La queja viral por cerrar las ventanas con saña: "Vivimos en una comunidad de vecinos"

Gracias a las redes sociales, podemos ser testigos de las divertidas quejas que hacen algunos vecinos a sus iguales cuando ocurre algo que perturba la paz del edificio. La cuenta de Twitter de Líos de vecinos recoge cada día las anécdotas más curiosas en materia de conflictos vecinales.

Normalmente, los vecinos indignados expresan su malestar con elaborados carteles que luego cuelgan en las zonas comunes, como dentro del ascensor o en el tablón de anuncios de la comunidad. En este caso, la queja ocupa todo un folio tamaño A4. El vecino o la vecina en cuestión se ha desahogado sin miramientos. ¿El problema? Ventanazos a altas horas de la madrugada.

La víctima de los ventanazos comenzó su queja de manera muy educada: "Al vecino que todas las noches de madrugada (de 1 a 2) cierra su ventana tan fuerte como si le fuese la vida en ello, le pido que piense en sus vecinos, ya que no es la primera vez que te escucho y sinceramente despiertas con tus ruidos".

Los ruidos que no dejan dormir

La nota es más extensa y el perjudicado aprovecha para sacar todo lo que lleva guardándose desde hace tiempo: "Vivimos en una comunidad de vecinos, no en la jungla, respetemos las horas de descanso y no nos pongamos a limpiar, hacer ruidos, arrastrar mesas, a altas horas de la noche, por favor".

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El mensaje, que continúa con un tono pasivo agresivo, deja a entender que se conoce la identidad del delincuente, "es un vecino que da al interior de la barriada". Y acaba su sentencia con una pequeña amenaza: "Si veo que sigues haciendo lo mismo, me pondré en contacto con el presidente para buscar una solución".

Está claro que una de las cosas que más molesta en una comunidad de vecinos es cuando uno de ellos hace ruidos en horas intempestivas, sin ningún miramiento por el resto de habitantes del edificio. Los tuiteros han aprovechado para desahogarse y han compartido sus vivencias con vecinos incivilizados: “Mi vecino es con la puerta, la cierra tan fuerte que uno de estos días espero le quede la puerta en la mano” o “también está el típico vecino del piso de arriba que se pone a jugar con las canicas”.