Una mujer da a luz en un taxi y le cobran un suplemento extra por los gastos de limpieza

Farah Cacanindin tiene 26 años, vive en High Wycombe, una pequeña población del noroeste de Londres, y acaba de vivir una experiencia que no olvidará jamás. Esta joven estaba viviendo las últimas semanas de su embarazo cuando pidió un taxi que le llevara a una revisión ginecológica rutinaria para confirmar que todo iba según lo previsto. Sin embargo, nada fue tal y como esperaba.

Poco después de subir al taxi que la recogió en su casa, la mujer rompió aguas. Farah se puso de parto y lo que iba a ser un plácido viaje de 20 kilómetros hasta el hospital Stoke Mandeville se convirtió en una carrera contrarreloj para ella y el taxista. El conductor se encargó de avisar al centro hospitalario de lo que estaba sucediendo en su vehículo para que estuvieran esperándoles a la llegada.

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Farah recuerda que "el conductor me preguntó si quería que se detuviera, pero le dije que siguiera adelante porque creía que llegaríamos antes de que naciera". Pero el bebé tenía tanta prisa por salir que no dio tiempo a llegar al hospital, por lo que tuvo a su hijo en el asiento trasero del taxi y ella misma se encargó de todo.

Una factura muy fea

La joven dio a luz a Naia, su segunda hija, y pocos días después recibía el alta para volver a casa. Sin embargo, allí le esperaba un "regalo" que ella no esperaba. La compañía con la que había contratado el taxi le enviaba la factura del trayecto realizado y, además del cargo por el viaje, añadían un suplemento por la limpieza del vehículo.

Tuvo que pagar 30 libras de suplemento por haber dado a luz en el taxi

Tal y como ha explicado a The Sun, la empresa le enviaba un cargo de 60 libras por el viaje, unos 69 euros al cambio, más un extra de limpieza de 30 libras (34,5 euros). Un suplemento tan inesperado como feo, al menos para la nueva mamá: "Entiendo que fue un desastre, pero es un poco descarado haberme cobrado ese extra".

Aunque la empresa de taxis no ha querido hacer comentarios sobre este tema, Farah se lo ha tomado con humor: "Lo curioso es que la compañía de taxis está justo al final de nuestra calle, así que cada día veo el coche en el que di a luz justo delante de mi casa". Lo mejor es que la joven ya está en casa y que disfruta de su segundo hijo tras una aventura inolvidable.