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El apasionante mundo del cerebro en las abejas
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El apasionante mundo del cerebro en las abejas

Un estudio revela que la mente de estos insectos varía de tamaño según las necesidades que tienen las abejas para subsistir

Foto: Las abejas desarrollan cerebros de diferentes tamaños (Unsplash)
Las abejas desarrollan cerebros de diferentes tamaños (Unsplash)

Las abejas son seres vivos con cualidades cognitivas realmente impresionantes. Estos insectos himenópteros tienen que realizar multitud de actividades para sobrevivir. Por ejemplo, durante su vida son capaces de moverse con precisión a muchos kilómetros de distancia de su nido además de reconocer, localizar y recordar en su memoria, las flores que les dan el mejor néctar. Su existencia no es precisamente sencilla.

Pero no todo en la vida va a ser trabajar y, en el caso de las abejas, también es así. El sueño es un elemento fundamental para que estos insectos puedan trabajar con solvencia. Según un estudio que recoge la BBC, los científicos han utilizado abejas de la miel y abejorros y se ha demostrado que estas especies necesitan un sueño tranquilo y sin sobresaltos para poder trabajar.

Foto: Otro efecto negativo de los motores diésel. (EFE/Yoan Valat)

Son animales que no solamente aprenden por el método del ensayo y del error, sino que, además, pueden aprender imitando a sus propias compañeras. Este ejercicio de investigación también asegura que las abejas pueden entender pensamientos simbólicos y procesar números.

El cerebro varía de tamaño

Incluso, los investigadores aseguran que saben relacionar el optimismo con la toma de decisiones y son menos miedosas cuando han tenido éxito en sus últimas intervenciones. El no tener un cerebro demasiado grande no es un problema para ellas cuándo tienen que contar flores o memorizar paisajes.

Las abejas han aprendido a vivir en las ciudades resolviendo situaciones muy novedosas

Hay más de 20.000 especies distintas de abejas, pero no todas tienen el mismo tamaño en su cabeza. En este estudio, se ha desarrollado un modelo de investigación para averiguar por qué los cerebros de las abejas van variando de tamaño. Lo primero que se hizo fue demostrar que, si el insecto tiene una mente más grande, las capacidades cognitivas estarán más desarrolladas. La conclusión determinó que las abejas con un cerebro relativamente mayor aprendieron más rápido a relacionar una recompensa azucarada con un color, mientras que las que lo tenían más pequeño acertaban en menor medida.

Por último, en esta publicación se asegura que las abejas especialistas en una flor específica han creado un cerebro más grande al tener que pensar, en cada momento, dónde está ese tipo de brote en concreto. Estos insectos con cerebros más grandes están demostrando mayor adaptación a las grandes ciudades al tener que sobreponerse a multitud de situaciones inesperadas.

Las abejas son seres vivos con cualidades cognitivas realmente impresionantes. Estos insectos himenópteros tienen que realizar multitud de actividades para sobrevivir. Por ejemplo, durante su vida son capaces de moverse con precisión a muchos kilómetros de distancia de su nido además de reconocer, localizar y recordar en su memoria, las flores que les dan el mejor néctar. Su existencia no es precisamente sencilla.

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