Una discoteca comparte las quejas de un vecino por el ruido de sus clientes

Una de las grandes amenazas para el descanso de los vecinos de cualquier barrio es que haya una discoteca o bares en su calle. Eso genera un exceso de ruido a horas intempestivas que afecta al sueño de las personas que viven en esas calles y, por tanto, a su día a día. Lo que no es tan normal es que el dueño de uno de esos locales se ponga del lado de quienes sufren esas molestias.

Es lo que ha sucedido en Santiago. Allí, el propietario de la Discoteca Ruta ha compartido la nota que uno de los vecinos dejó pegada en su fachada. Lo ha hecho acompañado de una petición, "divirtámonos con respeto, por favor", y ha sorprendido a las propias personas que viven en el barrio por su empatía.

En la carta se puede leer cómo el vecino entiende a los jóvenes: "Hola. Estás de fiesta y tienes derecho a pasarlo bien. Pero yo tengo un hijo que lleva toda la semana durmiendo mal por el ruido y ayer acabó enfermando. Lleva dos días mal, muy somnoliento, y necesita descansar. No necesitas gritar, cantar… para pasarlo bien y puedes dejarlo recuperarse".

El problema del botellón

Un mensaje que puede resumir el sentimiento de cualquier persona que tenga un local de ocio bajo su casa y que esté acostumbrada al jaleo provocado por quienes entran y salen de los bares o los que deciden hacer botellón. La calidad de su descanso se ve seriamente afectada.

El alcalde de Santiago ha pedido que envíen a la ciudad antidisturbios de refuerzo

Porque, tal y como publica La Voz de Galicia, el cartel se colocó el día después de que Santiago viviera una noche negra por culpa de los botellones. De hecho, muy cerca de donde se localiza esa discoteca, la policía tuvo que dispersar a más de 2.000 jóvenes que se habían reunido para beber en la calle sin guardar las medidas de seguridad por el covid-19.

Xosé Sánchez Bugallo, alcalde de Santiago, ha pedido que envíen a la ciudad antidisturbios de refuerzo para tratar de prevenir nuevos altercados con los jóvenes. El regidor compostelano cree que la llegada de más efectivos policiales podría tener un "efecto disuasorio" entre quienes apuestan por el botellón como fórmula para divertirse.