alcance tendrán. También es una oportunidad trabajar con ellos para nosotros”.

A lo largo de la conversación han surgido clientes, proveedores, stakeholders, gobiernos… Pero, ¿y el paciente? ¿Qué papel juega en esta transformación? ¿Reconoce y valora los esfuerzos realizados? Marta Villanueva está convencida de que sí: “Lo está exigiendo. Cuando un paciente hace su viaje alrededor de estos mundos —contratando un seguro, acudiendo a un hospital, tomando un medicamento, haciéndose una prueba—, debe tener esa visión holística que determina que, finalmente, su experiencia sea buena”.

“Las personas entienden que les va la salud en ello, que hay más muertes por la contaminación que por el tabaco" (Cummings)

Son muchos los factores que cada vez más tienen en cuenta los pacientes. Por ejemplo, ha apuntado Alba Ancochea, “la calidad del aire, que sabemos que impacta directamente en la salud respiratoria, cardiovascular o que puede, incluso, provocar alguna enfermedad de tipo oncológico. Por eso se buscan instituciones respetuosas con el medio ambiente”. “Las personas entienden que les va la salud en ello, que hay más muertes por la contaminación que por el tabaco —ha corroborado Catherine Cummings—. Y nos van a preguntar qué hacemos para protegerlos, cómo respetamos la diversidad y hacemos frente a las desigualdades”.

Un ejemplo más del cambio social lo ha expuesto López Parrilla: “En nuestra búsqueda de talento, vamos a universidades, contamos lo que hacemos y nos encontramos con jóvenes que quieren trabajar en sitios respetuosos con el medio ambiente. Ha cambiado el concepto de trabajo”. Y Fernández-Valmayor coincide en que "el reto inmediato es, fundamentalmente, el objetivo 13. Está calando cada vez más en la sociedad. No hay opciones”.

Para concluir, Marta Villanueva insiste en el papel del contexto: “Nos está ayudando a comprender que nos concierne a todos. No es que nos lo estén contando: lo estamos viviendo y sabemos que no podemos permanecer ajenos ni darle la espalda. Hay que interiorizar lo que está ocurriendo. Es un aviso”.