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El desconocido origen de la famosa palabra abracadabra
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Pata de cabra

El desconocido origen de la famosa palabra abracadabra

La historia de 'abracadabra' no comienza en el cine, ni en los espectáculos de chisteras y baritas, sino en la necesidad humana de aferrarse a la vida cuando un peligro incomprensible lo altera todo

Foto: San Francisco de Borja realizando un exorcismo en una pintura de Goya (Fuente: Wikimedia)
San Francisco de Borja realizando un exorcismo en una pintura de Goya (Fuente: Wikimedia)

"En un trozo de pergamino, escriba el llamado 'abracadabra' varias veces, repitiéndolo en la siguiente línea, pero quitando la última letra, de modo que poco a poco cada una de ellas se pierdan quedando solo la inicial. Continúe hasta que esta última letra forme el vértice de un cono. Recuerda enrollarlo con lino y colgarlo alrededor del cuello", escribió un sabio romano llamado Serenus Sammonicus en el siglo II dC en su 'Liber Medicinalis'. Es, hasta la fecha, la mención más antigua a esta curiosa palabra que tanto ha alimentado la magia de la imaginación de niños y niñas.

La historia de "abracadabra" no comienza en el cine, ni en los espectáculos de chisteras y baritas, sino en la necesidad humana de aferrarse a la vida cuando un peligro incomprensible lo altera todo. Si muchas enfermedades siguen conformando el perímetro de ese peligro incomprensible en la actualidad, la búsqueda de remedios y curas presenta un curso particular de la historia de la humanidad. De eso se trataba a menudo la magia: introducirse en el sistema inmune.

Foto: Hospital Ward en el Hotel-Dieu, Paris. (iStock)

"Kadavra" en turco significa "cadáver", así que no es extraño pensar en que este breve conjuro naciera del deseo de extraer el peligro del cuerpo. Aunque se desconoce el origen exacto del concepto, algunos también lo remontan al hebreo "Ab, ruach, dabar" ("Padre, Espíritu Santo, palabra") o "Abrai seda brai" ("Fuera, espíritu malo, fuera") en su lugar. Pero también hay historiadores que la sitúan en la palabra igualmente mágica “abraxas”, cuyas letras, en la numerología griega, suman 365, el número de días del año. Podría ser que los primeros sabios creyeran que esta era una palabra poderosa y de alguna manera crearon "abracadabra" y la convirtieron en una "cura".

placeholder Fuente: Wikimedia
Fuente: Wikimedia

Enfermedades como demonios

Enfermedades como la malaria, comunes hace siglos, ya se estudiaban en la antigua China con una gran precisión de diagnóstico. Sabían, por ejemplo, que estaba relacionada con los mosquitos, como demuestran numerosos documentos escritos en el año 770 a. C. donde se explica casos de malaria causados por picaduras de estos insectos.

Sin embargo, en Europa el cristianismo había establecido creencias populares como que las fiebres eran de origen divino o, más bien, demoníaco. Aquellos demonios podían ser derrotados con oraciones, aseguraban. Así que pronto aparecieron papiros y amuletos mágicos con hechizos inscritos en ellos para liberarse de tantos demonios. El Abracadabra se iba a convertir en un eco de súplica.

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Fuente: Wikipedia

Los investigadores hallaron hace algunos años la evidencia más antigua de la enfermedad, cuyo nombre proviene de las palabras italianas para "mal aire", en un asentamiento romano que data de alrededor del año 450 d. C. Los restos, para algunos historiadores, demuestran que pudo desempeñar un papel importante en el colapso del Imperio Romano.

De generación en generación

Sammonicus era, precisamente, un médico de gran prestigio en la Antigua Roma. Doctor del emperador Caracalla y de tantos otros, llegado el momento prescribió con sus creencias que los enfermos de malaria llevaran un amuleto con esta palabra grabada en forma de triángulo, como explican desde la Universidad de Indiana. Parecía la solución a lo que se convertiría en una de las enfermedades más mortales de la historia.

La malaria se menciona con más frecuencia que cualquier otra enfermedad en los textos mágicos de la Antigua Grecia y Roma. De hecho, la mitología romana incluía su propia deidad para proteger a las personas de este mal, la diosa Febris. Asimismo, en la mismísima basílica de San Pedro del Vaticano se conserva un fresco del siglo XIV que representa a la Virgen de las Fiebres, algo así como la figura homóloga de Febris en el cristianismo.

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Fuente: Wikipedia

Inscrita en una forma triangular especial, esta palabra fue uno de tantos remedios, aunque tal vez de los más repetidos y heredados, de generación en generación, en un escenario donde la religión marcaba el camino del tiempo. Tanto es así que todavía se usaba hasta bien entrado el siglo XVIII, como demuestra un libro de 1722 escrito por Daniel Defoe y titulado 'Journal of Plague Year', que lamentaba el uso de tales encantamientos.

Fue en 1898 cuando los científicos occidentales demostraron definitivamente que la malaria se transmitía a los humanos a través de los mosquitos. Para entonces, los conjuros y los abracadabras habían tomado el camino del entretenimiento. En 2015, casi medio millón de personas murieron a causa de esta.

"En un trozo de pergamino, escriba el llamado 'abracadabra' varias veces, repitiéndolo en la siguiente línea, pero quitando la última letra, de modo que poco a poco cada una de ellas se pierdan quedando solo la inicial. Continúe hasta que esta última letra forme el vértice de un cono. Recuerda enrollarlo con lino y colgarlo alrededor del cuello", escribió un sabio romano llamado Serenus Sammonicus en el siglo II dC en su 'Liber Medicinalis'. Es, hasta la fecha, la mención más antigua a esta curiosa palabra que tanto ha alimentado la magia de la imaginación de niños y niñas.

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