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¿Vas a comprarte un sillón? Cinco claves en las que fijarte antes de elegir
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¿Vas a comprarte un sillón? Cinco claves en las que fijarte antes de elegir

Comprar un sillón, un sofá o incluso una silla es una decisión mucho más compleja de lo que parece. Si te has decidido a hacerlo, aquí van algunos consejos para elegir bien

Foto: (Foto: cortesía)
(Foto: cortesía)

Comprar un sillón es una de las decisiones más complejas que puede tomarse en una casa. No por la decisión en sí, sino por las múltiples opciones a la hora de elegir. Además, muchos usuarios solemos fijarnos básicamente en el diseño y, como mucho, en el respaldo, pero lo cierto es que hay otros factores que entran en juego: la altura de sentada, las posturas que podemos adoptar, etc.

Sobre todo porque muchos de ellos van a influir en nuestro bienestar, pero también en nuestra salud y en la posibilidad de evitar dolencias lumbares, de cuello... Según un informe del Sistema Nacional de Salud, la lumbalgia es el segundo mayor problema crónico, afectando al 18,5% de la población, tan solo por detrás de la hipertensión arterial. De hecho, se estima que el 80% de la población de nuestro país ha sufrido o sufrirá en algún momento una lumbalgia, mientras que el 18% la padece de forma recurrente cada año. Es por ello que elegir un sillón adecuado se torna imprescindible para cualquier comprador.

Hemos hecho una selección de los factores esenciales junto a Stressless, la compañía noruega con más de 50 años de experiencia en el diseño y fabricación de sillones, sillas y sofás. Aquí van las cinco claves en las que fijarte cuando vayas a comprar un sillón.

1.- Respaldo

Lo primero en lo que todos los consumidores nos fijamos. El respaldo es esencial no solo para estar cómodos, sino también para proteger la parte de nuestro cuerpo más importante a la hora de sentarnos: la espalda. No es algo baladí: una espalda mal apoyada puede generarnos serios problemas de salud y hacer que nos arrepintamos de la compra que hemos hecho.

Al fijarte en el respaldo debes mirar dos cosas. Lo primero, su disposición y las partes de las que se compone. Lo más habitual es que sea un respaldo fijo, es decir, que no se puede mover ni tiene una parte adicional para la cabeza. Si queremos ir más allá podemos buscarlos reclinables, que sigan el movimiento de nuestro cuerpo para adaptarse a nuestra actividad. Además, el material que contenga el respaldo (pluma, fibra hueca siliconada, espuma HR...) también será un importante añadido, aunque en principio cualquier material podrá resultarnos cómodo.

2.- Apoyo para el cuello

Si nos fijamos en el respaldo no podemos olvidarnos de nuestro cuello, ya que muchas veces nos encontramos con que hemos comprado un sillón perfecto para la espalda... pero sin ninguna estructura especial para el cuello.

Y es que los sillones no tienen por qué tener estructuras adicionales para la cabeza y la nuca, pero siempre serán bienvenidas. En este sentido, los apoyos pueden ser cabezales fijos (con un diseño distinto a la altura del cuello), reclinables o incluso abatibles. La clave, en definitiva, pasa por probar el sillón, pensar qué uso le vamos a dar y, en función de todo esto, buscar que el apoyo para el cuello nos permita descansar perfectamente.

placeholder (Foto: cortesía)
(Foto: cortesía)

3.- Altura y profundidad del asiento

No es lo mismo tener un sillón para leer, que para estudiar, trabajar, ver la tele o, incluso, para echar una pequeña siesta. El uso que le demos acabará influyendo mucho en las características que busquemos. Por ello, la altura de nuestro sillón también será esencial para que nuestras necesidades se vean adecuadamente satisfechas.

Si quieres un sillón con una función mayoritariamente decorativa o para breves espacios de tiempo, la altura no será tan importante (aunque es una característica que nunca deberías descuidar). En este sentido, una de entre 43 y 46 centímetros es la altura de sentada adecuada, no solo para que descanse la espalda, sino también para la salud de las propias cervicales. Por otro lado, la profundidad idónea ronda entre los 60 y los 75 centímetros, ya que es una distancia perfecta tanto para descansar como para hacer tareas más laboriosas (leer, trabajar, escribir...).

4.- Reposabrazos

Otro aspecto en el que no solemos fijarnos demasiado: los brazos. La posición de nuestros brazos nos puede parecer algo secundario cuando compramos un sillón o un sofá. Algunos, de hecho, ni siquiera cuentan con ningún tipo de apoyo, pero lo cierto es que en la mayoría de ocasiones podemos echar de menos uno que sea consistente.

Vídeo: cortesía.

Los tipos de reposabrazos son casi infinitos. Los más comunes son los fijos (no se mueven) y los abatibles (pueden cambiar ligeramente de posición), pero si queremos un añadido de prestaciones podemos elegir las dimensiones en las que queremos manipular el apoyabrazos: para los lados, para adelante o para atrás, en círculos, etc. De nuevo, en este caso será esencial saber para qué vamos a usar el sillón, ya que por tener más prestaciones no es necesariamente mejor. Recordamos que la principal funcionalidad de un sillón, siempre, es que sea cómodo.

5.- Diseño

Quizá puede parecer un factor frívolo, pero no nos engañemos: todos nos fijamos en el diseño. No solo porque un buen sillón sea un elemento decorativo más de nuestra casa, sino también porque de ello va a depender una parte de nuestro descanso y, sobre todo, de nuestra satisfacción.

En este sentido, las últimas tendencias apuntan hacia una dirección clara: la fusión de lo moderno con lo menos vanguardista. No se trata de coger un sillón de diseño clásico, sino de que tenga un corte moderno a la par que 'retro'. De este modo estaremos aunando los dos mundos en un a pieza de mobiliario que, aunque siempre dependerá de los gustos de cada uno, pueda satisfacernos visualmente.

Stressless: 50 años de experiencia

Stressless dispone de un abanico de sillones al amparo de todos los factores esenciales que hemos ido conociendo. Sus sillones están disponibles con reposapiés separados o integrados y todos incluyen un sistema que ajusta la inclinación del sillón al mínimo movimiento, utilizando para ello únicamente el peso del cuerpo.

placeholder Imagen: Stressless.
Imagen: Stressless.

También dispone de un sistema sutil de inclinación que flexibiliza la función, apuesta por crear un equilibrio, y el apoyo para el cuello, así como de la región lumbar en cualquier posición. En cuanto a su capacidad de movimientos, siguen cada movimiento del cuerpo, sin ningún tipo de manipulación, debido a su función patentada basada en el equilibrio constante. La mayoría de sus modelos están disponibles en tres versiones ('small', 'medium' y 'large') para adaptarse a cada cuerpo, tanto en altura como en anchura. A la hora de elegir el diseño, las opciones giran en torno al color, la calidad de la piel o los tejidos y el tipo de pie (en madera y/o acero).

La nueva colección Urban de Stressless se compone de cinco modelos de estilo contemporáneo, entre los que se encuentra un nuevo modelo, el sillón Stressless Rome, con un diseño retro-moderno. Estos sillones tienen las mismas funciones que los demás de la gama y están disponibles en varias versiones: el sillón con respaldo alto o respaldo bajo, con reposacabezas elevable y reposapiés; o el sillón con respaldo bajo únicamente. Asimismo, es posible elegir entre tres pies diferentes ('star', 'cross' u 'original base'), todos en metal, sin madera.

Comprar un sillón es una de las decisiones más complejas que puede tomarse en una casa. No por la decisión en sí, sino por las múltiples opciones a la hora de elegir. Además, muchos usuarios solemos fijarnos básicamente en el diseño y, como mucho, en el respaldo, pero lo cierto es que hay otros factores que entran en juego: la altura de sentada, las posturas que podemos adoptar, etc.

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